_
_
_
_
_

El lehendakari apremia al presidente a cerrar el capítulo terrorista

Iñigo Urkullu cree que con un acuerdo con el Gobierno se evitarían escisiones en la banda

Luis R. Aizpeolea
El lehendakari, Iñigo Urkullu.
El lehendakari, Iñigo Urkullu. L. Rico (EL PAÍS)

El lehendakari Iñigo Urkullu pretende un acuerdo con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para lograr un final ordenado de ETA. Urkullu apela a la “responsabilidad” del presidente del Gobierno para alcanzar una confluencia en un “momento histórico” y cerrar el contencioso cuando ya han pasado más de dos años y medio desde el cese definitivo del terrorismo por parte de la banda. El lehendakari conversó el pasado 30 de mayo con Rajoy, justo después de la celebración de las elecciones europeas, y se emplazaron a un próximo encuentro, demorado por la abdicación del rey Juan Carlos y la proclamación de Felipe VI. Esa reunión está pendiente de que la concrete La Moncloa y, previsiblemente, será antes de las vacaciones veraniegas.

El final de ETA y el problema territorial, marcado por el reto soberanista en Cataluña, estará sobre la mesa. Hoy lunes, Urkullu abre en El Escorial un ciclo sobre el final de la banda terrorista, organizado por la Universidad Complutense de Madrid, donde avanzará algunas de sus posiciones políticas sobre este “momento histórico”.

Urkullu quiere cerrar cuanto antes el capítulo del final de ETA y pretende contar con la complicidad de Rajoy en ese intento de urgencia. Y lo quiere hacer este semestre, antes de que finalice el año, ya que 2015 será un año electoral marcado por los comicios municipales, autonómicos y generales, que impedirá cualquier movimiento político de calado. Además, el lehendakari quiere abordar el reto de la recesión económica en el País Vasco y la reforma del Estatuto de Gernika, que pretende culminar en dos años y medio, en un clima de serenidad política que facilitaría un encauzamiento del final ordenado de ETA.

Tres encuentros

Enero de 2013. Mariano Rajoy recibió a Urkullu tras la toma de posesión del lehendakari, que ofreció al líder del PP su disposición a darle apoyo y a colaborar para lograr "el cierre definitivo" del terrorismo.

Julio de 2013. En la cita, secreta, Urkullu plantea al presidente del Gobierno que la flexibilización de su política penitenciaria contribuiría a que ETA diera los pasos para cerrar el ciclo terrorista. El lehendakari también aprovechó para hablar de la situación

Febrero de 2014. Rajoy y el lehendakari se reúnen de nuevo en secreto. Urkullu insiste en la necesidad de una aplicación más flexible de la política penitenciaria y, sobre todo, con más intensidad sobre los beneficios para los presos de ETA tras asumir públicamente el rechazo a la violencia.

La urgencia por cerrar el capítulo de ETA tiene también razones propias. El “final ordenado” de la banda terrorista en el que Urkullu pretende implicar a Rajoy se concreta, desde la perspectiva del Gobierno vasco, en que el presidente del Gobierno “no dé la espalda al desarme de la banda terrorista” y en que “inicie una política activa de reinserción de los presos etarras arrepentidos”, una vez que ETA lleva ya más de dos años y medio manteniendo su compromiso de cese definitivo del terrorismo.

Urkullu respalda a la comisión internacional de verificación, integrada por expertos internacionales en conflictos armados y coordinada por Ram Manikkalingam, para que logre el desarme definitivo de ETA. Urkullu pretende que el Gobierno de Rajoy facilite ese desarme en Francia y España y no le ponga los obstáculos que permanentemente viene desplegando desde que la comisión internacional de verificación empezó a trabajar para lograr la entrega de las armas. El Gobierno español contaría con la complicidad del Gobierno francés en esta cuestión, ya que Francia es más proclive a implicarse en el desarme, teniendo en cuenta que la inmensa mayoría de los arsenales de ETA están en su territorio.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Urkullu cree que si el Gobierno de Rajoy no pone obstáculos a esa operación será más rápida su materialización teniendo en cuenta que la izquierda abertzale, el antiguo brazo político de ETA, es proclive a acelerarlo y podría vencer las resistencias que existen en la banda terrorista, cuyos componentes temen que, debido a sus movimientos para hacer realidad la entrega de las armas puedan ser detenidos.

