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Prisión para seis piratas somalíes por el intento de asalto del ‘Izurdia’

El grupo atacó al atunero de bandera española en el Índico en octubre de 2012

Fernando J. Pérez

El 10 de octubre de 2012, el atunero de bandera española Izurdia, con base en Bermeo (Bizkaia), navegaba por aguas del océano índico con rumbo a las islas Seychelles, cuando un esquife con siete piratas de nacionalidad somalí a bordo comenzó a dispararles con fusiles AK-47. El ataque fue repelido por vigilantes de seguridad privada pagados por el armador del atunero vasco, y la persecución terminó al cabo de media hora. Los agresores fueron detenidos al día siguiente por un buque de la armada holandesa perteneciente a la operación Atalanta. La Audiencia Nacional ha condenado a cada uno de los seis de los asaltantes –el séptimo es menor de edad- a 16 años y medio de prisión por delitos de piratería y pertenencia a grupo criminal.

En la sentencia, la Sección Tercera de lo Penal de la Audiencia Nacional considera probado que el grupo formaba parte de una organización asentada en la zona de Hobyo-Harardhere (Somalia), y que se dedicaba al abordaje y secuestro de embarcaciones comerciales en esa zona del cuerno de África. El grupo, dotado de armas de fuego y lanzagranadas, tecnologías de comunicación y conocimiento de procedimientos paramilitares, atacó al Izurdia sobre las 12.10 del 10 de octubre de 2012.

Los tres vigilantes de seguridad del navío español pusieron en marcha el protocolo de seguridad. Levantaron una valla alrededor del barco mientras la tripulación se refugiaba en un lugar seguro. Mientras los vigilantes repelían al esquife, y lo mantenía a una distancia de unas 0,7 millas, el capitán del atunero daba la señal de alarma a través de la radio. Las ráfagas de fuego desde el Izurdia lograron que los piratas cesaran en la persecución sobre las 12.40.

Al día siguiente, sobre las cinco de la mañana, el esquife fue localizado a 200 millas náuticas de la costa de Somalia por el buque de guerra holandés HNMLS Rotterdam. Este navío militar envió dos helicópteros artillados para tratar de detener a los piratas, quienes, mientras trataban de huir, arrojaban por la borda las armas de fuego y la escala con la que pretendían asaltar el atunero. Todo ello quedó grabado. Los militares holandeses detuvieron al barco al cabo de media hora. En el esquife había 1.200 litros de combustible, 260 litros de agua y 223 paquetes de comida, además de dos teléfonos móviles. Al analizar las tarjetas SIM de uno de ellos y las huellas dactilares de los detenidos se descubrió que tres de los piratas habían participado en el secuestro de otras dos embarcaciones.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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