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DE FRENTE | BORJA SÉMPER

“Sufro que no seamos una esperanza para la gente”

Portavoz del PP vasco, a los 16 años envió una carta a EL PAÍS contra la 'kale borroka'

Juan Cruz
El portavoz parlamentario del PP vasco, Borja Sémper.
El portavoz parlamentario del PP vasco, Borja Sémper. SAMUEL SÁNCHEZ

¿Qué quiere hacer usted? Pregunta jodida. Hasta ahora, que llegara la libertad al País Vasco. No es plena, pero el salto es brutal. Ahora me conformaría con que la gente empezara a confiar en los políticos.

¿Qué falta le falta a la libertad en Euskadi? Cuatro décadas de asesinatos han dejado sólo sangre, odio. Hace falta que no se me insulte por la calle por ser del PP.

Antes lo podían matar. No sabía si podía volver a casa. Ocurrió con miles de personas, de distintos partidos. Por eso no entiendo que la discrepancia ideológica se tense tanto entre los que estuvimos igualmente amenazados.

En su partido se produce esa tensión. María San Gil ya no está. La política es cruel. Tienes un papel extraordinario y los acontecimientos hacen que te olviden, como ocurrió con María. Hubo gente que no entendió la evolución. Y un partido que no evoluciona con la sociedad acaba siendo inútil y endogámico.

Lo cierto es que entre ustedes no se llevan bien. No, no es cierto: hay dolor. Particularmente me producen dolor las declaraciones de quienes cuestionan mi compromiso en la derrota del totalitarismo que sigue en el País Vasco. Pero eso no es enfrentamiento.

¿Cómo es la relación con María San Gil? No existe, no coincidimos, y porque ella quiso. Lo único que sabemos de ella son críticas hacia nosotros. Me entristece.

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¿No tiene derecho a ser crítica? ¡Claro! Me entristece porque es injusta.

Le diría al adolescente que fue: “Estás cabreado y tienes razón. Dame una oportunidad”

¿Qué les reprochan? Que el PP en Euskadi ha pasado de ser un partido de un solo tema a querer ser un partido con un discurso más amplio. ¿Por qué no puedo hablar de infraestructuras, de economía, de cualquier cosa además de la necesidad de ganar la libertad? No puedo hablar de ETA como en 1995 porque por fortuna ETA ya no es la misma. Parece que a algunos les gustaría que el discurso del PP fuera ETA y sólo ETA.

¿Achaca a esa crítica haber perdido la mitad de los votos en 10 años? Los votos son muy complejos. Hubo gente que votó por afecto ante lo que pasábamos entonces. Ahora debemos tener más argumentos. Nos insultan por la corrupción que pueda haber en mi partido. Hay falta de equilibrios en ciertos juicios; no pido estar inmunizados a la crítica porque seamos PP o PSE, pero sí pido perspectiva. Ni vinimos a la política para enriquecernos ni para vivir del cuento.

¿Por qué fue a la política? Tenía 17 años y me decían que no dijera en la calle lo que oía en casa. A un chaval eso le produce coraje. A los 16 años me intentaron pegar en el instituto porque había mandado una carta a EL PAÍS contra la kale borroka. Me dio rabia, me quitó la inocencia. Y fui al PP porque estaba deslumbrado por Gregorio Ordóñez.

Es presentado como una esperanza del PP. ¿Se merece esa esperanza? No. Un joven puede ser tan cretino, inútil o brillante como un mayor. Me preocupa esa exaltación porque podemos dejarnos deslumbrar por el envoltorio y perder el contenido.

Mandó a este periódico una carta sobre algo que sufría. ¿Sobre qué mandaría una ahora? Sufro que quienes hacemos política no somos una esperanza sino un problema. Que la gente crea que todo es cartón piedra jode profundamente.

Envíele una carta a aquel adolescente Borja Sémper. Estás cabreado, te entiendo y tienes razón. Las cosas son más complejas de lo que parecen, pero estás cabreado. Dame una oportunidad para que demuestre que puedes confiar en mi.

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