Arrinconados por el soberanismo
Desde 2012, la ola independentista ha arrinconado a los populares
Rajoy apostó en 2008 por Alicia Sánchez-Camacho para que impusiera en el PP catalán (PPC) la paz social rota por tres de sus familias. Y lo logró. Fiel a La Moncloa y tras purgar a los críticos, la senadora dirige el partido con mano de hierro y sin contestación. Tras cosechar los mejores resultados de su historia en Cataluña y ser socio de Artur Mas (CiU) en 2010, el PP se situó por primera vez en el eje de la política catalana. Pero el idilio duró poco. Desde 2012, la ola independentista ha arrinconado a los populares, que ven su espacio disputado por Ciutadans.
El caso del espionaje político ha dañado la imagen pública de Camacho tras revelarse su conversación con Victoria Álvarez, exnovia de Jordi Pujol Ferrusola. Con todo, el partido esgrime que hay siete imputados y que fue ella la víctima. Camacho goza, según varias fuentes, de la confianza total de Rajoy, por mucho que los barones la criticaran por impulsar una financiación singular para Cataluña, que el PPC aprobó en 2012. No hay, por tanto, relevo a la vista en un momento político delicado. El PPC lamenta que la política catalana esté inmersa en “el bucle” de la consulta. Eso agota, dicen. Camacho delegó por razones personales en su portavoz Enric Millo y no fue a la convención de Córdoba.