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Un exdiácono exige “disculpas” al Arzobispado por dar su identidad

Su nombre fue difundido tras anunciar que se abría una investigación por un supuesto acoso

El nuevo arzobispo de Zaragoza Vicente Jiménez Zamora.
El nuevo arzobispo de Zaragoza Vicente Jiménez Zamora.EP

Daniel Peruga, el exdiácono que abandonó la carrera eclesiástica por un supuesto caso de acoso exige "disculpas públicas" al Arzobispado de Zaragoza por difundir su identidad. A través de sus abogados, el exdiácono alude a la nota con la que el Arzobispado anunció el pasado 27 de octubre que había abierto una investigación para determinar si realmente hubo un caso de acoso del párroco de este municipio de 4.734 habitantes hacia Peruga, entonces diácono, y depurar responsabilidades. En el escrito del Arzobispado, firmado por el administrador diocesano Manuel Amor, se revelaba la identidad del joven de 27 años.

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Este caso saltó a la luz tras vincularse la salida del anterior arzobispo, Manuel Ureña, a un supuesto "escándalo sexual" que se había intentado tapar, según publicó el semanario Vida Nueva. Ureña renunció oficialmente por motivos de salud y Vicente Jiménez Zamora acaba de ocupar su puesto por designación del Papa Francisco. La Diócesis de Santander ha hecho público el nombramiento. En la de Zaragoza nadie se ha hecho eco de la designación esta mañana.

En la diócesis zaragozana el silencio sigue imperando desde que se vinculó la salida de Ureña a un pago de 60.000 euros netos al diácono Peruga como indemnización por el supuesto caso de acoso.

En su nota, el exdiácono precisa que no ha hecho ninguna “declaración verbal o escrita” sobre este caso. Peruga defiende que solicitó su baja “libre y voluntariamente” a Ureña y que se le ofreció una ayuda económica para incorporarse a la vida seglar. Añade que el antiguo arzobispo no le ha “impedido, limitado o condicionado” para que ejerza sus derechos civiles, penales o laborales.

El afectado se ofrece al Arzobispado y al administrador diocesano “para contribuir a las investigaciones”. “Espero y confío en el buen hacer y decidir del Santo Padre, el Papa Francisco”, se despide tras agradecer “los numerosos apoyos recibidos”.

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El párroco de Épila negó los hechos después de que trascendiera el caso

El párroco de Épila negó los hechos después de que trascendiera el caso. “Yo no he acosado a nadie”, indicó entonces Miguel Ángel Barco. El cura anunció una querella contra el exdiácono por difamación y presentó denuncia ante la Guardia Civil de la localidad zaragozana.

Su denuncia se basaba en las informaciones “aparecidas en prensa” en las que asegura que el diácono le acusa “de varias cosas, ayer de acoso y hoy de abuso sexual”. “Él a mí directamente no me lo ha dicho nunca”, matizó el religioso barcelonés de 47 años.

Barco señaló que le “calumnió” por un motivo concreto: “Piensa que he sido parte vinculante en que se haya detenido su proceso” para llegar a ser sacerdote. Su abogado de entonces, Fernando Valero, afirmó que fue apartado por su “inclinación homosexual” y “una patología psiquiátrica en tratamiento”, algo que el párroco no quiso comentar.

Según el abogado, el sacerdote había recibido “quejas y denuncias de jóvenes de otros pueblos” por la “actitud sexual respecto a ellos” del diácono. Barco señaló después que se trata de quejas de vecinos de Monzón “que recibió el Obispado”.

 

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