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Mahón levanta un polémico monumento a 75 presos fusilados por los republicanos

El PSOE acusa al PP de recordar a unas víctimas y no a todas

El Ayuntamiento de Mahón, en la isla de Menorca, con mayoría absoluta del PP, ha abierto una polémica política e histórica al anunciar que alzará un monumento memorial a 75 víctimas de la guerra civil que murieron tras el asalto al buque prisión Atlante. 37 religiosos y 38 civiles y militares, encarcelados, fueron fusilados en dos días por descontrolados republicanos. Ocurrió en noviembre de 1936 tras un bombardeo de la aviación de los rebeldes franquistas que causó varias víctimas entre la población. Tras el ataque aéreo surgió la represalia. Menorca, tras el golpe de Franco, vivió dos años fiel a la República, etapa en la que se produjeron crímenes y desmanes. Al ser tomada la isla por las tropas de Franco, la represión apareció cruel y duró años.

La alcaldesa Águeda Reynés, del PP, aludió a razones democráticas, a un acto de justicia en positivo para justificar que se alce un monumento de este tenor con el que se recordará a un conjunto de olvidados, según sus palabras. Señaló que para ella se alude a todas las víctimas de la guerra y que, especialmente, se responde a un deseo de los familiares. En el centro de Mahón uno de los grandes artefactos del decorado urbano del franquismo homenajeaba a los héroes y caídos y su leyenda fue rectificada, adecuada a "todos".

El promover institucionalmente en 2014 un homenaje permanente a unas víctimas, no a todas, ha creado malestar social. “Han cruzado una línea roja al destinar dinero público a un monumento que sólo recuerda a las víctimas de un bando de la Guerra Civil”, aseguró el PSOE, a través del exalcalde, Vicent Tur, que señaló que la izquierda ha celebrado actos discretos y en el cementerio para evocar a los fusilados. Esta iniciativa del PP, cree Tur, "permite que los que ganaron la contienda y gobernaron el país durante 40 años se sientan superiores”.

El monumento a los religiosos y activistas asesinados de la derecha se alza porque lo decide el Ayuntamiento, pero que descarga la responsabilidad de la propuesta en los familiares y descendientes de las víctimas del Atlante. Inicialmente se pretendía colocar solo una placa. Algunos familiares de los fusilados reseñan que es un recuerdo “apolítico” con el que no se quiere “buscar culpables ni señalar a nadie”. Un exconcejal socialista, el abogado Miquel Quetglas, ha sido el promotor de la construcción del emblema polémico.

El monumento, una escultura que en perfil evoca la chimenea y unos mástiles del vapor, de 14 metros, se integra en un mirador de una zona reformada del puerto de Mahón, en cala Figuera, donde fondeaba el Atlante. La artista Mila Ahedo firma la obra que sufragan el Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria de Baleares, entidad que se desmarcó de la iniciativa en una nota pública, solo reconoció que asume la mitad del presupuesto. La construcción valdrá 16.200 euros.

Miembros de grupos que vindican la Memoria Histórica han lamentado que las instituciones de Menorca no hayan destinado un solo euro, ni dedicado un acto, a recordar a las víctimas de la dictadura.

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