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145 inmigrantes entran en Melilla tras dos nuevos saltos en masa de la verja

Unos 600 subsaharianos han intentado superar la valla fronteriza en dos tandas De ellos, 250 sin papeles han estado seis horas en el espacio entre las dos alambradas La Guardia Civil ha devuelto a 256 personas a las autoridades marroquíes

Foto: atlas | Vídeo: ATLAS | ÁNGELA RÍOS (EFE)

Unos seiscientos inmigrantes intentaron durante la madrugada de este jueves franquear la valla que separa Melilla de Marruecos. Lo hicieron en dos tandas, y 145 de ellos lograron su objetivo, según fuentes del Ministerio del Interior. Casi todos los integrantes de ese grupo —140— llegaron por su propio pie al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) gritando, como ya es habitual, “¡Bosa, bosa!” (victoria, victoria). Otros cinco, heridos, fueron atendidos por la Cruz Roja y el servicio de Emergencias.

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Tras el primero de los intentos de entrada, 250 subsaharianos permanecieron seis horas en el exiguo espacio que separa las dos alambradas que componen la frontera. Además, otros cinco se subieron a los tejados de las casas del Barrio Chino y otro permaneció encaramado en una farola. Todos ellos fueron entregados a las autoridades marroquíes por la Guardia Civil.

El primer salto se produjo sobre las seis de la mañana, cuando unos 400 inmigrantes, divididos en al menos dos grupos, intentaron saltar la valla en varios puntos, en la zona entre el Barrio Chino y Beni Enzar. La mitad de ellos no pudieron alcanzar el centro de internamiento y permanecieron unas seis horas en el espacio que separa las dos alambradas, encaramados en la valla.

La presión de la Guardia Civil, que desplegó en la zona un fuerte dispositivo para impedir la entrada de los subsaharianos, provocó que poco a poco los inmigrantes fueran descendiendo de la verja. Varios hicieron frente a los agentes. Mientras estos los hostigaban, ellos intentaron arrebatarles las defensas y se apoderaron de algunos de sus cascos y porras. Según el Ministerio de Interior, un grupo prendió fuego a varias prendas de vestir y se las arrojó a los agentes de la Guardia Civil, que rociaron a sus miembros con un extintor para evitar que siguiera quemando objetos. En el vídeo, se puede ver claramente como uno de los policías sube la valla y rocía a un inmigrante con un extintor. 

Los agentes cortaron varias zonas abatibles situadas en lo alto de la valla, que en principio están para dificultar el acceso de los inmigrantes, pero que en la práctica los estaban ayudando a escalarla. La Cruz Roja intervino en varias ocasiones para atender a algunos de los subsaharianos.

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Interior informó de que 14 guardias habían sido heridos: uno cuando un subsahariano que estaba subido a una farola se cayó sobre él; otro por contusiones y erosiones, y el resto, por golpes. Por su parte, cinco inmigrantes resultaron heridos: uno con contusión sin fractura en una pierna, dos con fractura en el tobillo y otro con una fractura bilateral del calcáneo. Todos fueron dados de alta y conducidos al CETI. Además, el Gobierno de Rabat informó de que unos veinte emigrantes necesitaron atención médica en el hospital de Nador, la localidad marroquí vecina a Melilla.

El espacio entre las dos alambradas, donde se refugiaron los inmigrantes, es motivo de polémica entre el Gobierno, las ONG que trabajan en la frontera e incluso el Defensor del Pueblo.

El Ministerio del Interior se ampara en una sentencia del Tribunal Supremo de 2007 y en sus acuerdos con Marruecos para devolver a todos los subsaharianos que alcanzan este espacio porque asegura que se trata de rechazos en frontera. Según Interior, la zona de la valla es similar a la del puesto fronterizo de Beni Enzar, que también es territorio español, pero desde la cual se puede devolver a las personas que tratan de entrar irregularmente.

Tanto las organizaciones humanitarias como la defensora, Soledad Becerril, consideran que ese suelo pertenece a España y, por tanto, a los sin papeles que lo pisan se les debe abrir un expediente, documentarlos y, en su caso, devolverlos después a Marruecos.

El último salto se produjo a las once de la mañana. Unas doscientas personas intentaron cruzar la frontera, pero fueron repelidas por las fuerzas de seguridad marroquíes en la zona conocida como Vaguada de Linares.

El Ministerio del Interior denunció este jueves la actitud “beligerante” que muestran los inmigrantes en sus últimos intentos de acceder a Melilla, informa Europa Press. Según el departamento que dirige Jorge Fernández Díaz, han puesto en marcha nuevas formas de presión y tácticas de diversa naturaleza con el objeto de forzar su entrada a territorio español. Así, simulan sufrir espasmos, pérdidas de conocimiento o contusiones que luego no se corresponden con los diagnósticos médicos. En la mayoría de los casos se trata de lesiones leves o hipotermia como consecuencia de las largas horas que han permanecido encaramados en la valla, a más de seis metros de altura.

El ministerio también señaló un cambio en sus tácticas. Si antes los saltos se producían en masa y de forma bastante desorganizada, ahora es habitual que primero se agrupen, para luego después disolverse y provocar que la eficacia de las Fuerzas de Seguridad se diluya.

El pasado 25 de abril el Consejo de Ministros aprobó el procedimiento de emergencia para acometer obras en los perímetros fronterizos de Ceuta y Melilla, con un importe de 2,1 millones de euros.

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