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Cargos políticos ampararon a policías corruptos en Palma

Los agentes que actuaban al margen de la ley fueron "obsequiados" por cargos policiales y políticos del Ayuntamiento, según la juez

Los policías locales de Palma que actuaban al margen de la ley, en núcleos organizados y con un estilo propio de mafiosos, fueron “obsequiados” por quienes deberían haber puesto fin a su actuación: los cargos policiales y políticos del Ayuntamiento. Lo denuncia en su auto del pasado jueves la juez Carmen González, que investiga el escándalo con la Fiscalía Anticorrupción, la Policía Nacional y la Guardia Civil. Once policías —agentes y jefes de grupos— han sido detenidos e imputados en la última operación abierta. Además, el comisario jefe, Joan Mut, y el concejal de Seguridad, Guillermo Navarro, declararon como encausados y quedan retratados en el escrito judicial.

La juez destaca que esos políticos y superiores policiales amparaban a estos individuos, les facilitaban accesos a plazas fijas y ascensos (proporcionándoles preguntas y respuestas de un examen) y cambiaban de destino a agentes que los criticaban.

La actuación corrupta de esas bandas de policías, unos pocos agentes entre los 900 en plantilla, queda resumida de forma cruda en el auto judicial: utilizaban a carteristas, cobraban favores, tenían negocios paralelos, controlaban el juego, accedían a fiestas con sexo, alcohol y droga gratis. La venta de protección se alternó con chivatazos de inspecciones y coacciones a otros policías que osaban denunciarlos.

También organizaron tratos con empresarios y coacciones a comerciantes. Dirigían a una zona u otra a carteristas y grupos de botellón para beneficiar o perjudicar negocios. La juez resalta que algunos locales de ocio y prostitución de la primera línea de la bahía de Palma, regentados por personas con mucho poder económico y social, “gozarían de una situación de privilegio” y una “especialísima atención de seguridad”. Los policías daban un “notorio” trato de favor a las empresas beneficiarias —que contrataban a empresas amigas de los agentes—, lograban la explotación de máquinas tragaperras y expendedoras, bebían, comían y recibían gratis “servicios sexuales” y drogas en fiestas.

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