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Rajoy cita por primera vez a la cúpula del PP en La Moncloa

Hablaron de economía y de Cataluña pero no de Bárcenas, según Floriano

Carlos E. Cué
Carlos Floriano en la rueda de prensa en la sede del PP este lunes.
Carlos Floriano en la rueda de prensa en la sede del PP este lunes.Uly Martín

Muchos en el PP esperaban que a la vuelta del verano Mariano Rajoy hiciera cambios en el partido y el Gobierno. Todo parece indicar que tendrán que esperar, pero el presidente sí organizó ayer una importante novedad, sobre todo simbólica. Rajoy citó en La Moncloa, por primera vez desde que llegó allí en las Navidades de 2011, a la cúpula del PP, el llamado Comité de Dirección, que se reúne cada lunes en la calle Génova pero sin el presidente, lo que le resta mucha importancia. Forman parte de este órgano Dolores de Cospedal, Javier Arenas, Carlos Floriano, Esteban González Pons, Jaime Mayor Oreja, Alfonso Alonso y Xosé Manuel Barreiro. Del Gobierno solo estaba Rajoy, ni siquiera acudió Soraya Sáenz de Santamaría, la vicepresidenta, que no tiene cargo orgánico en el PP.

La reunión, que no tuvo mayor contenido político, según algunos dirigentes, estuvo centrada en economía y en Cataluña. “Diálogo y Constitución”, fue el lema que repitió después Floriano, que ejerció ayer de portavoz de la cita.

Rajoy hizo así un gesto de apoyo a la cúpula del partido, que se repetirá otras semanas, según fuentes del PP. Se produce en uno de los momentos más bajos del partido, en pleno escándalo del caso Bárcenas, y con una guerra interna evidente entre Cospedal y Arenas. Preguntado sobre cuál es la versión buena sobre quién decidió pagar a Bárcenas más de 20.000 euros al mes como “indemnización en diferido”, Floriano contestó: “Quédense con la versión de los tribunales”.

Rajoy no se va a ocupar del día a día del PP —según Floriano en la reunión no se habló ni de Bárcenas ni de asuntos internos de la agenda—, pero con este gesto novedoso el presidente demuestra que quiere entrar en el partido, al que tenía abandonado, y lanzar un respaldo a toda la cúpula y en especial a Cospedal, cuestionada por su gestión de la crisis, y a Arenas, también criticado desde otros frentes.

Claro que otros interpretaban que de alguna manera Rajoy lanza también el mensaje de que las cosas no están bien en el PP —algo que para todos es evidente, y así lo reflejan también las encuestas— y él se va a meter más en el partido para intentar mejorar los mensajes. Eso, en sí, también sería una forma de desautorizar a Cospedal, aunque nadie cree que esté pensando en relevarla.

Una de las peculiaridades de la forma de gobernar de Rajoy, algo caótica para algunos y en cualquier caso muy transversal, implicó eliminar una tradición que mantuvieron Aznar y Zapatero: la reunión estratégica de los lunes con el corazón del Gobierno y del partido. Rajoy no tiene cita fija, salvo el Consejo de Ministros de los viernes. Habla con los ministros y con dirigentes del PP por separado y a veces organiza reuniones en fin de semana del corazón del Gobierno para las grandes decisiones económicas —Sáenz de Santamaría, Luis de Guindos, Cristóbal Montoro y Álvaro Nadal, a los que se pueden unir otros— pero sin citas periódicas de estrategia. Ahora empieza a rectificar esa fórmula.

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