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“El debate no es tanto el derecho a decidir sino ampliar el autogobierno”

El 'lehendakari' reclama a Rajoy una iniciativa política de la que para Cataluña y Euskadi

Luis R. Aizpeolea
Iñigo Urkullu, durante la entrevista.
Iñigo Urkullu, durante la entrevista.Gorka Lejarcegi

Iñigo Urkullu (Alonsotegi, Bizkaia, 1961) tiene como referente político a José Antonio Aguirre, el mítico presidente del primer Gobierno vasco de la historia, que estuvo a punto de ser jefe del Gobierno de la República en el exilio. Urkullu reivindica el carácter pactista entre diferentes de Aguirre y su sentido de la justicia social. Poco antes de celebrarse la entrevista acaba de reunirse con Idoia Mendia, la líder del PSE, con la que trata de sellar un pacto parlamentario de estabilidad. Urkullu defiende la vía vasca de autogobierno, basada en la disposición adicional de la Constitución que reconoce los derechos históricos vascos y que trata de acompasar con el bienestar social. Se encuentra alejado del debate catalán. Tiene otras prioridades y reclama al presidente del Gobierno una iniciativa política de la que, a su juicio, carece en Cataluña y Euskadi.

Pregunta. ¿Ha hablado últimamente con Artur Mas?

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Respuesta. La última vez fue a principios de agosto. Asimismo, el pasado domingo, con motivo de la fiesta del Alderdi Eguna, del PNV, lo hice con representantes de CiU y de la Generalitat.

P. ¿Comentaron la situación de Cataluña?

R. Obviamente. La sensación que transmitieron fue de preocupación por la situación y de una cierta incredulidad ante la falta de voluntad del Gobierno central de querer abordar mediante el diálogo cuestiones que han calado en la sociedad catalana Eso fue todo.

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P. El 15 de septiembre estuvo casi tres horas reunido con el presidente del Gobierno en La Moncloa. ¿Cuánto tiempo dedicaron a Cataluña?

R. Estábamos a tres días del referéndum de Escocia. Hablamos de Escocia y de Cataluña. Pero entenderá que no me guste entrar en reflexiones que afecten a otros ámbitos más allá del vasco. Le puedo decir que no profundizamos en estos temas. Sí nos referimos al contexto, que está trufado por una reivindicación que los vascos también tenemos, como el derecho a decidir. Pero eso sí, de manera pactada, con una consulta legal.

P. ¿Rajoy le hizo alguna referencia sobre si iba a tomar alguna iniciativa para ganar legitimidad en Cataluña?

R. En absoluto. Pero también es cierto que a lo largo de mis reuniones con Rajoy he venido insistiéndole, no sólo en lo que se refiere al País Vasco, en la necesidad del diálogo. También en Cataluña. Y esa necesidad de diálogo, esa voluntad de acuerdo necesaria de trabajar por parte del Gobierno español, que se echa en falta, sí ha estado presente en las conversaciones que he tenido con el presidente.

Le he insistido al presidente que dialogue con Cataluña

P. ¿Sin mayores precisiones? ¿Ni siquiera sobre la reforma constitucional que propone el PSOE?

R.  No.

P.Cada vez que se le pregunta por Cataluña, usted contesta siempre que Euskadi tiene su propia vía de reforma del Estatuto de Gernika de 1979. ¿Cual es esa vía?

R. No sólo tenemos nuestra propia vía sino nuestra propia historia. Nuestra realidad es diferente a la catalana o a la escocesa. Tenemos un sistema de gobierno que tiene su derivada en el pacto estatutario de 1979, procedente de la Constitución española que respeta y ampara en su disposición adicional primera los derechos históricos de los territorios del pueblo vasco. A partir de ahí y tirando del sentido de pacto que ha caracterizado al régimen foral y de la voluntad de los territorios vascos planteo un método: diálogo-negociación-acuerdo y ratificación.

P. ¿En qué se traduce ese método?

R. En que los vascos, tras un acuerdo institucional, en el Parlamento vasco, después de una negociación entre los partidos, validen ese acuerdo institucional. Esa es nuestra vía. Es apelar a la bilateralidad efectiva en la relación con el Estado español, que se identifica con el Concierto Económico y que pueda ser trasladable a un modelo de Estado respetuoso con la plurinacionalidad.

P. ¿Cree posible un acuerdo entre nacionalistas y no nacionalistas sobre esta cuestión?

Iñigo Urkullu, poco antes de la entrevista.
Iñigo Urkullu, poco antes de la entrevista.Gorka Lejarcegi (EL PAÍS)

R.  Lo creo. Por eso lo estoy trabajando. A mi me serviría como base que el PP del País Vasco manifestara su compromiso con el cumplimiento íntegro del Estatuto de Gernika de 1979, aún cuando no fuera más allá. Estoy expectante con el planteamiento del PSOE, de un modelo de Estado federal y abierto al conocimiento de esa propuesta. Y creo que hay base suficiente aquí como cuando entre diversas formaciones políticas -Bildu, PSE y PNV- hablábamos en 2006.

