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Los impuestos y Cataluña centrarán un debate en precampaña

Rajoy apuntará su bajada y Rubalcaba planteará el “rescate fiscal” a los débiles ERC, CiU e ICV llevan una propuesta sobre la consulta independentista

Rajoy y Rubalcaba, frente a frente en el debate de 2013.
Rajoy y Rubalcaba, frente a frente en el debate de 2013.Cristóbal Manuel

El debate del estado de la nación, que empieza este martes y durará tres días, no solo es el acontecimiento político del año. Esta vez además es clave porque llega casi en periodo electoral y además en el ecuador de la legislatura. Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba, los dos principales protagonistas, quieren aprovechar la ocasión con objetivos muy distintos: uno para hacer olvidar los dos últimos años, y otro para que no se olviden.

El presidente pretende lanzar la idea de que le ha dado la vuelta a la crisis, que empieza una especie de nueva etapa ya con la vista puesta en las elecciones europeas y, más importante, en las locales y autonómicas del año que viene. Por eso insistirá en que lo peor quedó atrás, en que valió la pena el sacrificio y sobre todo buscará titulares positivos con detalles de su reforma fiscal y su prometida bajada de impuestos.

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Rajoy no podrá desgranarla toda porque aún no la tiene terminada y pactada con la Comisión Europea. De hecho aún no tiene ni siquiera el informe de los expertos. Pero sí intentará marcar el debate con algunas promesas que gusten a su electorado, muy enfadado con su política y en especial con las constantes subidas de impuestos.

El entorno del presidente ya ha apuntado que la rebaja de impuestos será muy importante, aunque en un asunto como este la clave está en los detalles y no parece que Rajoy esté en condiciones aún de dar muchos. Lo que sí está claro es que el grueso de las bajadas —en muchos casos se tratará en realidad de volver a la situación anterior a las subidas que hizo el PP en 2012— solo tendrá efecto en 2015, año electoral, aunque sí lograrán centrar los debates políticos de 2014.

Mientras, Rubalcaba, que se juega menos al estar en la oposición, sí tiene una reforma fiscal detallada que llevar al debate: la que aprobó la conferencia política del PSOE. En ella se habla de una especie de “rescate fiscal” de los sectores que más han sufrido la crisis. La medida consistiría en eximir del pago del impuesto sobre la renta (IRPF) a familias con ingresos individuales inferiores a 16.000 euros. El PSOE estima que con su reforma unos cinco millones de personas —entre trabajadores, desempleados y pensionistas— dejarían de pagar el impuesto de la renta; cada uno de ellos se ahorraría, de media, unos 1.000 euros al año. Para compensar los 5.000 millones que se perderían el PSOE plantea un nuevo impuesto sobre la riqueza, lograr un tipo efectivo mucho mayor para las grandes empresas, un doble impuesto nuevo sobre los bancos o un IVA para bienes de lujo.

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El choque sobre la crisis económica y los impuestos, en el que Rajoy recibirá también el ataque de otros grupos como Izquierda Unida o UPyD, centrará buena parte del debate del estado de la nación. De hecho el presidente tiene toda la intención de quedarse, si puede, casi en exclusiva en este punto. Él intentará convencer a los ciudadanos de que gracias a su gestión las cosas empiezan a mejorar. Y tratará de buscar los datos comparativos con la situación de hace un año.

Los últimos datos que maneja La Moncloa, aunque aún no son públicos, señalan que en este momento hay más afiliados a la seguridad social que hace un año, en el peor momento de la crisis. Sin embargo la oposición tratará de comparar con la situación de hace dos años, cuando Rajoy llegó a La Moncloa y sobre todo antes de que aplicara su reforma laboral, tan criticada en la izquierda. Los datos oficiales indican que desde que Rajoy llegó al Gobierno se han destruido 1.050.000 empleos.

Sin embargo la economía no será el único asunto, y la oposición tiene especial interés en que Rajoy hable de otros muchos que suponen crisis internas en el PP y un claro deterioro de imagen del Ejecutivo. La oposición sacará cuestiones delicadas como la ley del aborto, la ley de seguridad ciudadana, la corrupción del caso Gürtel o el final de ETA y la política antiterrorista de Rajoy, un asunto en el que UPyD y Amaiur, desde ópticas opuestas, pondrán sin duda el foco.

Pero además de los impuestos y la crisis económica, el otro gran asunto del debate parece estar, al menos a priori, en la crisis independentista en Cataluña. Rubalcaba presionará a Rajoy con su propuesta de una reforma constitucional y le exigirá que se mueva. Josep Antoni Duran i Lleida (CiU) también apretará con la necesidad que el presidente se mueva. Y Rosa Díez (UPyD) le pedirá que sea más duro. El presidente no parece tener intenciones de mover una coma su posición.

Todos los partidos, ya en plena precampaña para las europeas, aprovecharán la ocasión de mostrar sus líneas maestras. Las formaciones que defienden la consulta soberanista catalana, por ejemplo, harán frente común en defensa de abrir una vía de diálogo entre Gobierno y Generalitat para hacer posible la votación, informa Miquel Noguer. CiU, Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya presentarán, cada uno por su cuenta, una propuesta en este sentido y, según fuentes de los tres partidos, “muy similar” a la que el año pasado motivó la división del Grupo Socialista. Este año no está prevista esta fractura porque PSOE y PSC ya han pactado una posición común.

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