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Tribuna
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Mas busca una salida

El presidente de la Generalitat ha trazado una ruta suicida y Rajoy esperará hasta el final, hasta el 9 de noviembre

Francesc de Carreras

En las últimas semanas, quienes pueden tener buenas conexiones con el Gobierno de Madrid y han hablado con Artur Mas coinciden en afirmar que éste les ha preguntado con insistencia si creen que Mariano Rajoy le ofrecerá una salida a la difícil situación en la que se encuentra. “¿No creéis que antes del 9 de noviembre me harán una oferta?”, inquiere el presidente de la Generalitat. La respuesta, obviamente, siempre ha sido la misma: “No lo sabemos”. Son sinceros, de cierto nada saben.

Ahora bien, puestos a especular, me parece que lo más probable, en esta etapa final, es que el presidente Mariano Rajoy no ofrezca salida alguna que le permita a Artur Mas salvar la cara y que le deje recorrer en solitario el camino que él mismo se ha trazado: que el Parlamento catalán apruebe la más que extraña ley de consultas no referendarias (hecha ad hoc para el caso), esperar la impugnación del Gobierno para derrochar victimismo (“no nos dejan votar”), redoblar el victimismo cuando el Tribunal Constitucional suspenda la ley (aunque sea un acto debido) y encajar con más victimismo todavía la anulación de cualquier acto que la aplique, en especial, si es el caso, la convocatoria de una consulta.

Acabada la política, nuestro Estado de derecho tiene recursos para solventar el asunto aplicando la legalidad
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Mas se ha trazado una ruta suicida y seguramente Rajoy esperará a que la siga hasta el final, hasta el 9 de noviembre. En definitiva, lo más razonable es que el presidente del Gobierno, que desde el principio no ha movido un ápice su posición, sea consecuente con ello y deje que el presidente de la Generalitat siga enredándose en una madeja que ya no controla, pero a la que da vueltas y vueltas sin saber adónde ir.

Rajoy sabe que la pelota está en el tejado de Mas, que ha sido él quien ha tomado en solitario las diversas iniciativas de este proceso y que la responsabilidad del mismo es de la Generalitat y del Parlamento de Cataluña. ¿Por qué intentar ahora salvar a Mas para enredarse él, Rajoy, como lo ha hecho el presidente catalán? No tiene ningún sentido.

De manera que Artur Mas debe calmar sus nervios y no esperar que la solución le vendrá de fuera. Que cada palo aguante su vela: no creo que haya oferta alguna, e incluso si la hubiera, a estas alturas de la película Mas no la podría aceptar, se ha comprometido demasiado. Acabada la política, nuestro Estado de derecho tiene recursos suficientes para solventar el asunto aplicando la legalidad.

Es lo que la Unión Europea (UE) espera, es lo que esperan los mercados. El presidente catalán está empezando a poner cara de Juan José Ibarretxe.

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