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Testigos y exministros apuntan a Fabra

Según los testimonios, el dirigente del PP se interesó por productos de su amigo

María Fabra
Celia Villalobos y Jesús Posada, en el Congreso.
Celia Villalobos y Jesús Posada, en el Congreso. Claudio Álvarez

“Estaba por allí”. “Acudió a la reunión”. “Vino al final de la cena”. “Lo vi en los pasillos de la fábrica”. “Al empresario me lo presentó Carlos Fabra”. Siete testigos y dos exministros, que también declararon como testigos, admitieron ayer el interés del ahora expresidente de la Diputación de Castellón y del PP provincial, Carlos Fabra, por los productos fitosanitarios que fabricaba su entonces amigo, Vicente Vilar. Esa relación ha acabado llevando al dirigente del PP al banquillo, acusado de tráfico de influencias, cohecho y cuatro fraudes fiscales.

Reuniones, cenas, eventos, negociaciones: Fabra siempre estaba en medio. Después de que el expresidente de la Diputación castellonense tratara de presentar a Vilar como un hombre al que apenas conocía, los primeros testigos del juicio del caso Fabra dibujaron una relación bien distinta. “No sé en concepto de qué estaba, pero estaba”, señaló uno de ellos. “Todos sabíamos que eran amigos”, atestiguó otro.

Las reuniones y cenas a las que se refirieron no se celebraron en la Diputación de Castellón ni consistieron en actos oficiales. La fábrica de Vilar, que acusó a Fabra de cobrarle cantidades millonarias a cambio de favores políticos (en el juicio ha cambiado su versión), fue el escenario de algunos de esos encuentros. A uno de ellos acudió el parlamentario autonómico del PP Ricardo Costa (imputado en el caso Gürtel por financiación ilegal). Costa relató cómo acudió a las instalaciones de la empresa “como socio de una asesoría”, requerida por Vilar para un trabajo para la redacción de un contrato mercantil. “Carlos Fabra me presentó al dueño de la fábrica”, confirmó después otro de los socios del despacho.

En otros casos, las citas tuvieron lugar en las sedes de los Ministerios de Sanidad y Agricultura, tal como confirmaron quienes eran responsables de esas carteras a finales de los 90, Celia Villalobos y Jesús Posada. Ambos declararon ayer por escrito y con sus testimonios ratificaron haber tratado el tema de los fitosanitarios en encuentros en los que participó o incluso convocó el dirigente del PP.

Villalobos y Posada corroboraron la celebración de las reuniones en las que intervino Fabra y en las que se trató el retraso en la concesión de autorizaciones para los productos del empresario Vilar. Ambos aseguraron, en cualquier caso, que las resoluciones se rigen por “criterios objetivos y normas legales, sin elementos discrecionales” y excluyeron “cualquier intervención” antes o después de la reunión.

Miguel Arias Cañete, que fue ministro de Agricultura en 2000 y lo vuelve a ser ahora, redujo su testimonio escrito a decir que se ratificaba en lo declarado a lo largo del proceso, que ha durado casi diez años. En 2004, Cañete explicó que su vinculación se redujo a contestar un escrito del entonces diputado por Castellón, Miguel Prim, que también está imputado. Antes de contestar, el ministro se asesoró sobre el tema y recibió un informe interno en el que le advertía de las presiones para obtener autorizaciones "por influencias políticas" a favor del grupo de Vilar. En cualquier caso, el tribunal no consideró necesario leer su declaración.

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