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Podemos atribuye el caso a “una campaña de difamación”

La formación alega un fallo formal y responde a las críticas a Errejón con otra acusación

Imagenes de televisión del secretario de Política de Podemos, Íñigo Errejón.
Imagenes de televisión del secretario de Política de Podemos, Íñigo Errejón.EFE

Podemos responde a las críticas a Íñigo Errejón por su contrato de investigación con la Universidad de Málaga (UMA) con otra acusación. La formación de Pablo Iglesias atribuye el caso que afecta a su número dos -y que se ha resuelto cautelarmente este miércoles con la decisión de suspenderle de empleo y sueldo- a una "campaña de difamación de algunas de las caras más visibles de Podemos, como la que se desplegó contra la iniciativa en los meses precedentes en las que se acusaba de financiación ilegal o de relaciones con organizaciones terroristas".

Con estas palabras el partido ha ofrecido su versión oficial a última hora de la tarde, varias horas después de que se conociera el expediente. Alega un fallo formal y asegura que según esa resolución "el secretario de Política debería haber solicitado un papel comunicando otras actividades" que, en cualquier caso, no serían incompatibles. El comunicado no abunda en más explicaciones y se centra en esa campaña del miedo que sus dirigentes llevan denunciando semanas. Errejón, que esta tarde ha hecho unas declaraciones a las principales agencias de noticias, iba a dejar dentro de dos semanas la investigación sobre vivienda en Andalucía por el que ha cobrado 1.825 euros brutos al mes. Pudo realizar ese trabajo desde Madrid porque le autorizó verbalmente Alberto Montero, director del grupo y miembro de la dirección de Podemos. "En el país de Bárcenas, en el país de Rato y en el país de Bankia resulta que faltaba un trámite administrativo consistente en un papel", ha declarado Errejón a estas agencias.

En cualquier caso, el partido insiste en los ataques de los que se siente víctima. Y este mediodía su secretario de Relaciones con la Sociedad Civil, Rafael Mayoral, ha llegado a sugerir que tras la decisión de la UMA está el clima de presión generado por el PSOE, la Junta de Andalucía y su presidenta, Susana Díaz. "Me gustaría pensar”, ha dicho en un plató de Cuatro, “que la decisión no ha tenido nada que ver con las presiones de la Administración de la que depende". 

Pese a no entrar en los detalles del caso, Podemos cree que "para esta campaña la verdad es lo de menos, lo importante es levantar cortinas de humo para intentar disimular la crisis democrática y la situación social dramática para millones de familias". El comunicado prosigue: "Para encontrar los motivos detrás de esta campaña no hay que irse muy lejos, basta con mirar las encuestas publicadas en las últimas semanas. Una minoría privilegiada ha acumulado demasiado poder durante demasiado tiempo y ahora, ante la posibilidad del cambio, reacciona con furia".

La formación considera, además, que "el problema de la casta no se llama Podemos, se llama pérdida de confianza ciudadana y se llama falta de proyecto de país". Y dibuja un panorama bastante claro con vistas a las elecciones generales de 2015, para las que queda todavía un año en el que los resultados de las encuestas pueden oscilar y, según reconocen los dirigentes del partido, "puede pasar de todo". "Nosotros vamos a seguir trabajando para recuperar la democracia y poner las instituciones al servicio de la gente. No nos hacemos ilusiones: sabemos que el camino será duro y no faltarán las infamias.Pero a la gente decente de este país no le queda más alternativa: la gran coalición de los de siempre o el cambio ciudadano que ya es posible", proclaman.

Con ese objetivo, Podemos pretende medir sus fuerzas en la calle el próximo 31 de enero en una manifestación en la que Pablo Iglesias y los suyos esperan que "muchos ciudadanos digan en las calles de Madrid, con una sonrisa, que ha llegado la hora de la gente".

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Sobre la firma

F. MANETTO
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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