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Tribuna
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La hora del debate social

El presidente del Gobierno no plantea propuestas para cambiar el modelo productivo

Llevábamos unos días recibiendo mensajes de “fuentes del Gobierno” que este iba a ser el debate del giro social del Gobierno, coincidiendo con la recuperación de la economía y aunque no dicho, pero sí sobrentendido, coincidiendo con el último debate de legislatura y preparatorio para un año electoral. Pero lo cierto es que este mensaje del “giro social” forma parte de la propaganda de comunicación del PP, la acción de la agenda que corresponde al Gobierno, en las ruedas de prensa de los viernes tras el Consejo de Ministros.

Pero volvamos al debate. Ciertamente esta vez la eficacia comunicativa fue exitosa porque ¡nos lo creímos! y debo reconocer que estábamos expectantes esperando anuncios contra la pobreza infantil, para detener el crecimiento desbocado de la desigualdad o para contener los riesgos de exclusión social que azota ya a millones de españoles.

En todo el debate no se ha planteado ninguna propuesta para cambiar nuestro modelo productivo

Lamentablemente pudimos comprobar una vez más la perversión del lenguaje con intención de engañar, la disociación entre la voluntad anunciada de defensa del estado de bienestar y la dualización de la sociedad consecuencia del deterioro de la protección social y las trabas impuestas al acceso a los servicios públicos.

Si algo nos dejó claro el presidente del Gobierno en su exposición es que sigue fiel concepto del estado de bienestar que responde a tres ideas fuerza: para repartir es necesario primero generar riqueza, que no podemos gastar más de lo que tenemos y la mejor política social es el empleo.

“Para repartir hay que crecer primero”, afirmación que no es suficiente, hay que crecer de manera sostenible, equilibrada y con cohesión social. Pero aun admitiendo su tesis, en todo el debate no se ha planteado ninguna propuesta para cambiar nuestro modelo productivo, ni para mejorar la baja productividad de la economía española, nada de la I+D+i, de la apuesta por la innovación o el capital humano, etcétera.

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“No podemos gastar más de lo que tenemos” fue el eje central de la argumentación de Rajoy para justificar los recortes sociales ejecutados a lo largo de la legislatura, convertidos en diana de gastos prescindibles en el nuevo paradigma de la austeridad, de consecuencias tan letales para la igualdad social.

“La mejor política social es el empleo”, convertido en sustituto mágico de toda política social. Sin matices, sin entrar en detalles y sin considerar el resto de riesgos vitales, sociales e incluso laborales. Con el machacón argumento de que se está creando empleo, justifica el “ahorro” en protección por desempleo, sin tener en cuenta que han reducido sustancialmente la tasa de cobertura.

El presidente del Gobierno se ratificó en la necesidad de continuar recortando en protección por desempleo

Aun situándose en su línea argumental, en esta legislatura se han reducido en más de 900.000 las afiliaciones a la Seguridad Social. Pero, además, han disminuido en 1,2 millones los afiliados a tiempo completo mientras que incrementaron en 328.000 los afiliados a tiempo parcial. Y lo peor, no voluntario, la mayoría. Esto, junto con los nocivos efectos de la reforma laboral, está en el origen de la pobreza laboral que alcanza ya cerca del 14%. A esto se une la drástica reducción de la protección por desempleo, que se sitúa en el 57% del paro registrado y que según la EPA alcanza a más 2.800.000 parados sin prestación por desempleo.

Pero si analizamos los presupuestos destinados a las políticas activas de empleo, comprobamos con asombro el recorte de más de 3.000 millones en la legislatura. Pero más escandalosos son los recortes a la protección por desempleo que ha sufrido nada menos que una reducción de 7.220 millones de euros entre 2011 y 2015 en los Presupuestos Generales del Estado. A lo que debemos añadir que sobre lo presupuestado, según los datos publicados este mes por el SEPE, sobre los presupuestos de 2014, no se han gastado más de 5.100 millones. Cabe recordar que el 40% de los parados son pobres. ¡Y eso que es la principal política social!

El presidente del Gobierno se ratificó en la necesidad de continuar recortando en protección por desempleo. Vana ilusión esperar que el giro social significara que se mejora la protección por desempleo. Reafirmando así el informe remitido a la Comisión Europea justificando el cumplimiento de los objetivos de cumplimiento de déficit mediante la reducción de 4.000 millones en protección por desempleo entre 2014 y 2017. ¡Objetivo ya cumplido con creces!

Vana ilusión esperar que el giro social significara que se mejora la protección por desempleo

Lo que sí anunció el presidente del Gobierno es una exención de las cuotas a la Seguridad Social en los 500 euros primeros de salario por cada contrato indefinido. Ni qué decir tiene que eso sencillamente significa agujero para la Seguridad Social, ya que la exención no conlleva transferencias de los PGE. Cabe recordar que desde 2011 se redujo el Fondo de Reserva (la hucha de las pensiones) en más de 24.000 millones.

Y lo que podríamos denominar la propuesta estrella se refiere a las familias monoparentales. Anunció la equiparación al cheque de 100 euros al mes por hijo (1.200 por año) para las de más de 2 hijos a cargo. La trampa está en que este cheque no es más que una deducción por hijo que se abona por mes, pero que tiene como tope la cotización a la Seguridad Social del contribuyente, con lo que los salarios bajos no alcanzan a cotizar y, por tanto, a recibir esos 1.200 euros anuales. No debe sorprender, por tanto, que menos de un tercio de las familias monoparentales se puedan beneficiar de la medida social estrella del Debate del Estado de la Nación 2015.

Sencillamente, es una medida claramente insuficiente, una transferencia de rentas a las clases medias y altas. Una vez más progresividad inversa. Cuando lo verdaderamente redistributivo es introducir una Renta de Infancia, específica y diferenciada, dirigida a eliminar las desventajas de origen de los niños nacidos en hogares con menos ingresos y universalizar la educación infantil de 0 a 3 años, aspecto básico de equidad que compensa desigualdades de partida y contribuye a mejorar el posterior éxito escolar. Y tras tanta expectativa de giro social, el Gobierno ha completado los 360º y sigue en el mismo sitio, generando más desigualdad, que ya alcanza cifras indigeribles para cualquier país decente.

María Luisa Carcedo Roces es diputada y secretaria de Bienestar Social de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE.

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