_
_
_
_
_
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Las complicaciones del final de ETA

Luis R. Aizpeolea

El comunicado de ETA, pese a su confusión, contiene una buena noticia el inicio del sellado y desmantelamiento de sus estructuras armadas, que la banda anunció en febrero, lo que confirma la irreversibilidad del final de la violencia etarra.

Pero también aporta una mala noticia: que ETA no tiene intención de disolver su sigla ni de ceder el protagonismo político exclusivo a la izquierda abertzale. En definitiva, quiere permanecer como agente político.

La principal perjudicada de esta decisión de la banda es la izquierda abertzale que se resiente de una pérdida de autoridad sobre los restos de la banda terrorista.

Todo ello aparece recubierto de mucha confusión. ¿Cómo va a proceder ETA a su desarme? Ni siquiera cita a la comisión internacional de verificación de desarme, coordinada por Ram ManiKullingam, que muy recientemente que no había novedades en el proceso de desarme. Tampoco hace alusión al gobierno vasco que reiteradamente ha mostrado su disposición a contribuir a su desarme.

Hay otra ausencia clamorosa en el comunicado. No hay ninguna referencia al compromiso del colectivo de presos de ETA adquirido el 28 de diciembre pasado de asumir la legalidad penitenciaria y la reinserción individual de sus presos. Y no la hay porque un alto porcentaje de presos de ETA no quiere hacer autocrítica de su pasado.

Es la clave, junto con la persistencia de ETA de que sus siglas prosigan, de la confusión existente en el mundo de ETA y de la izquierda abertzale y de la complicación del final de este ciclo que, afortunadamente, se está realizando sin la espada de Damocles de la violencia terrorista.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_