P. ¿Este planteamiento le aleja de la propuesta catalana?

R. No valoro los procedimientos que se sigan en otras comunidades. Pero sí le puedo decir que me parece interesante del método escocés lo que tiene de acuerdo entre dos gobiernos para someter a un referéndum en Escocia, que también es reivindicado por nosotros: diálogo, negociación, acuerdo y ratificación. No sé si es más realista o no (que el de Cataluña). Pero es más participativo y vertebrador. Y creo que posible de satisfacer en una Europa en construcción hacia la que tenemos que mirar.

P. Ya que hablamos de Europa. En el mitin del Alderdi Eguna, el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, señaló que “en este mundo global, la independencia es más una cuestión mental que legal”. ¿Qué quiso decir?

R.  La independencia es una aspiración legítima que todo nacionalista tiene. Pero al PNV se le reconoce desde su nacimiento una construcción nacional desde el acompañamiento de la sociedad, basado en el pragmatismo. Hoy en día, más independencia es menor dependencia. El debate no es tanto derecho a decidir o no. El debate debe ser el del autogobierno, cómo se respeta el autogobierno, cómo entendemos más autogobierno y mayor bienestar para los ciudadanos. Vivimos en un mundo globalizado. Hay un espacio que es el de la UE. Somos europeístas y conscientes de que la UE está basada en los estados-nación y que estos estados-nación pierden peso ante unidades subestatales. Eso nos hace remover nuestras aspiraciones legítimas.

P. ¿Puede servir la reforma constitucional que plantea el PSOE como cauce a sus reivindicaciones?

R.  Siempre que parta la reforma de una voluntad que existió durante la Transición, el reconocimiento de dos naciones, como la catalana y la vasca, y quede reflejado en la reforma.

P. Pero, al hilo de la posible reforma constitucional, algunos presidentes autonómicos han dicho que hay que eliminar “privilegios” como el Concierto Económico.

R.  El Concierto no es un privilegio, Es un derecho histórico, amparado por la Constitución. Asume un riesgo unilateral. Cuando las cosas van mal, somos los responsables. Tenemos que pagar un cupo por las competencias no transferidas al País Vasco, en función del peso de la población. Representamos el 5% y pagamos el 6,24%. De privilegios, nada.

El debate hoy no es el derecho a decidir sino el de autogobierno y bienestar

P. Hay quienes opinan que si Cataluña hubiese tenido el Concierto esta última crisis no se hubiera desatado.

R. Los partidos catalanes lo han venido reivindicando hasta hace poco, y yo les he dicho que no tengo ningún problema siempre que no vaya en demérito del Concierto vasco, que también lo tiene Navarra. Concierto económico lo tuvieron, durante el franquismo, las provincias que el dictador consideró “no traidoras”: Navarra y Álava, suprimiéndose en Gipuzkoa y Bizkaia. Los partidos catalanes, durante la Transición, renunciaron al Concierto. Pero no sé si ya en estos momentos satisface a Cataluña.

P. Hemos hablado mucho de la política territorial. Pero. ¿Cuáles son sus prioridades?

R. La más importante, la reactivación económica, creación de empleo y mantenimiento de los servicios esenciales de las políticas públicas. El segundo objetivo es la paz y la convivencia, tras el cese definitivo de ETA, y el tercero es el del análisis del autogobierno, ante el que planteo una voluntad de acuerdo entre nacionalistas y no nacionalistas.

P. Usted pidió al presidente del Gobierno un encuentro en junio. Le envió una carta en julio y no le recibió hasta el 15 de septiembre. ¿Es esto normal? ¿Qué prioridades tiene el presidente?

R. Lo desconozco. Los tiempos de hacer política del presidente del Gobierno no van acordes con los tiempos de la democracia ni de la necesidad de respuesta a las demandas. Han sido cinco las reuniones que he mantenido con él desde que es presidente. Le he enviado mucha correspondencia. He intentado abordar con él esos tres ejes de los que he hablado antes, algunos urgentes relacionadas con la paz y convivencia o que tienen un plazo, como la liquidación del Cupo.

P. Pero la reunión se saldó sin concreciones. ¿Qué va a hacer?

R. Le he fijado un plazo, a fin de año. El presidente se comprometió a responder.

P. ¿Y si no responde?

R. Estamos en una situación muy preocupante. Hay una actitud de recentralización por parte del Gobierno.

P. A casi tres años del cese definitivo de ETA, el Gobierno central, pese a su insistencia, no ha dado ningún paso en política penitenciaria, ni siquiera con los presos de ETA que rechazan la violencia. ¿Qué le dice el presidente?

