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Urkullu anuncia que no pedirá nuevas reuniones a Rajoy: “No se avanza”

El 'lehendakari' denuncia la ausencia de cauces de diálogo con La Moncloa

Luis R. Aizpeolea
Urkullu (derecha) saluda al presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, hoy durante el transcurso de un desayuno informativo en Madrid.
Urkullu (derecha) saluda al presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, hoy durante el transcurso de un desayuno informativo en Madrid.Fernando Alvarado (EFE)

El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha anunciado que no volverá a pedir más reuniones con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, porque, tras cinco encuentros en dos años, “no ha habido avance en nada”. Urkullu, que ha aprovechado una comparecencia pública en Madrid para anunciar la noticia, ha precisado que en el último encuentro que mantuvo con Rajoy, el 15 de septiembre, en el que le presentó propuestas económicas, territoriales y sobre el final de ETA, el inquilino de La Moncloa se comprometió a responderle para finales de año. Era la culminación de los encuentros anteriores en los que el presidente del Gobierno le expresaba su comprensión por los temas, sobre todo los relacionados con el final de ETA, y le pedía tiempo. “No he tenido ninguna comunicación desde septiembre”, ha precisado el lehendakari.

Urkullu ha hecho gala de la necesidad de pactos para afrontar la crisis económica, la política, incluida la territorial catalana, y las secuelas del final de ETA en el País Vasco. “Es tiempo de hacer política, de plantear y alcanzar acuerdos”, ha subrayado. Pero ha expresado su perplejidad por la “carencia absoluta de diálogo de este Gobierno”.

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Pero Urkullu ha dejado claro, también, que no va a seguir la vía de su predecesor nacionalista en el Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe. Ha señalado que la vía soberanista catalana de Artur Mas no es la vasca. Ha apelado a la vía concertada que marca la disposición adicional de la Constitución, que reconoce los derechos históricos del País Vasco, para avanzar en el autogobierno. Pero, aunque se ha distanciado de la vía de Artur Mas, ha emplazado a La Moncloa a que analice las causas de la crisis política catalana. En este sentido, ha recordado el tortuoso camino emprendido por la reforma del Estatuto catalán, con las promesas incumplidas del Gobierno tripartito, la campaña del PP contra él, las recusaciones contra los miembros del Tribunal Constitucional y la sentencia del alto tribunal que enmendó un Estatuto votado en referéndum.

Ha denunciado, también, la “injerencia” del Gobierno y el PP en los tribunales de justicia —denunciada a su vez por el Consejo General del Poder Judicial y magistrado de la Audiencia Nacional y del Supremo— en todo lo relacionado con el cómputo de las penas de los presos etarras en Francia. “La disyuntiva es una política de Estado para la paz y la convivencia o mantener la distancia, la tensión y la confrontación”, ha señalado el lehendakari, para concluir que el Gobierno del PP ha optado por “la utilización política del terrorismo” ante la proximidad electoral.

Iñigo Urkullu ha expresado su perplejidad por la "carencia absoluta de diálogo de este Gobierno"
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Ha aclarado que su plan de final de ETA es integral. Va dirigido a las víctimas del terrorismo y trata de propiciar, también, medidas de reinserción para aquellos presos etarras que hagan autocrítica de su pasado, como sucedió con los de la llamada vía Nanclares. También ha reprochado al colectivo de presos de ETA su ensimismamiento y su rechazo a acogerse a los beneficios penitenciarios.

Urkullu ha subrayado su perplejidad porque el Gobierno del PP “no quiera saber nada” de la oferta de desarme de ETA, pendiente desde hace más de tres años. Ha puesto en valor su propia propuesta de desarme, anunciada en diciembre, con la participación de la Comisión Internacional de Verificación y el Gobierno vasco, ante el ninguneo del Gobierno central. “Antes de la disolución que reclama el Gobierno del PP son necesarios el desarme y el reconocimiento del daño causado por parte de ETA”, ha subrayado el lehendakari.

Urkullu ha expresado, también, su escepticismo de que en los próximos meses vaya a darse algún avance de calado en este terreno, dada la proximidad electoral. Pese al bloqueo de las relaciones con el Gobierno del PP, Urkullu ha aclarado que no se va a echar al monte. “No pretendemos aprovechar esta situación. Siempre hemos preferido el pacto, aunque supusiera asumir riesgos y ceder para hacer posible el acuerdo”.

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