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El Gobierno resta solemnidad al último trámite de la ley de abdicación

El Ejecutivo rechaza defender la norma en el Senado, que se aprueba con el apoyo del 90% de sus miembros

Alberto Ruiz-Gallardón conversa con el senador socialista José Montilla.
Alberto Ruiz-Gallardón conversa con el senador socialista José Montilla.J.J. Guillén (EFE)

La abdicación de Juan Carlos I ha superado este martes el último trámite parlamentario, el de la aprobación de la ley orgánica correspondiente en el pleno del Senado. La norma salió ya de las Cortes, será sancionada este miércoles por la tarde por el monarca en su último día de reinado y entrará en vigor el jueves, coincidiendo con la proclamación de Felipe VI ante el Congreso y el Senado en el palacio de la Carrera de San Jerónimo.

El de este martes en el Senado ha sido, en esencia, el mismo debate del Congreso de hace una semana, con los mismos argumentos y los mismos grupos en contra, pero con distintos protagonistas y, sobre todo, con la ausencia en la tribuna de oradores del Gobierno, que renunció a defenderlo.

Hace una semana fue el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien defendió la norma en el Congreso, con un discurso de Estado, al que se sumó el del socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, en uno de sus últimos actos como líder de la oposición. En el Senado, el Gobierno ha renunciado a intervenir y en el banco azul solo han asistido al debate cuatro ministros mudos desde su escaño: Ana Mato, José Ignacio Wert, Alberto Ruiz-Gallardón y Fátima Báñez.

El debate fue, en esencia, el mismo que el de hace una semana en el Congreso

Es decir, ha habido nulo brillo de solemnidad para la primera sucesión en la Corona con la Constitución de 1978, para el último trámite de la ley más corta en su contenido, la más rápida en su tramitación en las Cortes y la más trascendente en sus efectos de la democracia constitucional. Todos los grupos, salvo el PP, han afeado al Gobierno que no presentara la ley, por entender que es un “desprecio al Senado”, según las palabras del socialista Marcelino Iglesias.

Han votado a favor PP, PSOE, UPN y Foro Asturias, hasta sumar 233 de 258 senadores presentes, casi el 90% de los votos. Con respecto al Congreso, solo ha faltado el voto de UPyD, que no tiene representación en la Cámara alta. Han estado en contra IU, ICV y ERC (cinco senadores) y se han abstenido los 20 parlamentarios de CiU, PNV y Coalición Canaria.

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Los tres partidos que han votado en contra de la ley han presentado enmiendas de veto, con idéntico texto al que había rechazado el Congreso, por entender que es preciso convocar un referéndum sobre el modo de Estado. Como ocurrió hace una semana, el debate ha terminado sirviendo para que todos los grupos fijaran posición ante la Monarquía, más allá de la abdicación y la sucesión en la Corona.

Estuvieron en contra IU, ICV y ERC  y se abstuvieron CiU, PNV y Coalición Canaria.

Para José Manuel Mariscal, senador de IU, de lo que se trataba era de decidir entre “un mandato medieval o una soberanía popular” en la que los ciudadanos decidan sobre la forma de Estado. El representante de IU ha aprovechado para pedir que el todavía rey Juan Carlos haga público su patrimonio y “saque de dudas” a los ciudadanos. En su opinión, la Transición terminó el pasado 2 de junio, cuando abdicó el Rey, y, por eso, ese día se rompió al pacto que se plasmó en el reconocimiento de la Monarquía en la Constitución.

A esta tesis ha añadido la senadora de ERC, Ester Capella, la referencia al proceso soberanista de Cataluña, dando por hecho que el nuevo Rey se opondrá a la consulta y advirtiendo de que el 9 de noviembre se dará vía libre a la “república catalana”.

La izquierda que no es el PSOE ha formalizado de nuevo la ruptura del pacto constitucional que supuso la aceptación de la Monarquía a finales de los setenta. CiU se ha sumado a esa ruptura con su abstención y, sobre todo, con su posición crítica. Para argumentar su ruptura y su abstención, ha utilizado la ausencia de “sensibilidad” hacia Cataluña el portavoz de CiU, Josep Lluis Cleries. Su intervención ha estado cargada de reproches al Estado porque, en su opinión, se impide a los ciudadanos que expresen su opinión en las urnas y, por eso, “confiamos en que en ese proceso el nuevo Rey tenga una actitud valiente, porque nuestra nación catalana debe ser lo que los catalanes queremos que sea”.

El PNV, que fue excluido en 1978 de la ponencia constitucional, también ha defendido la abstención, dando por hecho que la sucesión del Rey es algo ajeno a los ciudadanos vascos, que ni siquiera apoyaron mayoritariamente la Ley Fundamental hace 36 años.

En nombre del PSOE y del PP, ha defendido la ley sus portavoces en el Senado, Marcelino Iglesias y José Manuel Barreiro. Han coincidido en defender la vigencia del pacto constitucional y en poner de manifiesto el largo periodo democrático que ha supuesto la Monarquía y el reconocimiento a la labor de don Juan Carlos.

“En este debate está en discusión la decisión de una persona de abdicar, no el modelo de Estado, que ya fue reconocido por los ciudadanos en referéndum en 1978”, ha asegurado el senador del PP.

En esta tesis ha incidido también José Montilla, portavoz del PSC, que tiene grupo parlamentario propio en el Senado, al margen del PSOE.

Los dos senadores de Amaiur y el de Bildu se ausentaron de la votación, tras hacer una intervención muy dura contra el Rey, con referencias a su designación por el “genocida Francisco Franco”.

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