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Trabajo constata la falta de formación sobre ébola de los sanitarios de Barajas

Un hombre nigeriano murió tras casi una hora sin ser atendido por miedo al virus La Inspección señala que Aena no facilitó información suficiente ni instrucciones

e. g. sevillano

Un informe de la Inspección de Trabajo constata que los sanitarios del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas no tenían suficiente formación ni protocolos de actuación para enfrentarse a un caso sospechoso de ébola en sus instalaciones. El informe, del 23 de febrero, se ha elaborado a instancias de una denuncia que el sindicato CSI-F presentó tras la muerte, en octubre pasado, de un hombre de nacionalidad nigeriana que tardó cerca de una hora en ser atendido por sospecha de estar infectado.

El informe concluye que AENA “no ha facilitado información suficiente sobre las medidas de prevención y emergencia a adoptar” a los trabajadores de las empresas que prestan el servicio médico aeroportuario. Tampoco proporcionó “instrucciones que deben seguir ante una situación de emergencia de este tipo”. Sobre las empresas —Servicios Sociosanitarios Generales y Cemaj Especialidades y Emergencias—, los inspectores de trabajo aseguran que “se constatan deficiencias en la evaluación de riesgos”. Un riesgo de exposición al ébola que el informe constata. Asimismo, detecta “deficiencias en relación con la formación específica de los trabajadores”.

CSI-F presentó en octubre presentó una denuncia a la Inspección de Trabajo en la que solicitaba que evaluara si los trabajadores del aeropuerto madrileño contaban con protocolos de actuación claros ante posibles casos de virus ébola. Unos días antes había muerto en una terminal de Barajas un ciudadano nigeriano que llevaba casi medio kilo de cocaína en su interior y que tardó casi una hora en ser atendido por médicos de Sanidad Exterior.

"Esta persona no fue atendida por los sanitarios del propio aeropuerto ante la sospecha de que pudiera estar infectado por ébola por los síntomas que presentaba", añade el sindicato, que afirma también que los trabajadores del sindicato les hicieron llegar quejas por la falta de información sobre los protocolos para casos sospechosos del virus.

El informe de la Inspección de Trabajo "no ha tenido en cuenta determinadas actuaciones en materia de formación, información y dotación de equipamiento realizadas por el aeropuerto cuando se declaró la alerta sanitaria internacional en agosto de 2014", señala una portavoz de Aena. "En ese sentido se presentarán las oportunas alegaciones", añade.

Aena niega que los sanitarios de las empresas carecieran de protocolos: "El colectivo sanitario del aeropuerto tuvo en todo momento las instrucciones y la información existente para afrontar las situaciones derivadas de la activación de casos de sospecha de enfermedad infecto contagiosa, incluido el virus del ébola".

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La portavoz asegura que "en casos de sospecha derivados de alertas de enfermedades infectocontagiosas, la instrucción es que, salvo casos de urgencia vital, se debe esperar la llegada de la autoridad sanitaria competente, que es quien dictamina sobre el caso sospechoso de enfermedad infecto contagiosa". Esa autoridad competente es Sanidad Exterior, que hasta ahora ha sido la encargada de entrar a los aviones que llegaban a Barajas con un pasajero sospechoso, sacarle de la aeronave y explicar la situación al resto del pasaje.

Sin embargo, la Inspección de Trabajo contradice esta versión de Aena, al señalar que hay una circular del 26 de noviembre pasado que determina que, si la sospecha se produce cuando el pasajero ya está en la terminal ("tanto en la zona internacional como pasada la zona fronteriza"), "Aena prevé la atención del pasajero por los facultativos del Servicio Médico Aeroportuario hasta la llegada de los servicios de emergencias de la Comunidad de Madrid para su traslado".

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Sobre la firma

e. g. sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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