El juez Moreno cita al etarra Bolinaga por el asesinato de un guardia civil

El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno ha citado como imputado al etarra Josu Uribetxeberria Bolinaga, en libertad condicional por enfermedad terminal (cáncer) desde agosto de 2012, para declarar este jueves como supuesto autor del asesinato del guardia civil Antonio Ramos Martínez, quien fue acribillado a balazos dentro de su coche el 8 de junio de 1986 en Mondragón (Gipuzkoa) cuando tenía 32 años.

La citación del etarra, condenado como autor del secuestro del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, el más largo en la historia de España, se produce después de que la Audiencia haya reabierto la causa por el asesinato del cabo del instituto armado. El sumario ha sido declarado secreto. La declaración se hará mediante videoconferencia desde los juzgados de Bergara (Gipuzkoa), según fuentes jurídicas.

La fiscalía pidió la reapertura de la causa después de recibir un informe de la Guardia Civil en el que se relacionaba a Bolinaga con este crimen. La Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) ha presentado también una querella contra el etarra por su supuesta participación en el asesinato. Según la asociación, Bolinaga formaba parte del comando Bellotxa de ETA y, siguiendo órdenes de la banda terrorista, participó en estos hechos.

El pasado agosto, Bolinaga fue examinado por médicos forenses de la Audiencia Nacional. En julio, los oncólogos del servicio vasco de salud informaron del “estancamiento del proceso oncológico” del etarra. Los médicos concluyeron que el recluso padece “metástasis múltiples de un carcinoma renal a nivel de sistema nervioso central” y un “nódulo pulmonar”, y que su estado sigue siendo muy grave e irreversible.

En agosto los forenses afirmaban que el estado del terrorista “no impide de forma absoluta” que sea tratado en una prisión, siempre que esta cuente con medios personales y materiales que permitieran atender a Bolinaga y derivarle con urgencia a un centro hospitalario con servicio de oncología. Pese a ello, consideran “justificado” que el etarra siga su tratamiento en libertad.