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Exteriores avisa a Londres de la especial gravedad del último incidente en el Peñón

Un agente español resultó ayer herido tras un forcejeo con la policía de Gibraltar Madrid se queja de que se obstaculice la lucha contra el contrabando de tabaco Margallo pide un informe policial sobre el último percance en aguas que rodean el Peñón

Patrulleras de la Guardia Civil y lanchas de la policía británica durante una manifestación de pesqueros en Gibraltar, el pasado agosto.
Patrulleras de la Guardia Civil y lanchas de la policía británica durante una manifestación de pesqueros en Gibraltar, el pasado agosto.CLAUDIO ÁLVAREZ

Los incidentes entre la Guardia Civil y la policía gibraltareña en las aguas que rodean el Peñón, cuya soberanía reivindican ambos países, se han hecho casi cotidianos, y las consiguientes quejas diplomáticas un puro trámite. En lo que va de legislatura, el Foreign Office ha convocado cuatro veces al embajador español en Londres, Federico Trillo, y el Ministerio de Asuntos Exteriores otras tantas a su homólogo británico en Madrid.

Pero esta vez la protesta ha subido de tono. El director general de Política Exterior y Asuntos Multilaterales, Globales y de Seguridad, Ignacio Ibáñez, convocó este viernes al encargado de Negocios del Reino Unido —en ausencia del embajador, Simon Manley— para trasladarle su protesta por el último incidente y alertarle de su “especial gravedad, no solo porque se han producido daños personales [en alusión al guardia civil que resultó herido], sino porque supone un entorpecimiento de la lucha contra el contrabando”, según la nota difundida por la Oficina de Información Diplomática (OID).

Tras subrayar que “los hechos se produjeron en aguas españolas en el ejercicio por la patrullera de la Guardia Civil de actividades de vigilancia, control y lucha contra una actividad ilícita”, el diplomático urgió a las autoridades británicas a que “tomen las medidas necesarias para evitar que se repitan incidentes de esta naturaleza”, al tiempo que, arrimando el ascua a su sardina, destacó que hechos como este demuestran la necesidad de intensificar los controles en las aguas y también en la Verja, de los que tanto se quejan Londres y Gibraltar.

Según el relato de hechos contenido en la nota, el incidente se produjo “cuando una patrullera de la Guardia Civil detuvo en aguas españolas a una embarcación que estaba haciendo contrabando de tabaco. En el momento en que la patrullera se disponía a remolcarla, aparecieron varias embarcaciones británicas, que dificultaron la maniobra obligando a subirse a bordo de la embarcación aprehendida a un agente de la Guardia Civil para tripularla. Una embarcación de la Royal Navy Police se interpuso produciéndose, en repetidas ocasiones, choques entre las embarcaciones. En el transcurso de los hechos, un agente de la Guardia Civil sufrió lesiones en el cuello y espalda, causando baja en el servicio”, concluye.

El incidente fue denunciado por la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), que precisó que la patrullera de la Policía gibraltareña embistió en dos ocasiones contra la embarcación, en la que se incautaron 300 cajetillas de tabaco, haciendo que el agente que la había abordado cayera de costado.

De su lado, las autoridades gibraltareñas aseguraron que “en ningún momento hubo contacto físico” de la patrullera de la policía del Peñón con la de la Guardia Civil o la barca de los contrabandistas, y se remitió a un portavoz del instituto armado, que habría reconocido que el agente se cayó al saltar de una embarcación a otra.

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