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Júnior tanteó la basura en México

Jordi Pujol Ferrusola cobró por buscar proyectos de gestión de residuos en la capital de la república o en Acapulco. Ofreció sus servicios a varios Ayuntamientos

Juan Diego Quesada
Basura acumulada en las calles de Puerto Vallarta, en 2013.
Basura acumulada en las calles de Puerto Vallarta, en 2013.David Díaz

Las montañas de basura acumuladas en las calles de Puerto Vallarta, una coqueta ciudad mexicana a orillas del Pacífico, revelaban la difícil situación de gobernabilidad que vivía el municipio. Los turistas se cruzaban con perros callejeros y ratas que vivían sus días más gozosos. Era enero de 2013 y el conflicto entre el Ayuntamiento y la empresa ganadora de un concurso para gestionar los residuos se encontraba en su punto más elevado. Por esas fechas, aterrizó en la ciudad un hombre que se veía capaz de acabar con esta caótica situación. Se presentó en la alcaldía con un power point y unos folletos. Ese hombre se llamaba Jordi Pujol Ferrusola, según dos concejales y un empleado municipal.

El primogénito del expresidente catalán había estado involucrado años atrás en el lucrativo negocio de la basura. “Dijo que podía solucionar el problema de la recolección y el tratamiento de residuos. Presentó un currículum interesante en ese sentido; daba la sensación de que tenía mucha experiencia”, cuenta un político que se reunió con Pujol Ferrusola durante esos días.Acompañado por dos hombres, explicó a un grupo de concejales durante una hora la manera en la que su empresa podía gestionar con eficiencia la recolección de desperdicios, un servicio municipal que se había convertido en un quebradero de cabeza para los responsables de la ciudad.

Júnior (1958), como le conocen sus más íntimos, podía acreditar un amplio bagaje en esta área. Un informe de la policía española entregado al juez de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz, documenta las ganancias que obtuvo por asesorar a empresas en materia medioambiental. En octubre de 2002, la consejería de Medio Ambiente de la Generalitat autorizó a una compañía la instalación de una planta de residuos en Tivissa, en la provincia de Tarragona. En esa empresa había entrado previamente Active Traslation, una de las supuestas firmas de Pujol Ferrusola. Los investigadores creen que su participación en la sociedad era ficticia, y que solo se debía a sus influencias para obtener la licencia. Se calcula que pudo cobrar unos dos millones de euros por esta operación.

Júnior desarrolló a lo largo del tiempo una especie de holding alrededor de su persona. Era experto, de acuerdo con las facturas que emitía, en intermediaciones inmobiliarias, negocios en refinerías petroleras, desarrollo medioambiental y compraventa de participaciones mercantiles.También era competente en la gestión de residuos, según lo investigado.

Pujol cobró por el asesoramiento de proyectos de residuos situados en los municipios de Ecatepec (Estado de México), Querétaro, Puerto Vallarta, Acapulco y DF”.

La empresa GBI & Monic Productions recibió una factura de 243.368 euros en febrero de 2010 con el concepto: “Por el asesoramiento y estudio del proyecto de centro de tratamiento de residuos situados en el municipio de Ecatepec, Estado de México. Asistencia en el país, búsqueda de emplazamientos en Querétaro, Puerto Vallarta, Acapulco y DF, búsqueda de potenciales socios locales y de asistencia técnica local, con desplazamiento a México”.

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Sobre esa base, Pujol Ferrusola tuvo que viajar por buena parte del país norteamericano ofreciendo sus servicios. Estuvo supuestamente hasta en cinco municipios de distintos puntos de la república. Las facturas que emitieron las firmas que lo contrataron dan a entender que comenzó a hacer negocios en México alrededor de 2007, aunque quedan muchos interrogantes al respecto. La policía pidió información concreta —correos electrónicos, facturas de hotel, avión— a las compañías que requirieron sus servicios, pero apenas aportaron nada a la causa.

La investigación de la Audiencia Nacional considera que parte del dinero que ingresaban sus empresas, en las que figura también su esposa, Mercé Gironés Riera, procede de compañías que recibían ingresos de organismos públicos catalanes. Entre 2004 y 2012, Pujol realizó 118 movimientos bancarios que están siendo examinados. Las operaciones se efectuaron en 13 países, entre ellos paraísos fiscales como Andorra o las Islas Caimán.

Puerto Vallarta recibió la visita de Pujol Ferrusola en, al menos, dos ocasiones, según concejales de su Ayuntamiento. La edil Susana Carreño recuerda que una mañana de principios de 2013 le pidieron a ella y unos compañeros que se reunieran con “unas personas que venían de España”. La entonces nueva Administración de la ciudad estaba recibiendo constantes ofertas de compañías para encargarse de servicios municipales, pero hasta entonces no habían tratado con representantes de otros países. “Esas personas no trataron conmigo, que es lo normal. Llegaron directamente con la gente de Presidencia. Supongo que vendrían recomendados”, apunta Roberto Ascencio, el síndico de Puerto Vallarta, una figura que se encarga de que los procesos legales se respeten en la Administración, una especie de interventor.

La influencia de Pujol Ferrusola en México no solo se limitaba a las empresas españolas que querían abrirse un hueco al otro lado del Atlántico, concepto por el que ha cobrado elevadas cantidades, sino que comenzó a tratar con importantes empresarios locales. Ello le abrió las puertas de la gestión pública mexicana. Las relaciones cada vez más estrechas de la familia Pujol con los magnates mexicanos quedan reflejadas en unas páginas de la revista Hola en 2012. La hija mayor de Pujol Ferrusola, Mercé, se casó con Ignacio García de Quevedo, hijo de Xavier García de Quevedo, presidente ejecutivo del poderoso Grupo México y uno de los hombres más ricos del país. El negocio principal de Grupo México es la minería, pero García de Quevedo ha reconocido en la prensa económica que, a través de sus filiales, realizará importantes inversiones en perforación de pozos, una vez esté en marcha la reforma energética del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto. Curiosamente, otra de las actividades que dice conocer Pujol Ferrusola, las refinerías petroleras.

“Lo escuchamos durante una hora, pero no nos convenció”, recuerda la concejal Carreño sobre la reunión. Los concejales acordaron rechazar el ofrecimiento. Carreño cree que hubo una segunda visita del empresario, pero no encuentra la fecha concreta en su agenda. El edil de Ecología, Humberto Gómez Arévalo, otro de los presentes, cree que sumar a otra empresa privada a la gestión hubiera agravado el problema. “Bastantes problemas teníamos aquí como para traernos otros de fuera, ¿no? Mejor lo bateamos”, recurre Carreño a un símil de béisbol.

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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.

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