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ACCIDENTE MINERO EN LEÓN

Los mineros vuelven al pozo Emilio

La actividad se reanudará el miércoles pero no habrá trabajo en el macizo accidentado El minero que resultó herido crítico es trasladado a planta 12.000 metros cúbicos de gas mataron a los seis mineros de León

Los mineros del Pozo Emilio del Valle regresarán al trabajo este miércoles en el turno de las ocho de la mañana tras el escape de gas grisú que se produjo el pasado lunes y que costó la vida a seis trabajadores. La actividad se reanudará en los macizos cinco y nueve, pero no en el macizo siete, en el que se produjo el siniestro, que permanecerá cerrado por lo menos hasta que concluya la investigación y se esclarezcan las causas de lo ocurrido, según ha informado la Hullera Vasco Leonesa, propietaria de la explotación.

La plantilla de 240 trabajadores regresará a su actividad normal ya que tras la reunión mantenida este martes entre los miembros de la empresa y los representantes de los trabajadores, y "atendiendo a la explicación de los técnicos de Minas que el martes inspeccionaron el pozo", se dan las condiciones de seguridad necesarias. Los trabajadores del primer turno se reincorporarán en sus puestos en compañía de los miembros del comité de seguridad. "El primer relevo fue el que vivió el accidente, así que no queremos que entren solos", ha explicado José Antonio Colinas, delegado sindical de UGT. "Empezarán el trabajo con nosotros, haremos un recorrido con ellos para que se sientan más seguros y luego haremos una asamblea", ha añadido.

En cuanto al macizo siete, lugar en el que estaba el taller de trabajo en el que se produjo el escape, permanece "clausurado" y se efectúan "únicamente" labores de ventilación y mantenimiento que son realizadas por la Brigada de Seguridad de la mina.

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La Comisión, formada por representantes de los trabajadores, de la empresa, y por técnicos de la Junta de Castilla y León, ha emitido un informe que indica que los macizos 5 y 9, que no fueron afectados por el escape de grisú, reúnen las condiciones de seguridad suficientes como para que se vuelva a trabajar en ellos.

El macizo número siete, a casi  694 metros de profundidad, podría no volverse a abrir nunca si la empresa atiende a la petición de los representantes de los trabajadores, que solicitaron su clausura definitiva. 

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El minero herido de gravedad que permanecía hospitalizado, José Manuel Menéndez, de 42 años, permanece "estable" y en la tarde de este martes ha sido trasladado a planta desde la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario de León. Menéndez no recuerda nada de lo ocurrido el día del accidente y los facultativos han recomendado que, de momento, continúe así, según han indicado personas cercanas al herido.

Fuentes del comité han asegurado que el escape de gas grisú (metano) en el momento del accidente fue de alrededor de 12.000 metros cúbicos en un espacio muy reducido, de unos veinte metros de largo por cinco de ancho y dos y medio de alto. "Eso provoca un auténtico tsunami", según José Antonio Colinas, delegado de UGT. El grupo de técnicos que ayer descendió a la mina de Pola de Gordón encontró objetos (los autorrescatadores que llevan los mineros, lámparas), esparcidos por la zona donde se produjo el accidente.

Este lunes se cumplía una semana del trágico siniestro en el que perecieron los mineros y era el momento fijado para volver a la actividad en Pola de Gordón. Durante toda la semana pasada no ha sido posible acceder en el pozo debido a que los niveles de grisú eran todavía demasiado elevados, según confirmó un portavoz de la Hullera Vasco Leonesa, cuya cúpula directiva aún no había decidido si realizará una investigación interna sobre lo ocurrido en la galería 7. “De momento, nuestros técnicos quedan a disposición de la investigación que ha iniciado la Junta de Castilla y León”, informó el representante de la compañía.

Hasta que se reaunden los trabajos unos 250 trabajadores de la mina seguirán sin tarea. Otros 150 volvieron ayer a sus labores de mantenimiento, limpieza y en administración, así como en otro de los pozos que la empresa tiene en la zona.

Los sindicatos convocaron el pasado martes un paro frente al Ayuntamiento de la Pola de Gordón donde el dolor por las víctimas se mezcló con críticas a las condiciones de trabajo de los mineros del yacimiento y a los recortes de las ayudas al sector. Agustín Prieto, secretario general de UGT en Castilla y León, apuntó a que "no son tiempos para hacer análisis de lo que ha pasado" y pidió serenidad hasta que se esclarezcan los hechos. Otras voces, como la del alcalde de Vegacervera, Luis Rodríguez, que trabajó en la mina, expresaron la semana pasada sus dudas sobre si el accidente pudo originarse en un fallo técnico o humano. “El escape fue un derrabe (vertido) de carbón que ha empujado el gas. Habría que haberlo evitado”, se lamentó.

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