Rajoy y Rubalcaba preparan el debate para rechazar el plan independentista

El Gobierno y todos los grupos parlamentarios dan por hecho que Mariano Rajoy intervendrá en el debate que el próximo martes, día 8, cerrará la puerta en el Congreso al plan soberanista catalán que encabeza Artur Mas, aunque el jefe del Ejecutivo no ha confirmado oficialmente su intervención y, según fuentes de La Moncloa, mantiene sus dudas.

Según estas fuentes, es previsible que Rajoy hable con el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, antes del debate. El líder socialista se inclina por participar, mientras que el presidente duda entre bajar el perfil del debate, una vez que Artur Mas ha declinado intervenir y acudir, o solemnizar la posición radicalmente en contra de la consulta.

El precedente es el debate que se produjo el 1 de febrero de 2005, cuando el Congreso dio un portazo al plan Ibarretxe para el País Vasco. Entonces se trataba de admitir a trámite una reforma estatutaria y ahora se tratará de una proposición de ley del Parlamento catalán para que el Gobierno ceda la competencia que le permite convocar referendos. El resultado será el mismo: entonces hubo 313 votos en contra y ahora hay previstos 302.

Hace nueve años intervino el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. También lo hicieron el líder de la oposición, Mariano Rajoy; el portavoz socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el lehendakari, Juan José Ibarretxe, porque en aquella ocasión no había consenso con otros partidos de su comunidad. Esta vez intervendrán representantes de CiU, ERC e ICV y los grupos parlamentarios del Congreso. El Gobierno puede intervenir siempre que quiera y con quién estime conveniente.

Por el momento, Rajoy ha suspendido su comparecencia en la sesión de control del Senado de ese día para estar presente en el Congreso.

En el final del debate de hace nueve años, que duró desde las 16 a las 23 horas, Ibarretxe dejó dicho algo que sonó a voluntad de seguir adelante, pese al rechazo del Congreso. “Si se decide dar un portazo, lo que haré simplemente será cumplir mi palabra: seguir adelante, trasladar la palabra al pueblo”, afirmó. Pero todo quedó en el final de su plan, la convocatoria de elecciones y su desaparición de la vida política.

Otro elemento diferencial entre ambos debates radica en la estrategia del PP. Rajoy mantiene el mismo rechazo a la propuesta, pero entonces intentó que ni siquiera se debatiera en la Cámara, por entender que era una reforma constitucional encubierta. Quiso pararla en la Mesa del Congreso, intervino el Tribunal Constitucional y, en su respuesta a Ibarretxe en la tribuna, dijo: “Si hubiera estado en mi mano, no celebraríamos este pleno, lo confieso”. Ahora, como presidente, ha preferido un trámite rápido.

Rajoy contestó la propuesta de Ibarretxe con un discurso muy duro, en el que usó el mismo argumento que ahora sobre la soberanía indivisible de los españoles. Y acabó con una frase premonitoria: “Ni siquiera el presidente del Gobierno puede convocar un referéndum sin la autorización de estas Cortes; menos puede hacerlo ningún presidente de comunidad autónoma; si alguno lo hace, prevarica. Personalmente no tengo miedo al resultado de un referéndum y menos en el País Vasco, lo que temo es que no se respete la ley, que se sienten precedentes, que cunda la impresión de que en este país las normas no se respetan y que la autoridad no se ejerce”.