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El PSOE se declara “la izquierda seria” y sitúa al PP como su principal rival

Pedro Sánchez niega a Podemos la capacidad de ser alternativa de Gobierno

Pedro Sánchez, durante la conferencia autonómica en el palacio de congresos de Valencia.
Pedro Sánchez, durante la conferencia autonómica en el palacio de congresos de Valencia.JOSE JORDAN

Los socialistas se reivindicaron este domingo como “la izquierda acreditada, seria y solvente” que tiene un adversario fundamental: el PP, la derecha. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, marcó -durante el cierre de la convención de su partido celebrada el fin de semana en Valencia- el territorio del PSOE, al situarse como la única alternativa de centro izquierda de España, como la izquierda “contrastada” que cuando gobierna eleva las cotas del Estado del bienestar. “No es la crisis, es la derecha la que ha abandonado a la gente”, clamó para identificar al principal rival.

Podemos quedará en el discurso electoral socialista como un movimiento que “quiere pescar en el río revuelto del desencanto”, pero al que el PSOE niega capacidad para representar a las clases medias y trabajadoras. Los socialistas son “la izquierda” de este país y exhibirán con “orgullo” el pasado y presente del PSOE, a pesar de sus “errores”. Los candidatos autonómicos, que rodeaban a Sánchez mientras el auditorio lo aclamaba como “presidente”, se fueron de Valencia transmitiendo una sensación de optimismo infrecuente en los últimos años, donde solo han cosechado crisis y división interna.

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Dos días de trabajo en el Palacio de Congresos han servido a los socialistas para reafirmarse en su identidad ideológica, para activar propuestas electorales y para reencontrarse como “familia”. El discurso del secretario general había levantado mucha expectación, a sabiendas de que podría marcar la línea argumental para las elecciones autonómicas del próximo mes de mayo. Al terminar el acto, los barones territoriales se mostraron satisfechos de los contenidos y del planteamiento estratégico, que pasa por situar al PP como único adversario, al ser fuerza de gobierno, y negar a Podemos (cuyo nombre no se citó), la capacidad, la preparación y los equipos para ser alternativa a la derecha. Del discurso de Pedro Sánchez se desprendieron estos elementos con más claridad que nunca. Las “causas” que abrazan los socialistas en el tiempo actual son las de crear “buen empleo”, “combatir la desigualdad”, rehabilitar el Estado del bienestar y rearmar moralmente la política.

Los compromisos socialistas

La conferencia autonómica socialista ha aprobado 17 compromisos de "radicalidad democrática e igualdad" que entrarán en los programas para las autonómicas. Estos son los más destacados:

  • Transparencia. Creación de un portal que incluya todos los contratos de la Administración, con detalle de los contratistas y los pagos.
  • Altos cargos. Los examinarán los Parlamentos autonómicos.
  • Paridad. Compromiso de que lo sean los gobiernos autonómicos.
  • Educación. Habrá educación afectivo sexual y de prevención de la violencia de género en todas las etapas educativas.
  • Fondo para empleo de mayores de 45. Se dotará con un 2% del PIB autonómico.
  • Desahucios. Nadie perderá su casa sin que la Administración autonómica haya intermediado para dar una alternativa de alquiler social y se prohibirá la enajenación de las viviendas sociales a fondos buitres.
  • Prospecciones. Prohibición generalizada del fracking y de los sondeos petrolíferos.
  • Educación. La escolarización pública será de 0 a 18 años.
  • Sanidad. Reuniversalización del sistema, eliminación de los copagos, subasta de medicamentos y "garantía en el acceso a los tratamientos a pacientes que lo precisen, atendiendo a criterios clínicos".

Un día después de que Podemos concentrara en Madrid a 150.000 personas según los cálculos de EL PAÍS, el PSOE se ha conjurado para “llevar la cabeza alta” y “exhibir con orgullo” su condición de partido “de izquierda”, que sirve a los intereses de las clases medias y trabajadoras. La reafirmación de que el PSOE es el partido de la izquierda que merece ser votado mayoritariamente, como lo ha sido en muchas ocasiones, fue la percha de la que Sánchez colgó su disertación, expresada en tono alto, claramente mitinero, y con tintes épicos. Si buscaba el aplauso y la aclamación, lo consiguió. “Que se me escuche bien: ser socialistas es ser de izquierdas y nosotros sí estamos orgullosos de ser de izquierdas”. Sánchez dejó claro que el señalamiento como adversarios principales es mutuo. “Nunca lo olvidéis: a quien teme el PP es al PSOE”.

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Antes de que Sánchez, tomara la palabra se explicaron los compromisos “socialdemócratas” para el bienestar de la sociedad allá donde consigan ganar las elecciones. De la presentación de las conclusiones se encargaron la responsable de Estudios y Programas, Meritxell Batet, y el titular de Política Federal, Antonio Pradas. “La izquierda real está aquí y la izquierda real es la que aúna inteligencia y razones, y no soflamas”, dijo Batet, en referencia a Podemos.

La necesidad de marcar territorio sin complejos la pidió el día anterior el presidente de Asturias, Javier Fernández, cuyo prestigio entre los socialistas aumentó ayer considerablemente. Su llamada a ocupar el espacio socialdemócrata, sin dejarse arrastrar por la derecha ni por Podemos, fue muy ponderado por el resto de los barones. Y ayer lo valoró Pedro Sánchez. El candidato valenciano. Ximo Puig, anfitrión de la ponencia, apuntó al PP como adversario por haber sido el causante de que en España “se haya roto el ascensor social”. Solo los socialistas dicen que son capaces de repararlo con “unidad y fortaleza”.

La batalla en trece comunidades más en Ceuta y Melilla la darán los socialistas para vencer a las encuestas que reflejan un panorama diverso y disperso en el que el voto se fragmenta en varias direcciones. “Que nadie nos gane en ganas de ganar”, les arengó Pedro Sánchez, quien llegó a afirmar que Barack Obama está aplicando en EE. UU. “las políticas progresistas” que los socialistas defienden para Europa.

Cierre de filas con el líder

Pedro Sánchez logró ayer en Valencia el cierre de filas y la imagen de unidad que el PSOE y él mismo necesitaban. Seis meses después de que fuera elegido por los militantes como secretario general del PSOE, obtuvo el compromiso de los barones territoriales de su partido de caminar juntos, al menos, hasta las elecciones municipales y autonómicas del próximo mes de mayo.

La ausencia por gripe de Susana Díaz, presidenta de Andalucía, impidió la foto del abrazo de unidad con Sánchez, tras unos días en los que el desafecto entre ambos se había vuelto a hacer patente. “Todos los socialistas nos vamos a volcar para ayudar a Susana y al socialismo andaluz”, clamó Sánchez, para despejar dudas, ante los 1.700 socialistas reunidos en la conferencia autonómica, que poco antes le habían aclamado “presidente, presidente”, un coro al que el líder del PSOE no está muy acostumbrado.

Los candidatos —a los que Sánchez nombró uno a uno sin olvidar ninguno— coincidieron en que sin unidad no hay posibilidad de recibir el apoyo del electorado.

“Hay hambre de unidad”, sentenció el valenciano Ximo Puig. Así será al menos hasta mayo, aunque Pedro Sánchez querría que ese espíritu se prolongara, al menos, hasta diciembre, cuando serán las elecciones generales. “Hoy os pido lo que siempre hemos hecho: unidad y fortaleza y salir a por todas, salir a ganar”, insistió Sánchez.

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