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El Gobierno aún confía en que Mas renuncie a la consulta soberanista

Santamaría apunta a la posible cita con Mas: “Estamos en un proceso”

Carlos E. Cué
Santamaría, tras el Consejo de Ministros.
Santamaría, tras el Consejo de Ministros.Kiko Huesca (EFE)

Hace solo dos semanas, de la rueda de prensa del Consejo de Ministros salió un mensaje durísimo: Soraya Sáenz de Santamaría reprochó a Artur Mas el plantón que le había dado el día anterior en Barcelona, en una reunión con empresarios, porque no aceptaba que ella tuviera un lugar preeminente al estar allí como presidenta en funciones. Este jueves, después de varios días de presiones, especialmente empresariales, para que ambos Gobiernos recuperen al menos el diálogo, Sáenz de Santamaría oficializó el nuevo tono.

“Estamos dispuestos a abrir un nuevo clima de diálogo siempre dentro del marco de la Constitución y las leyes. Siempre estamos dispuestos a abrir marcos de diálogo. Son muchos los temas que nos afectan, y nosotros hemos dado muestras de lealtad institucional”, explicó.

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Sin embargo, cuando se baja al terreno de lo concreto, parece muy evidente que las posiciones no se han movido. El Gobierno sigue rechazando de manera rotunda cualquier tipo de consulta ciudadana en Cataluña, que es lo que Mas reclama. “Sobre el asunto de la consulta ya lo hemos dicho muy claramente: el Gobierno no puede hacer nada que no permitan la Constitución y las leyes, que son meridianamente claras sobre la consulta. Podemos establecer un diálogo con lealtad pero un Gobierno está para cumplir las leyes y la Constitución, de la que por cierto deriva el mandato de todos los que estamos en las instituciones”.

Entonces, ¿qué salida ve el Gobierno a la situación? A pesar de las múltiples muestras y compromisos de Mas de seguir adelante con la consulta, el Ejecutivo sigue pensando que aún cabe la posibilidad que el presidente de la Generalitat rectifique y no siga adelante con su plan, según fuentes del Ejecutivo. Los ministros y La Moncloa siguen con especial interés todas las noticias que llegan de Cataluña y hablan de las dificultades de Mas para pactar la pregunta o de las divisiones dentro de Convergència con su sector moderado y en especial con la Unió que dirige Josep Antoni Duran Lleida.

El Gobierno ve o quiere ver al Ejecutivo catalán completamente dividido, y confía en que de esa tensión interna surja la posibilidad de buscar un acuerdo con la Generalitat que no pase por la consulta ciudadana. Aún así, los miembros del Ejecutivo consultados admiten que este es un deseo y que no hay elementos serios que permitan pensar en esa rectificación de Mas de ese calibre. De hecho, otra parte del Gobierno trabaja para preparar el escenario contrario, esto es, que CiU siga adelante con la consulta, fije la pregunta antes de fin de año e incluso pacte la entrada en el Gobierno de ERC con el republicano Oriol Junqueras como vicepresidente. Y esa posibilidad realmente preocupa al Gobierno de Rajoy.

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En este contexto de apostar por la división interna, La Moncloa trata de reforzar la imagen de Durán. “Él ha abogado por la vía del diálogo y nosotros apoyamos eso”, explicó la vicepresidenta, que abrió la posibilidad de una reunión Rajoy-Mas —esta vez probablemente pública— aunque sin concretar. “El diálogo es un proceso. Al final puede haber acuerdo, no hay que poner proyectos encima de la mesa cuando se está empezando a andar. Les informaremos si hay novedades”.

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