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Columna
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El órdago de Artur Mas

Esta tarde, a las 16 horas, tiene su llegada procedente de la estación ferroviaria de Sants (Barcelona) un órdago soberanista, en forma de “Proposición de Ley Orgánica de delegación en la Generalidad de la competencia para autorizar, convocar y celebrar un referéndum sobre el futuro político de Cataluña”, que presenta el Parlament. Su toma en consideración será debatida en el pleno del Congreso de los Diputados, una vez que la Mesa de la Cámara, en su reunión del 24 de enero, adoptó el acuerdo de admitirla a trámite, trasladarla al Gobierno para que manifestara su criterio, publicarla el Boletín Oficial de las Cortes Generales y notificar al autor de la iniciativa, en este caso la Comunidad Autónoma de Cataluña, para que aporte la exposición de motivos y los demás antecedentes que deban acompañarla, conforme a las disposiciones reglamentarias.

A punto de abrirse el portón de cuadrillas, el público ignora quién será uno de los tres diestros que figurarán en el cartel, sujeto a decisiones de último momento. Ninguna seguridad de que salga al ruedo el presidente Mariano Rajoy y ninguna duda de que lo hará el líder del principal partido de la oposición, el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba. Se confirma una primera deserción, la del president Artur Mas, que repite su papel de Capitán Araña, como hizo cuando la Diada, aceptando la participación de los miembros de su Gobierno pero absteniéndose de comparecer en la manifestación. Sí sabemos que para defender la Proposición de Ley se repartirán el turno inicial tres diputados del Parlament representantes de Convergència i Unió, Jordi Turull; de Esquerra Republicana de Catalunya, Marta Rovira; y de Izquierda Plural, Joan Herrera. También que antes de iniciarse el debate, como dice el artículo 126, se dará lectura al criterio del Gobierno, “si lo hubiere”. Oportuna salvedad porque de si habrá o no tal criterio que leer tampoco se tiene noticia fidedigna, de acuerdo con el principio de incertidumbre de Rajoy, siempre contrario a adelantar acontecimientos.

El antecedente más claro de la sesión de hoy debe buscarse en el pleno del martes 1 de febrero de 2005, cuando a partir de las 16 horas se debatió la reforma del Estatuto político de la Comunidad de Euskadi, formulada por el Parlamento vasco y defendida por el lehendakari Juan José Ibarretxe, que encabezaba la delegación de la Asamblea proponente. La votación final dio como resultado 344 votos emitidos; a favor, 29; en contra, 313; abstenciones, dos, según proclamó el presidente de la Cámara, que levantó la sesión cuando eran las once y cuarenta minutos de la noche. Los proponentes dan por rechazada su proposición, pero ya tienen señalado que su plan de referéndum a celebrar el 9 de noviembre se mantiene invariable. Vamos a tomar la curva de A Grandeira sin disminuir la velocidad y se diría que solo se busca el despliegue posterior de las asistencias.

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