Asimismo, Urkullu presentó hace meses a Rajoy un plan de reinserción de los presos etarras arrepentidos del que todavía no ha obtenido ninguna respuesta. Su plan promovía que Instituciones Penitenciarias permitiera que los presos etarras que han rechazado la violencia terrorista se acercaran a las cárceles vascas. También pedía facilidades para las progresiones de cambio de grado penitenciario, siempre que los presos cumplieran con las exigencias que marca la ley, en el marco de una política más ágil. Urkullu le pidió a Rajoy en ese plan, presentado hace meses, que terminara con la política penitenciaria de excepción a los presos etarras, a la vista de que la violencia terrorista terminó hace ya mucho tiempo. Paralelamente, Urkullu ha reclamado reiteradamente en el País Vasco a la izquierda abertzale que exija a ETA su rápido desarme y disolución y a los presos de ETA que cumplan con la legalidad penitenciaria. Asimismo, ha reclamado a la izquierda abertzale que reconozca su complicidad con el terrorismo en el pasado y pida perdón a las víctimas de ETA.

Frente a las tentaciones de Rajoy de mantener la inercia en materia de desarme y política en las cárceles, dadas las presiones que sufre desde la derecha más extrema y desde algunas asociaciones de víctimas del terrorismo, Urkullu argumenta ante Rajoy que el final ordenado de ETA, con una implicación del Gobierno, impediría que ningún arma de la banda terrorista quedara sin control. Además, arguye que facilitaría la disciplina de los etarras y evitaría el riesgo de escisiones en la banda, de la misma manera que impediría que la sigla ETA pudiera ser recogida por disidentes.

Urkullu también argumenta ante Rajoy que un final ordenado de ETA, el cierre ordenado de la etapa terrorista que culminaría un ciclo histórico de tragedias, facilitaría la convivencia en el País Vasco y también en España y evitaría el riesgo de que el espíritu de venganza se traspasara a otras generaciones.

En este sentido, Urkullu, en alguno de sus encuentros con Rajoy, ha solido apelar al espíritu de la Transición caracterizado por su altura de miras que permitió superar en España la tragedia de la Guerra Civil.

Vía propia de autogobierno

Desde que estalló el movimiento soberanista en Cataluña, el lehendakari Urkullu siempre ha marcado las distancias, también con sus tradicionales aliados de CiU, y ha aclarado que el País Vasco tiene su propia vía de autogobierno. Desde primeros de año, una comisión del Parlamento vasco debate la actualización del Estatuto de Gernika, aprobado en 1979. Su pretensión es culminar sus tareas en dos años y medio, cuando termine el mandato de esta legislatura vasca. Urkullu ha reiterado que quiere un acuerdo plural sobre la actualización del autogobierno, al menos similar al que tuvo el Estatuto de Gernika y pretende que el nuevo Rey, Felipe VI, contribuya con su mediación en el caso de que tenga problemas con la Administración central.

Urkullu no se ha alineado con Artur Mas en su apuesta soberanista. Padeció la experiencia negativa de la apuesta soberanista de Ibarretxe que le hizo al PNV perder la centralidad y después el Gobierno vasco y no quiere, tampoco, quedar en manos de Bildu. Eso no significa que esté satisfecho con el Gobierno de Rajoy, que ha interpuesto 26 recursos contra el Ejecutivo vasco en tan solo año y medio. Sin duda esta cuestión estará sobre la mesa.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_