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Rajoy desautoriza a Cospedal

La victoria de Santamaría y Arenas deja tocada a la secretaria general

Carlos E. Cué
El secretario de Estado de Servicios Sociales, Juan Manuel Moreno.
El secretario de Estado de Servicios Sociales, Juan Manuel Moreno.

Desde 1990, cuando José María Aznar se hizo con el poder después de años turbulentos en la derecha española, en el PP solo manda una persona: el presidente del partido. En esta formación no hay primarias, ni abiertas ni cerradas, la militancia no vota salvo rarísimas excepciones y casi todo se decide cuando el líder da una orden. Algunos pensaron que tal vez con Rajoy, ocupado del Gobierno en un momento crítico, podía haber más contrapoderes. Y se inició una batalla por debajo para controlar el PP andaluz, el mayor de todos, clave para cualquier operación política de alto nivel. Pero Rajoy ha vuelto a demostrar este martes que en el PP solo manda uno: él.

El presidente cerró de un portazo la disputa por el poder del PP andaluz y eligió a Juan Manuel Moreno Bonilla, número dos de Ana Mato en el ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales y el candidato apoyado por Javier Arenas y Soraya Sáenz de Santamaría. Y desautorizó así abiertamente, por primera vez de manera evidente, a María Dolores de Cospedal, la secretaria general, que había apostado por José Luis Sanz -no públicamente pero nadie tenía dudas- y está muy distanciada de Moreno.

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En realidad el malagueño, un hombre de partido que ha hecho todo el recorrido interno hasta llegar al puesto al que aspiraba, líder en su tierra, tiene avales de mucho peso como Arenas, Santamaría o Mato, además de su relación directa con Rajoy, pero además cuenta con el apoyo incondicional de su provincia y de otros muchos sectores en Andalucía, que no veían clara la opción de Sanz.

Moreno, aunque tendrá que hacer mucho trabajo para ser más conocido y con el hándicap de no ser diputado autonómico, tiene en principio mucho más tirón electoral que Sanz y eso habrá sido sin duda clave en su elección. Es un candidato joven para la edad media de la política (43 años) y con proyección y años por delante para hacer frente al torrente de Susana Díaz, la presidenta socialista.

Pero más allá de las claves andaluzas, que son importantes, en el trasfondo está una batalla a todo o nada por el control no solo del PP actual sino incluso del futuro del partido cuando Rajoy abandone la primera línea. Y en esa gran batalla, en la que participan muchas fichas, hay dos personajes clave, dos mujeres jóvenes: Santamaría y Cospedal. Ninguna de las dos lo admite nunca pero ambas están detrás de muchos de los enfrentamientos soterrados de los últimos años.

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Este último no era un choque cualquiera, y además, al contrario de lo que es habitual en el mundo de Rajoy, siempre lleno de ambigüedades, deja con claridad vencedores y vencidos. Cospedal, después de años de choque soterrado con Arenas, hizo hace meses su mayor apuesta interna: una batalla encarnizada para conquistar el poder nada menos que del PP andaluz, el feudo histórico de Arenas, amigo de Rajoy.

Muchos pensaron que la ganaría, y sus fieles en la dirección andaluza, sobre todo Juan Ignacio Zoido, llegaron a dar por hecho el plan para aupar a Sanz por dos veces y convocaron hasta reuniones internas para cerrarlo que tuvieron que cancelar por orden de Rajoy. Pero el presidente, como siempre a su manera, dejando pasar muchísimo tiempo, mandó parar por dos veces y finalmente sancionó con la elección de Moreno una derrota en toda regla de Cospedal que la deja internamente muy tocada. Aún está por ver si Sanz aún querrá dar la batalla pero sin el aval de Rajoy es casi imposible ganar en un PP en La Moncloa con mayoría absoluta.

Cospedal ahora tendrá muchas más dificultades para imponer cualquier decisión, precisamente ahora que llegan momentos clave de negociación de la financiación autonómica, por ejemplo, y se acercan unas elecciones en las que ella se la juega a todo o nada en Castilla-La Mancha. Aunque esta mujer, curtida en otras batallas, sigue siendo la secretaria general y seguramente pensará ya en cómo darle la vuelta a este golpe tan duro.

Rajoy al fin ha empezado a tomar decisiones. El siguiente paso será el candidato a las elecciones europeas. Algunos dirigentes veían ayer en esta primera decisión clave de Rajoy la antesala de una crisis de Gobierno que muchos auguraban para este mes, aprovechando la candidatura a las elecciones europeas y en el ambiente del debate del estado de la nación, siempre propicio para dar un giro a la legislatura.

Gestos como el de la salida de Moreno, pieza política clave en el ministerio de Mato, hacen pensar a algunos que Rajoy podría estar preparando un movimiento de fichas de fondo. La ausencia de José Ignacio Wert en la gala de los Goya también ha sido internamente muy comentada como una muestra de que el ministro peor valorado del Gobierno, muy respetado intelectualmente por Rajoy -fue una apuesta personal suya- está de salida. El presidente tiene la última y única palabra pero la elaboración de la lista europea, salida natural para algunos ministros, es un momento perfecto si quiere hacer cambios.

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