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De Adolfo Suárez a Mariano Rajoy, una fácil convivencia

Todos los presidentes de la democracia defendieron al Rey y a la Corona

Francesco Manetto
El Rey Juan Carlos, acompañado de los expresidentes del Gobierno González, Zapatero y Aznar, y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
El Rey Juan Carlos, acompañado de los expresidentes del Gobierno González, Zapatero y Aznar, y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.EFE

A finales de marzo se cerró un círculo. La muerte de Adolfo Suárez culminó una intensísima relación institucional que había empezado con estas palabras: "Te tengo que pedir un favor". El Rey comunicó así su elección a quien se convertiría en el primer presidente de la democracia.

Era 1976, la última ocasión en que el Monarca nombraba directamente a un jefe del Ejecutivo y se inauguraba otra manera de hacer política en España. Un camino que llevó a don Juan Carlos a una colaboración estrechísima con todos los presidentes del Gobierno, con quienes despachó semanalmente hasta este lunes. Y ese "favor" —recordado por el periodista Fernando Ónega, colaborador y autor de los discursos más conocidos de Suárez, en su libro Puedo prometer y prometo— se convirtió el pasado 24 de marzo en una despedida llena de agradecimiento.

"El fallecimiento de Adolfo Suárez", destacó el Monarca, "me llena de consternación y de pena. Tuve en él a un amigo leal y, como Rey, a un colaborador excepcional que, en todo momento, tuvo como guía y pauta de comportamiento su lealtad a la Corona y a todo lo que ella representa... Mi gratitud hacia el duque de Suárez es, por todo ello, honda y permanente, y mi dolor hoy, es grande".

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En medio quedan 38 años de política, de representación del Estado, en algunos casos de amistad —a veces con altibajos— y, en todos, de proximidad. Ónega rememora también ese día de 2008 en el que don Juan Carlos visitó a Suárez para llevarle el Toisón de Oro. El expresidente, ya enfermo, no le reconoció. "¿Tú también vienes a pedir dinero?", le preguntó. "Naturalmente, yo vengo a pedir dinero donde sé que hay", bromeó entonces el Monarca.

La historia recordará quizá la esa relación como la de mayor trascendencia, aunque el vínculo del Rey con Leopoldo Calvo-Sotelo fue comparativamente tan breve como intenso. Junto a él vivió las consecuencias del intento de golpe de Estado el 23-F, apenas dos semanas después de que le propusiera como sucesor de Suárez al frente del Gobierno. Después llegó Felipe González, el primer presidente socialista, quien mantuvo con el Monarca una relación de amistad. El papel del exmandatario en la defensa de la Corona adquirió un papel aún más relevante en los últimos años, cuando la popularidad ciudadana de esa institución empezó a menguar.

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Tras el viaje del Rey a Botsuana, en 2012, González puso en valor sus disculpas y defendió sin fisuras el papel de la Monarquía. El expresidente pidió en una entrevista concedida entonces a la cadena SER tener en cuenta la historia de España: "La historia es como una mochila que llevamos en la espalda, y la nuestra es la que es, por tanto, uno no debe descuidarse la mochila porque si se olvida se le pone delante de la cara", enfatizó.

Las críticas al Monarca preocupan a González y también a José María Aznar o a José Luis Rodríguez Zapatero. El exlíder de los populares recordaba en su primer libro de memorias una anécdota que da la idea de su identificación del Rey con una referencia y un pilar del Estado. En noviembre de 2002, Aznar subió a un Boeing 707 de la Fuerza Aérea junto a su esposa, Ana Botella, y un grupo de colaboradores rumbo a República Dominicana. En otro avión viajaban los Reyes. Durante la travesía, el Boeing sufrió una avería. Entonces el exjefe del Ejecutivo llamó a don Juan Carlos para comunicarle dos cosas: "Primero, que nos adelantaran porque teníamos un problema mecánico potencialmente grave. Y, segundo, que si nos ocurría algo, en la cartera que llevaba conmigo en el avión había un cuaderno azul en el que estaba apuntado el nombre de la persona que en mi opinión debía hacerse cargo de la situación".

Recientemente, también Zapatero se pronunció sobre el Rey, rechazando además la hipótesis de la abdicación. "Creo que el mandato del Rey y de esta monarquía es ante todo el reinado de la democracia en España. Tenemos que preservar que eso tenga un buen final", consideró en una entrevista en Cuatro. Tras él, Mariano Rajoy se convertirá en el presidente del Gobierno que despidió a don Juan Carlos y recibió a Felipe VI. Entre el actual jefe del Ejecutivo y el Rey se había establecido una estrecha relación de colaboración en la defensa de los intereses de España. Y los últimos discursos del Rey, escritos por el propio Rajoy, destacaban la recuperación económica y el crecimiento al igual que todos los mensajes de los miembros del Gobierno.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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