Sobresaliente en sanidad; suspenso en empleo y formación

¿España es un buen país donde envejecer? Depende. La calidad de la asistencia sanitaria de las personas mayores es excelente; pero tiene sombras como el desempleo o la moderada seguridad en los ingresos. Sumados los puntos fuertes y los débiles, España ocupa el lugar 21 en la clasificación mundial de bienestar de los mayores de 60 años (se analizan 96 países) que publica este miércoles la asociación HelpAge International, el Índice Global de Envejecimiento 2014.

El informe se detiene en cuatro apartados para evaluar la calidad de vida de los mayores: salud, seguridad en los ingresos (pensiones, pobreza), nivel de empleo y de educación; y calidad del entorno social (vínculos sociales, seguridad física, libertad cívica, acceso a transporte público).

España obtiene unos resultados sobresalientes en cuidados sanitarios: es el tercer país de mayor calidad asistencial en la atención en personas mayores (Japón y Suiza ocupan los dos primeros puestos). Pero le pesa en la clasificación global tanto el nivel de empleo como la formación de sus mayores. En este apartado se hunde hasta el puesto 56. “Hay un retroceso significativo respecto al año anterior debido a la caída en la tasa de empleo de personas entre 55 y 64 años, que alcanza el 43%”, recoge el informe.

“Este es un problema muy serio”, destaca la presidenta de HelpAge International en España, Isabel Martínez Lozano, una red de entidades con sede en Londres que se dedica al estudio y la cooperación al desarrollo enfocada hacia las personas mayores. “El desempleo en los mayores de 55 años en España es uno de los problemas estructurales más graves que habrá que encarar en la próxima década y sobre el que habrá que tomar medidas”, añade. Este mal resultado en datos de paro impacta directamente en otro de los indicadores empleados para elaborar la clasificación: la seguridad en los ingresos. En este apartado, la posición de España tampoco es demasiado satisfactoria (41).

Incluso en la parcela relacionada con el entorno social se registra una pérdida de posiciones de España. “Se nota en cuestiones como la sensación de seguridad física, o conexiones sociales, que indica si se puede contar con otras personas en caso de necesidad”, indica Isabel Martínez Lozano, que achaca estos resultados al efecto de la crisis.

El informe, que se publica con ocasión del Día Internacional de las Personas Mayores, recuerda que hay 868 millones de personas mayores de 60 años en el mundo, lo que representa el 12% de los habitantes totales. En España este segmento de edad supone el 23,4% de la población y las proyecciones apuntan que en el año 2050 el porcentaje haya ascendido hasta el 40,2% hasta situarse como el cuatro país más envejecido. Solo tendrán una sociedad más anciana Japón, Corea del Sur y Portugal.

El mejor país para envejecer es Noruega, que descabalga a Suecia del primer puesto que ocupó el año pasado (ahora es el segundo). El tercero es Suiza. También están por delante de España tanto Alemania (5), como Reino Unido (11) o Francia (16). Por detrás se encuentra Bélgica (27), Portugal (37) o Italia (39). El país con un peor resultado es Afganistán.

El informe elaborado por HelpAge International reconoce los avances realizados por algunos países relacionados con las pensiones no contributivas, especialmente en América Latina “que ha ampliado de forma dramática su cobertura”. Un ejemplo de ello es México. “Las políticas de seguridad de ingresos [de este país] han hecho que  mejore 26 posiciones en un año en la clasificación general respecto al año pasado, a pesar de ser menos prospero que otros, como Turquía, que está por debajo”. También Perú es un ejemplo de esta evolución, o Bolivia con la introducción de la llamada Renta Dignidad, que se ha traducido en un incremento en el nivel de escolaridad y reducción del trabajo infantil en hogares con personas mayores que reciben esta pensión y que ayuda a sostener la renta familiar. Otros países como Nepal y Tailandia han seguido un camino parecido.

Pese a estos avances, el documento recuerda que solo la mitad de la población mundial puede esterar recibir una pensión básica en la vejez.