_
_
_
_
_

Empresarios y autoridades alemanas convocan a los españoles estafados

La embajada coteja los datos de los afectados porque aún hay confusión sobre cuántos son En la reunión, tratarán de resolver la situación laboral y buscar alojamientos alternativos

Las autoridades alemanas han convocado este viernes a los 128 españoles que llegaron a este país atraídos por ofertas de trabajo que no se cumplieron para tratar de resolver su situación laboral y buscar alojamientos alternativos. A las doce y media del mediodía del viernes, los afectados se reunirán con Ángel Goya, representante de la Embajada española, para que las autoridades puedan cotejar los datos que están obteniendo de las dos empresas que prometieron los contratos. Este censo es necesario porque aún reina cierta confusión sobre el número exacto de españoles que siguen en la zona necesitados de ayuda oficial. Una vez ajustadas las listas con nombres y otros datos relevantes, como formación y capacidades, los españoles podrán dar su consentimiento para que estas fichas se usen en la busca de contratos de formación. Después, intervendrán en la reunión el ministro de Economía del land de Turingia, el socialdemócrata Matthias Machnig, y diversos representantes de la patronal alemana.

Los españoles han ido llegando en varias tandas durante las últimas semanas, con la mediación de dos empresas que muchos conocieron a través de “sesiones informativas” organizadas en julio por la Junta de Castilla La Mancha. Les dijeron que en Erfurt (Alemania) les esperaban contratos de formación bien pagados, así como las subvenciones del Gobierno alemán para inmigrantes que quieren integrarse en su sistema dual de aprendizaje, que combina clases con trabajo remunerado.

Muchos se encontraron en Alemania sin el contrato prometido, casi todos alojados en condiciones mucho peores de las que les habían anunciado y, algunos, hacinados en albergues muy mal acondicionados. Un grupo de más de 30 se aloja en unas salas de la vieja Escuela del Partido Único de la República Democrática Alemana en la capital de Turingia, con una sola ducha para decenas de personas, que además tienen que compartir hombres y mujeres. Las empresas mediadoras les habían prometido pisos compartidos, con habitaciones individuales y conexión a internet.

EL PSOE SEÑALA A COSPEDAL. La portavoz socialista en Castilla-La Mancha acusa a la Junta de la situación de los españoles y avisa a la presidenta que, si no destituye al consejero, será "responsable". 

Unos 70 aspirantes siguen sin contrato. Otros explican que en España les ofrecieron una formación diferente a la que después han encontrado aquí. Algunos, como el toledano Javier Pérez, querían ser camareros pero están en la obra. Su compañero Fernando Iniesta, de Talavera de la Reina, tiene pruebas escritas: a él le mandaron una oferta para entrar de aprendiz de carpintero, de acuerdo a su propia formación de ebanista en España. También está en la obra como aprendiz de albañilería, que no es lo que prefiere hacer ni, sobre todo, es lo que le prometieron. Lleva en la mochila una copia del contrato fraudulento de carpintero. Él conoció el programa a través de la Junta de Castilla La Mancha, que le envió un mensaje de texto para invitarle a la “sesión informativa” con Kerstin Schmidt y Sven Knierenschild, en Toledo. Son los propietarios de sendas empresas en Erfurt y Las Rozas (Madrid), que presentaron a la Junta el malogrado programa de captación de jóvenes para la formación profesional en Erfurt.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Con estas “sesiones informativas”, la Junta de Catilla La Mancha dio un barniz de seriedad a la pareja de empresarios. Desde las instituciones señalan a Schmidt y Knierenschild como principales responsables del desaguisado que mantiene en el limbo laboral a unos 70 españoles.

Los así culpados se echan el uno al otro la patata caliente: Schmidt dijo el miércoles a este periódico que no hubo “ninguna negligencia” en su “parte del trabajo”, que según ella consistía en atender a los recién llegados, recogerlos en las estaciones de tren y facilitarles los datos de las entrevistas de trabajo. Se mantuvo vaga sobre una cuestión clave en el asunto: ¿tenía un contrato ya apalabrado para cada uno de los jóvenes? Sólo para los que se mantuvieron, dice, en la opción laboral que les habían ofrecido ella y Knierenschild en España. Culpa a Knierenschild de “la posible mala información” o las deficiencias del curso de alemán que él organizó allí para los aspirantes. Los intermediarios cobran de las empresas que contratan a los jóvenes cuando se formaliza la relación laboral entre ambos.

Horas más tarde, Knierenschild devolvió las acusaciones en una charla con este periódico frente a la estación de Erfurt. La “lamentable situación” de los españoles, dijo, se debe a la mala gestión de su llegada a Alemania. Él defiende su “duro” trabajo en España, donde asegura haber pasado “jornadas larguísimas” atendiendo a los 128 aspirantes a la formación alemana. Su propio error, dijo, fue “confiar en que Kerstin Schmidt cumpliría las promesas”, que él se limitaba a “trasladar a los jóvenes en la creencia de que todo iba bien” en Erfurt.

Algunos afectados, sin embargo, le acusan de haber tenido un papel clave en el atolladero actual. Cuentan que llegó a amenazar a alguno con enviarlo de vuelta a casa y que les pidió que no hablaran con la prensa. Al ebanista Iniesta le solicitó, según relata este, que no muestre el contrato de carpintero que él mismo le había mandado por correo este verano y que ha quedado en papel mojado.

El Gobierno alemán subvenciona la incorporación de inmigrantes españoles a su sistema de formación profesional. Pero esas ayudas solo se pagan con el contrato firmado sobre la mesa. Las solicitudes no se han tramitado como corresponde, así que ninguno de los españoles ha percibido aún el dinero. Curiosamente, la empresa unipersonal de Schmidt tiene su oficina en el mismo edificio destartalado en el que han quedado aparcados los 35 afectados con peor suerte de los 128. Su página de internet no funciona desde hace tiempo. Como Knierenschild, ella ha negado ser “intermediaria” de empleo. Su tarjeta de visita dice lo contrario.

Los representantes de la Embajada española en Alemania se afanaban este jueves en precisar, en lo posible, los datos de las personas que viajaron a Erfurt antes de la reunión del viernes. Por ahora, son 128.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_