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Aguirre y Cifuentes centran los debates en el PP sobre la sucesora

La batalla sucesoria llevaba meses abierta, hasta que Botella no aguantó más

Carlos E. Cué
Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno.
Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno.Luis Sevillano

Solo unas horas después de que Mariano Rajoy dijera ante la cúpula del PP que “no hay prisa” por elegir a los candidatos para las municipales y autonómicas, Ana Botella, casi como una respuesta, abría el melón sucesorio clave: el del Ayuntamiento de Madrid. Lo hizo después de hablar la semana pasada, a la vuelta del verano, con Rajoy. Le explicó que quería anunciar que no iba a repetir. El presidente le pidió que esperara un poco más e incluso le planteó que él no estaba en contra de que fuera la candidata, según fuentes del PP.

Este martes por la mañana la alcaldesa, molesta con la falta de apoyo de su partido, decidió adelantarse a la lenta agonía que le esperaba y se fue a La Moncloa para anunciarle a Rajoy que su decisión era firme y la haría pública esa misma tarde. Ahora el presidente se ve obligado a tomar una decisión.

La información solo la tiene Rajoy, pero los comentarios y debates dentro del partido sitúan a Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes como las mejor colocadas para una batalla clave que el presidente no puede permitirse el lujo de perder. “Madrid es la gran batalla de las municipales, y decidir qué candidato pones es la decisión interna más importante para Rajoy en los próximos meses”, resume un dirigente.

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Otros dirigentes plantean la posibilidad de que Soraya Sáenz de Santamaría, bien colocada en las encuestas, pudiera implicar el mismo efecto que en 2003 supuso Alberto Ruiz-Gallardón cuando Aznar lo sacó de la presidencia de la Comunidad de Madrid para no perder la capital. Sin embargo, en La Moncloa descartan de forma radical esta opción, y algunos ministros señalan que Rajoy no prescindirá de una pieza clave de su Gobierno como la vicepresidenta.

Aguirre es la más fuerte entre las opciones y aunque ella lo niega, lleva tiempo moviéndose. Es el único puesto clave que falta en su carrera política, y a pesar de su teórica retirada de la primera línea, su fuerza como candidata sigue siendo importante, según coinciden incluso sus rivales internos, que son muchos, incluido el propio Rajoy. Con el presidente habló antes del verano, y según diversas fuentes mostró su deseo de ser candidata. Pero él no le dio una respuesta clara. Aguirre tiene un problema muy importante: el juicio por un delito de desobediencia precisamente a funcionarios municipales tras una multa de tráfico, algo difícil de gestionar para una candidata a la alcaldía.

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La otra gran figura que emerge es Cristina Cifuentes, la delegada del Gobierno en Madrid, que también lleva meses moviéndose. Respaldada por María Dolores de Cospedal, ha logrado colocarse rápidamente como un personaje muy conocido. Rajoy tomará la decisión con encuestas, como hizo Aznar en 2003 —hasta cuatro le mostró a Gallardón para explicarle que él tenía que ser el candidato— y nadie descarta una solución “imaginativa” de última hora porque perder Madrid sería demoledor. La decisión se tomará probablemente antes de enero.

En cualquier caso, todos los análisis internos coinciden en que Rajoy ha utilizado la misma técnica que aplicó con Jaime Mayor Oreja. Nunca le dijo nada, todo el mundo interpretó que no quería que fuera candidato pero él solo dejó pasar el tiempo hasta que Mayor, harto, se rindió. Rajoy nunca echa a nadie, pero siempre logra que sus rivales se marchiten poco a poco hasta que se retiran. Botella, que llegó a hablar en enero de “las dudas que hoy existen sobre nuestro proyecto político”, se había convertido en un problema al seguir la línea crítica de su marido, José María Aznar. Y el marianismo se volvió contra ella.

Estaba muy sola y se sentía muy sola. Nunca notó el apoyo del partido y la muestra definitiva llegó el lunes, cuando el portavoz del PP, Carlos Floriano, al ser preguntado por Madrid, en vez de defender a la alcaldesa sin matices, señaló: “El PP tiene muchos candidatos para Madrid, empezando por su alcaldesa”. Solo unas horas después, esta veterana que hace solo unos meses mostraba síntomas de que quería dar la batalla, se rendía definitivamente.

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