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Un atajo en el Estrecho por 4.000 euros

Las mafias ofrecen cruzar a los inmigrantes en 15 minutos a bordo de motos acuáticas Los que aceptan trasladar hachís obtienen un descuento en el viaje

Hay un camino mucho más corto para cruzar el Estrecho. Sin pasar días y noches enteros hacinados achicando agua con diminutos remos de madera en una balsa de juguete. Pero hace falta dinero. Mucho dinero. Cantidades que no están al alcance de la mayoría de inmigrantes subsaharianos que esperaron meses a cruzar en barrios de Tánger o Casablanca.

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Por 40.000 dirhams (4.000 euros) los pilotos de las mafias que operan en Marruecos ofrecen viajes a España de apenas 15 minutos a bordo de potentes motos acuáticas. En el precio van incluidas gafas de sol y ropa limpia al otro lado para cambiar de aspecto y confundirse con los turistas, nada más salir del agua. El precio —prohibitivo para el inmigrante común que llega con lo puesto a las playas de Tánger desde Senegal, Mauritania o Argelia —se puede rebajar si uno se arriesga a pasar unos cuantos años en la cárcel. Traer un paquete de 20 kilogramos de hachís rebaja la factura en 3.000 euros. Por solo mil, los más temerarios pueden dar el salto a Europa en un cuarto de hora.

Lo sabe Vigilancia Aduanera que ha detectado decenas de casos en los últimos meses. Y sobre todo, la Guardia Civil, que el pasado jueves 7 de agosto, atrapó a tres miembros de una red que trataba de introducir a un hombre en la playa de La Macotilla, a solo unos kilómetros de Tarifa.

Cuando llegaron los agentes vieron saltar a un hombre al agua y nadar hasta la orilla. El conductor de la moto cambió de dirección, aceleró y tomó el camino de vuelta hacia las playas marroquíes. La patrullera de la Guardia Civil le salió al paso y lo interceptó en aguas españolas. En tierra, otras dos personas fueron detenidas a bordo de un coche por facilitar la huida del inmigrante, que ingresó en un Centro de Internamiento de Extranjeros de la zona por orden judicial. Portaban una muda y ropa limpia para camuflar a su cliente. Los tres arrestados ingresaron en prisión acusados de tráfico de seres humanos.

Las redes dan ropa limpia y gafas a los polizones para pasar por turistas
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Uno de los agentes que participó en la operación explica que el trasiego de motos de agua por el canal es cotidiano. “Lo intentan cada día y muchos llegan”, admite con la condición de mantener el anonimato. “Y algunos además traen un paquetito”. En esa misma playa de La Macotilla, de fácil acceso para escapar tierra adentro, el Servicio Marítimo de la Comandancia de Algeciras interceptó 67 kilos de hachís en dos maletas que los ocupantes de una moto acuática lanzaron al mar tras ser sorprendidos en la redada. La droga venía camuflada dentro de bellotas y plastilinas.

Entre las más de 90 lanchas rescatadas por Salvamento Marítimo el martes y el miércoles también había notables diferencias. La mayoría eran toy, esos plásticos de juguete que se compran en cualquier tienda de Casablanca o Tánger por 810 dinhares (81 euros). Pero en medio de esa temeraria regata de hinchables, llegó también una zodiac rígida a motor. En el espigón de Tarifa paso desapercibida porque llegó desinflada y su motor se descolgó durante la maniobras de remolque. “La historia de las colectas entre desconocidos para comprar barquitas están bien, pero aquí siguen operando mafias organizadas”, apunta un funcionario policial con muchos trienios en el control de inmigración.

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