No hay política de Estado en el presidente

R.  Es recurrente que el presidente diga que quiere hacer, pero no sabe si las circunstancias son propicias. Yo le digo que para profundizar en el asentamiento de un tiempo de paz, que cada día que pasa se consolida, no es cuestión de cálculos electoralistas ni de soluciones a resistencias internas, siendo conscientes quien es el deudor, la organización terrorista. Ante esa falta de explicación, en esa última reunión, le aporté una iniciativa de apoyo a procesos legales de reinserción, a los presos que lo deseen, desde su arrepentimiento y reconocimiento del daño causado.

P.  ¿Le respondió algo a esta propuesta?

R.  Me dijo que le provocaba una necesaria reflexión en el seno del Gobierno. Tengo alguna esperanza.

P. ¿Ha hablado con el presidente alguna vez de la situación de Arnaldo Otegi?

R. No, Pero en mi último encuentro le entregué el informe que la asociación de presos de ETA, Etxerat, me había entregado en el verano.

P. ¿No teme que el inmovilismo de Rajoy de oxígeno a Bildu en el País Vasco?

R.  Siempre hemos denunciado la retroalimentación del victimismo entre el PP y la izquierda abertzale, utilizada, en el pasado, en clave electoral. Yo intento hacer ver a unos y otros que esto no da rentabilidad política y que debemos regirnos por otros esquemas. Hace casi tres años que ETA cesó definitivamente, que ha sido corroborado, que ha sido legalizada la izquierda abertzale, tras asumir la legalidad española, que la izquierda abertzale ha condenado los brotes violentos No debemos, por tanto, hacer cálculos electorales con estas cuestiones. La situación ha cambiado y el Gobierno debe acompañar este cambio para evitar que las cosas se pongan más difíciles. La paciencia de uno tiene un límite.

P.  ¿Cree usted que al presidente del Gobierno le falta sentido de Estado en esta materia?

R. Sí. No hay una política de Estado, pero tampoco en el ámbito económico ni en el de autogobierno.

P.  ¿Por razones electorales?

R. También. Está muy atenazado por sectores que siguen los tótem que creó Aznar. A Rajoy no le creo en la disposición de Aznar. Pero si le veo atenazado.

P. ¿Le preocupan los recientes brotes de kale borroka, pese a ser condenados por Sortu?

R.  No creo que tomen cuerpo. Pero no por ello dejan de ser hechos graves.

A Rajoy le veo atenazado por los tótems que creó Aznar

P. ¿Para cuándo el desarme de ETA?

R. Va a haber desarme. Pero no sé cuándo. ETA no se mueve por nuestros esquemas democráticos. Ni siquiera por esquemas electorales. Son referente sus presos, que todavía los tiene cautivos. Lo harán, también, en la medida en que tengan las mínimas garantías y, en este sentido, el Gobierno. central debía ser más audaz ante la voluntad de desarme manifestada por los terroristas, aunque el gesto que hicieron en febrero fuera ridículo. Y si el Gobierno no lo quiere hacer directamente, que deje hacerlo a quienes están dispuestos, como el Gobierno vasco o la Comisión Internacional de Verificación.

P.  ¿Mantiene su confianza en la Comisión?

R.  Sí. Su papel de agentes intermedios es positivo, como lo ha sido y está siendo en todos los procesos de violencia política. El Gobierno de Rajoy no debe poner trabas a su tarea.

P. ¿Qué importancia concede a la promesa de revisión crítica del pasado que hizo el portavoz de Bildu, Asier Arraiz, en el debate de política general?

R.  Se está moviendo algo en ese mundo. Hemos visto la presencia de representantes de Bildu en actos de homenaje a víctimas del terrorismo. Falta un compromiso más nítido y que abarque a las víctimas del PP. Es una secuencia y creo que vamos a ver esa autocrítica.

P. ¿Podemos compite con el electorado de Bildu?

R.  Compite porque comparten el modelo de sociedad y esto aflora más con la crisis económica. Tras los resultados de las europeas, es curioso que Sortu habló de “frente nacionalista de izquierdas” y desde otros ámbitos de izquierda abertzale se apeló al “frente de izquierdas”. Hay un temor en Bildu hacia Podemos.

P. Usted ha apostado por el pacto con el PSE para tener la mayoría en los Presupuestos. La nueva líder del PSE, Idoia Mendia, ha acentuado el carácter socialdemócrata en su discurso. ¿Se siente cómodo con el PSE?

R. Me siento cómodo porque va en los genes del PNV el concepto de justicia social. El PNV ha demostrado su sentido de justicia social y de solidaridad en su trayectoria de Gobierno, de tantos años con el PSE en Euskadi. Insisto en que tenemos que salir todos juntos de la crisis, aunque sea más lentamente. Queremos extender el acuerdo a la estructuración interna del País Vasco.

P. ¿No se puede extender también a la consolidación del final de ETA?

R. En este campo, tenemos abierto un diálogo y el esfuerzo compartido dese la etapa del Gobierno de Rodríguez Zapatero. Ojalá cuente también con el PP y Bildu.

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