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El PNV asiste “sin miedo” al recorte de su ventaja por Bildu

La mayoría nacionalista avanza ante el descalabro autonómico de PSE y PP

Xabier Arzalluz, proclive siempre a frases lapidarias, repetía con asiduidad: “Cuando ya no esté ETA, si el PNV se duerme, ganará Herri Batasuna. Y si HB se duerme, ganará el PNV”. Sin violencia terrorista desde hace casi tres años, y con los últimos resultados en Euskadi de las elecciones autonómicas de 2012 y de las europeas del pasado domingo, el PNV deberá activar sus alertas porque su ventaja con respecto a la izquierda abertzale cada vez es menor.

En el Euskadi Buru Batzar, la dirección nacionalista, no se siente “miedo” por el avance de EH Bildu, según el análisis realizado ayer en su reunión semanal de los lunes. “Se han cumplido los dos objetivos que nos marcamos en esta campaña”, sostienen. Izaskun Bilbao —número dos en la lista que encabezaba CiU— ha conseguido su escaño en el Europarlamento y el PNV ha logrado la victoria global en el País Vasco, aunque acuse una ligera caída (1,1%) con respecto a 2009. Pero es un triunfo sustentado en la amplia ventaja —49.000 votos— que le aporta el sólido granero electoral de Bizkaia. En ese territorio histórico, considerado el más autonomista dentro de las sensibilidades internas del partido, el PNV demuestra su fortaleza aunque ya no cuente con el factor de Iñaki Azkuna, el fallecido alcalde de Bilbao.

En cambio, EH Bildu sí ha metido el miedo en el cuerpo a los nacionalistas al imponerse en los otros dos territorios vascos y, sobre todo, en un mayor número de ayuntamientos (124 por 107 del PNV). Estos resultados pronostican una dura pugna para las elecciones municipales y forales de 2015. Los independentistas, que acudían a las europeas sin el respaldo de ERC, se han impuesto por primera vez en Álava, un feudo cuyas instituciones domina por completo el PP y en el que el PNV busca gobernar la Diputación foral. A su vez, los abertzales mantienen el dominio en Gipuzkoa, donde apenas sufren un ligero desgaste en San Sebastián y son capaces de ganar en Eibar, ayuntamiento de histórica inspiración socialista.

Este estrecho marcaje entre las dos fuerzas mayoritarias de Euskadi apuntala su estrategia de introducir el debate sobre el derecho a decidir, en línea con el discurso mantenido durante la pasada campaña, pero, sobre todo, deja como meros espectadores al resto de las fuerzas políticas, muy lejos de convertirse en una oposición consistente. Así, cinco años después de haber alcanzado —en ausencia de la ilegalizada izquierda abertzale— un acuerdo político para convertir a Patxi López en el primer lehendakari no nacionalista, PSE-EE y PP digieren a duras penas su batacazo y en especial los socialistas, con una pérdida de 100.000 votos que prolonga la sangría de anteriores elecciones.

En Navarra, tras haber gobernado con Yolanda Barcina (UPN), el PSN busca remedio sin rumbo a la pérdida de la mitad de su peso electoral, a la que ha contribuido la caótica estrategia seguida con la moción de censura contra la actual presidenta y que se decidió en Ferraz. De rebote han convertido a EH Bildu en la auténtica alternativa de poder a la derecha.

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