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El conflicto llega en pleno despliegue del Ejecutivo para lograr inversiones

Margallo viajó a Pekín para intentar trasladar un mensaje de tranquilidad sobre la economía

La tensión entre China y España puede asestar un duro golpe a los intentos del Gobierno español de profundizar en las relaciones entre los dos países con objeto de reducir el déficit comercial español con China y atraer más inversiones chinas —y más turistas y estudiantes— a España. Estos esfuerzos se han visto reflejados en los últimos meses con un despliegue de visitas oficiales a China.

El pasado junio, el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, viajó a Pekín para intentar trasladar a los líderes chinos un mensaje de tranquilidad sobre la economía española. Se entrevistó con el vicepresidente Li Yuanchao y le entregó un informe con 11 asuntos pendientes y prioritarios para el Ejecutivo de Mariano Rajoy: entre ellos, la negociación de un nuevo convenio de doble imposición que contemple una menor tributación para las empresas (reducir el tipo impositivo en la repatriación de dividendos procedentes de inversiones españolas en China del 10% al 5%, como ha sido negociado con otros países europeos) y también de un convenio de Seguridad Social.

Solo un mes después, en julio, una delegación del Congreso encabezada por su presidente, Jesús Posada, se entrevistó en Pekín con el presidente chino, Xi Jinping, a quien trasladó también la preocupación española por el abultado déficit comercial con China y el interés en recibir más inversiones. España tiene un déficit comercial histórico con Pekín. Las exportaciones al país asiático ascendieron a 3.765,8 millones de euros en 2012, un 11% más que el año anterior, mientras que las importaciones fueron de 17.631,3 millones, un 5,4% menos. En el primer semestre de 2013 las exportaciones han sido de 2.019 millones, un 13,4% más. La inversión directa bruta de empresas y particulares chinos en España fue de unos 130 millones de euros en 2012, el doble que el año anterior, según datos del Ministerio de Economía.

El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, viajó a principios de septiembre a Pekín para participar en la 7ª edición del Foro España-China, cuyo fin es impulsar las relaciones entre los dos países, en particular entre las empresas (hay unas 600 firmas españolas en el país asiático). Entre los objetivos, incrementar el número de turistas chinos que viajan a España. En 2012 lo hicieron 177.000, un 55,2% más que el año anterior. Gastaron 125 millones de euros.

En noviembre, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, viajó a la capital china para la Feria de la Educación de China, en la cual España ha sido invitado de honor. Wert comunicó a las autoridades el interés de las universidades españolas por acoger a jóvenes chinos. En la actualidad son 6.000 los que cursan estudios en España.

Pekín no ha dudado en el pasado en tomar medidas contra los países que considera que han dañado sus intereses políticos o económicos. Lo ha hecho con Gobiernos que han recibido al líder budista tibetano, el Dalai Lama, y lo hizo con Noruega tras la concesión del Premio Nobel de la Paz al disidente chino Liu Xiaobo.

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<CS8.8>El Gobierno español ha presumido desde hace años de que Pekín llegó a decir que España es “el mejor amigo de China en la UE”. La situación actual va a poner a prueba esta amistad. China y España celebran este año el 40º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas.</CS>

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