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Felipe VI cambia el protocolo y permite la jura del cargo sin Biblia ni crucifijo

La Casa del Rey dice que se trata de cumplir con la libertad religiosa que decreta la Constitución

El nuevo magistrado del Tribunal Constitucional, Antonio Narváez Rodríguez, jura su cargo.
El nuevo magistrado del Tribunal Constitucional, Antonio Narváez Rodríguez, jura su cargo. Zipi (EFE)

La Casa Real ha cambiado el protocolo y permite, a partir de ahora, que los nuevos miembros de las instituciones que juran o prometen el cargo en La Zarzuela puedan hacerlo sin una Biblia y un crucifijo delante. Hasta ahora, los nuevos cargos tenían la opción de jurar o prometer cumplir sus obligaciones, pero no podían intervenir en la disposición de los elementos simbólicos exhibidos en el acto. Fuentes de la Casa Real arguyen que el cambio trata de cumplir con la libertad religiosa que decreta la Constitución.

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El fiscal Antonio Narváez Rodríguez ha jurado hoy ante el rey Felipe VI el cargo de magistrado del Tribunal Constitucional en sustitución de Enrique López, quien volvió a su antigua plaza de magistrado tras aceptar una pena de multa de 1.440 euros y la retirada del carné de conducir por un delito contra la seguridad vial cometido por saltarse un semáforo cuando conducía su moto sin casco y bebido. En la ceremonia, celebrada en el Salón de Audiencias del Palacio de La Zarzuela, Narváez Rodríguez ha jurado su cargo delante de un ejemplar de la Biblia, otro de la Constitución y un crucifijo, pero por vez primera la disposición de la Biblia y del crucifijo obedecía a la voluntad del nuevo alto cargo, porque se le ha ofrecido la posibilidad de elegir si quería o no que estuvieran allí mientras pronunciaba la fórmula del juramento.

Por lo demás, la fórmula seguirá siendo la misma: "Juro (o prometo) cumplir fielmente las obligaciones del cargo de (el que corresponda en cada ocasión) con lealtad al Rey y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado".

Antonio Narváez ha jurado ante una Biblia colocada a su izquierda, abierta por el Libro de los Jueces, y ante otro de la Constitución que mostraba el artículo 159 del Título IX, referido al Tribunal Constitucional. Frente a él, en la mesa, el crucifijo que siempre se ha visto en estas ceremonias protocolarias y que en el futuro podrá desaparecer si así lo considera oportuno quien presta juramento o promesa.

En su ceremonia de proclamación, Felipe VI prescindió de la misa posterior, como sí tuvo su padre don Juan Carlos cuando ascendió al trono. felipe VI tomó esa decisión para respetar, como jefe del Estado, la aconfesionalidad de este, según explicaron entonces fuentes de La Zarzuela. Eso sí, el Rey, que es católico, juró, y no prometió, cumplir la Constitución.

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