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Desmantelada una red que traficaba con hachís robado a otros narcos

La banda usaba disfraces de policías para simular operaciones antidroga Localizaba los fardos con balizas de localización por satélite

Parte del material incautado por las fuerzas policiales en la operación.
Parte del material incautado por las fuerzas policiales en la operación.

Una operación conjunta del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil ha desmantelado una banda criminal que introducía hachís robado a otras redes de narcos por Marruecos en embarcaciones. Las fuerzas de seguridad han arrestado a 35 personas en Madrid, Málaga, Algecieras y Sanlúcar de Barrameda y se han incautado de 1.230 kilos de hachís, más de 55.000 euros en efectivo, 14 coches y 12 armas de fuego. Además, los agentes hallaron durante los registros diversos enseres que permitían a los integrantes de la organización disfrazarse como miembros de cuerpos policiales para perpetrar los golpes.

Según informa en un comunicado el Ministerio del Interior, los integrantes de esta banda se infiltraban en otros grupos de narcotraficantes para sustraer la droga que marcaban con balizas de localización por satélite que les permitían no perderlas de vista. Uno de los fardos incautados llevaba adosado un dispositivo GPS.

Siguiendo la pista a una serie de secuestros, extorsiones,  robos con violencia y otros delitos menores, los investigadores dieron con esta banda criminal que se encargaba de robar la mercancía a otros narcos que transportaban hachís a España por la desembocadura del Guadalquivir. Y supieron del "vuelco" que preparaba para hacerse con un alijo de 1.500 kilos de droga que iba a llegar desde Marruecos. La hipótesis policial señala que la red contaba con infiltrados entre los transportistas y también en el grupo de propietarios de la droga en Marruecos  que se encargaban de colocar dispositivos vía satélite para tener los fardos localizados. El robo de 1.230 kilos de este alijo desencadenó una serie de secuestros exprés de varios miembros de una familia (entre ellos dos niños de ocho y nueve años) en Sanlúcar de Barrameda. Los captores, que la policía identifica como matones a sueldo contratados por la banda de traficantes, trataban de forzar así la devolución de la mercancía. Las denuncias de vecinos de esta población gaditana sobre la presencia de individuos armados permitieron liberar a uno de los hombres secuestrados "atado de pies y manos, amordazado, con una capucha en la cabeza y multiples heridas producto de una paliza". Sus raptores se dejaron en la huida un vehículo y una pistola, así como pasamontañas, guantes y cuerdas.Los seguimientos efectuados desde entonces por la Guardia Civil permitieron realizar las primeras detenciones el pasado 25 de julio. En un solo domicilio, la policía interceptó 63 teléfonos móviles, tres armas cortas de fuego, una de ellas idéntica a la que los raptores dejaron olvidada junto al hombre secuestrado.

En la operación han participado agentes del Greco y el Grupo de Estupefacientes de la Comisaría de Rota del Cuerpo Nacional de Policía y el equipo contra la Delincuencia Organizada Antidroga, el laboratorio de criminalística y la Policía Judicial de Jérez de la Frontera de la Guardia Civil. 

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