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“El ‘España nos roba’ de ERC es inmoral”

El presidente de Ciudadanos, abogado de 35 años, cree que el sistema teme los cambios

Juan Cruz
El presidente de Ciudadanos Albert Rivera.
El presidente de Ciudadanos Albert Rivera. Bernardo Pérez

¿Qué le ha decepcionado del oficio? La poca altura de miras, el regate corto, el no poner luces largas a lo importante. Que gente de nivel mire la encuesta a corto. No tenía una idea idílica de la política, pero eso no debería existir.

¿Algún ejemplo? Le pedí una reunión a Rubalcaba y a Rajoy para contarles cómo veíamos Cataluña. Rubalcaba no dijo nada; Rajoy nos mandó a Moragas, y éste dijo que fuéramos al PP catalán.

¿No será falta de naturalidad? El sistema tiene miedo a los cambios, no los asume. Si Ciudadanos crece o el PSC baja te gustará o no, pero míranos. O si surge Podemos y cambia el mapa, analízalo, busca alianzas, los pros y contras...

Eso tiene que ver con la reacción de UPyD a su propuesta de juntarse. Y rectificar es de sabios. Llevan siete años diciendo: ‘No, de ninguna manera’. Pero el debate interno los ha llevado a entreabrir la puerta. Confío en que no sea tacticismo sino una realidad que supere las siglas.

¿No será ego esa falta de naturalidad? Seguramente. Es también reflejo de la falta de conexión de los partidos con la sociedad. Al elegido se lo convierte en un botón. Si se mueven de la silla la pueden perder. Lo de Guerra: “El que se mueve no sale en la foto”. Y está el ego de no irse a tiempo, no rectificar, no pedir perdón.

¿Cómo le ha cambiado la política? Me he vuelto más paciente. No idealizaba, pero he visto cómo se corrompe la nobleza de la política. No es que a la gente no le guste la política: lo que no le gusta es ver al que roba o apuñala por una silla.

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Entiendo al independentista que odia ser español, pero que no diga para vivir mejor

¿Y cómo le deja la controversia catalana? Vivo igual que antes. Voy en moto, en coche, me despreocupo un poco. Excepciones: me querían pegar en la Diada... Es cierto que ante la convocatoria ilegal del referéndum habrá que tener más precauciones. Ser el opositor democrático a ese modelo te hace el malo de la película.

Malos y buenos, pues. Se lo dije a Mas: si una sociedad plural se diferencia por el ‘estás conmigo o contra mí’ esa sociedad pierde calidad democrática. Esa calidad se está perdiendo en Cataluña, en la que cada uno es de su padre y de su madre.

¿Qué entiende de lo que defienden sus adversarios? La coherencia. Cuando alguien dice que quiere ser independentista, que no quiere ser español porque lo odia, levantar una frontera, salir de la UE, discrepo de él, pero que me lo diga claramente. Lo que me molesta es el doble juego, la mentira, que es un motivo económico para vivir mejor, porque se acabará el paro... Eso es lo que no me gusta.

¿Y ya no se habla claro? Estamos en ese punto. Hemos visto mensajes populistas peligrosos; el España nos roba de los carteles de ERC es quizá el ejemplo más inmoral que conocemos. Me parece inmoral culpar a extremeños, andaluces o madrileños de la mala gestión económica de la Generalitat.

¿Desde el Gobierno se pudo hacer distinto? Yo le pido a Rajoy que piense más en los sietemillones y medio de españoles que vivimos en Cataluña que en Mas y Junqueras y en lo que ellos piden. Hay confusión entre Cataluña y el separatismo y Cataluña y su Gobierno; hay que pensar en el bienestar de los catalanes como en el de gallegos, canarios o madrileños.

¿Siente a veces que vive una pesadilla? Pienso en la energía perdida; es agotador tener que levantarse por la mañana a reivindicar lo que uno ya es. Un norteamericano o un francés no te saludan diciendo su nacionalidad. Yo soy español, no tengo que reivindicarlo.

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