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Aznar revuelve en la memoria del 11-M

El expresidente revela en su biografía que el CNI no certificó que ETA estuviera tras los atentados Dos días después de la masacre seguían las dudas

José María Aznar (d) con el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, el 12 de junio de 2001.
José María Aznar (d) con el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, el 12 de junio de 2001. EFE

Casi diez años después del 11-M, José María Aznar revuelve en la memoria con consideraciones sobre la autoría de los atentados, un asunto que la Audiencia Nacional zanjó en su sentencia de 2007 al culpar a una célula islamista. El expresidente del Gobierno revela ahora que el Centro Nacional del Inteligencia (CNI) no certificó la autoría de ETA y, dos días después, le trasladó sus dudas sobre los responsables de la matanza de Atocha, mientras que él y su Gabinete defendieron desde el primer momento ante la opinión pública la hipótesis que apuntaba a esa organización terrorista.

En la segunda entrega de sus memorias (El compromiso del poder, Planeta), Aznar rememora una conversación con Jorge Dezcallar, exdiplomático y entonces director del CNI, marginado en la investigación de los atentados, que costaron la vida a 191 personas, hasta después de las elecciones generales del 14 de marzo de 2004. Un día antes, jornada de reflexión, el exjefe del Ejecutivo almorzó con Mariano Rajoy, se reunió con el exministro del Interior Ángel Acebes y recibió el informe sobre el atentado y la cuestión de la autoría encargado a Dezcallar. “Se trata de un informe personal, no clasificado”, escribe Aznar en el capítulo titulado Mis diarios del 11-M, según los extractos del libro difundidos este sábado. “Después de una serie de consideraciones, como conclusión, el informe dice textualmente lo siguiente: ‘No estamos en condiciones de respaldar o rechazar ninguna de las dos grandes alternativas en presencia”, en alusión a que ETA estuviera detrás de los atentados o a que los responsables fueran terroristas vinculados a movimientos islamistas.

Cubierta de la segunda entrega de las memorias de Aznar.
Cubierta de la segunda entrega de las memorias de Aznar.

“Ni antes ni después del atentado se ha detectado absolutamente nada ni dentro ni fuera de España que pudiera indicar una preparación o satisfacción por lo que ha ocurrido. El silencio es total, como atestiguan todos los contactos mantenidos con los servicios de Inteligencia de nuestro entorno o el mundo árabe. Nadie ha detectado nada, ni antes ni después (y eso que la NSA de Estados Unidos lleva veinticuatro horas dedicada a este tema con la máxima prioridad)”, resume Aznar sobre ese informe. Esta versión coincide con lo que ocurrió en los días posteriores a los atentados, cuando el PP utilizó al CNI para tratar de demostrar que no mintió sobre la autoría. Ese mismo día, sábado 13 de marzo, el propio Dezcallar fue presionado por el Gobierno para que desmintiera una noticia de la cadena Ser que afirmaba que el CNI trabajaba “al 99% de posibilidades” con la hipótesis de la autoría islamista. Pasadas las cuatro de la tarde, los servicios secretos emitieron un comunicado, algo absolutamente inusual: “No es cierto y no tiene sentido lo que se ha afirmado que hayamos abandonado totalmente una línea de investigación en beneficio de otra o de otras”.

En ese momento, tres marroquíes y dos españoles de origen indio llevaban más de una hora detenidos.

Ataque a Zapatero

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El exjefe del Ejecutivo titula el décimo capítulo de sus memorias Mis diarios del 11-M, donde, además de recordar su conversación con el responsable de los servicios secretos, narra sus impresiones de la transición entre su Gobierno y la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero.

En esos apuntes se lee: "Investidura. Discurso de Zapatero en un tono de Zapatero del que ya se ve el fondo: diálogo, más diálogo, solo diálogo, frente a mi prepotencia y autoritarismo". Aznar considera que el expresidente socialista "abre todos los problemas sin cerrar ninguno: reforma constitucional, reforma de los Estatutos, retroceso antiterrorista. Actitud clara de intentar aislar al PP: el todos contra el PP. De economía no habla; matrimonio homosexual, igualdad, etc. Vuelco exterior. No se cita la retirada de las tropas de Irak".

"A muchos gustará este discurso", ironiza antes de tildar con desprecio ese talante de "nueva majadería de lo progre correcto". Zapatero, concluye Aznar, "es presidente de Gobierno con el apoyo de comunistas e independentistas, para afrontar una política" que, en su opinión, "va a revisar el consenso antiterrorista, va a congelar la de educación, va a anular el Plan Hidrológico Nacional, va a cambiar la política exterior y que amenaza la economía".

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Sobre la firma

F. MANETTO
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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