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El bulevar costará ocho millones y eliminará los aparcamientos gratuitos

El parking costará otros cinco, costeados por las adjudicatarias, según el Consistorio Con 18.000 parados, los ciudadanos no entienden este proyecto que ha encendido las protestas

La reforma de la calle de Vitoria, en Burgos, que ha puesto en pie de guerra a los vecinos del barrio de Gamonal, prevé la construcción de un bulevar de un carril por sentido para vehículos, que sustituirá a los cuatro hoy existentes. El proyecto también contempla un carril para la circulación de bicis.

Una de las mayores críticas de los habitantes de la zona es que con la nueva cara que se le quiere pintar a la calle se eliminarán las plazas de aparcamiento para coches. Pero los vecinos también critican duramente la intención del Ayuntamiento de restringir en el bulevar la circulación de taxis, autobuses, ambulancias y vehículos de residentes.

Gamonal es un barrio con 30.000 viviendas, con un importante parque de vehículos y gran densidad de circulación

El diseño sí tiene en cuenta la construcción de un aparcamiento bajo tierra con 246 plazas. Cada una de ellas costará 19.800 euros y dará derecho a su uso durante 40 años.

Gamonal es un barrio con 30.000 viviendas, con un importante parque de vehículos y gran densidad de circulación; y los ciudadanos se han acostumbrado a aparcar incluso en doble fila. “Nosotros nos entendemos, funcionamos bien así, no necesitamos aparcamientos de pago”, denuncian los vecinos que previsiblemente verán hoy cómo las máquinas comienzan a perforar el asfalto de la calle de Vitoria. Las obras tienen un presupuesto de ocho millones de euros, más otros cinco para el aparcamiento subterráneo. Pero, según afirmó ayer el alcalde Javier Lacalle, eso lo cubrirán las empresas adjudicadas.

Burgos tiene un censo de 18.000 parados. Es la razón principal por la cual la mayoría cree que “ahora” no conviene gastar el presupuesto municipal en un bulevar. Quienes protestan creen que hay otras prioridades en la zona, como arreglar la biblioteca pública, reparar las aceras y ampliar el alumbrado de las calles. “Hay que pagar las deudas, y crear un sinfín de servicios sociales antes de esta reforma que solo embellecerá la ciudad”, afirma E. P. R., una mujer de 35 años desempleada, que prefiere no dar su nombre, según explica, por miedo a “represalias policiales”.

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