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El PSOE acusa a Alaya de buscar la “imputación mediática” de sus cargos

Los socialistas cierran filas con Griñán y Chaves y piden proteger su “reputación”

Soraya Rodríguez habla con Rubalcaba durante la reunión del grupo parlamentario socialista.Foto: atlas | Vídeo: BERNARDO PÉREZ / ATLAS

La dirección del PSOE se movió este martes entre el desconcierto, la indignación y la calma. Desconcierto en el primer momento, cuando el auto de la juez Mercedes Alaya —y las primeras interpretaciones sobre la inminente imputación de José Antonio Griñán y Manuel Chaves— irrumpió con estrépito en medio de la reunión de inicio de curso del grupo parlamentario socialista; indignación después, por lo que el PSOE considera que es un auto inconsistente y tendencioso, y por el balón de oxígeno para el PP en el que lo convirtió el Gobierno; y calma más tarde: destacados miembros de la cúpula socialista confían en que si la juez no ha dado esta vez el paso formal —elevar el caso al Tribunal Supremo— para imputar a los dos expresidentes de Andalucía es porque no tiene argumentos suficientes, y por tanto “no van a ser imputados”.

La reacción oficial del PSOE al auto llegó pasadas las siete de la tarde, después de que la dirección federal y el servicio jurídico del primer partido de la oposición se pasaran todo el día analizando cada párrafo del auto de la juez que instruye el caso de los ERE. Soraya Rodríguez, portavoz parlamentaria de los socialistas, compareció para afirmar que el PSOE va a seguir apoyando sin matices a su presidente, José Antonio Griñán, y al hoy diputado Manuel Chaves porque “no están imputados”.

“No se ha producido ningún cambio en la posición jurídica de las personas señaladas. No hay imputación, no hay ningún cambio. Griñán, Chaves y el resto de personas señaladas [cinco exconsejeros de la Junta] no están imputados”, insistió una y otra vez. Luego lanzó una pregunta al aire: “¿Qué persigue este auto?”. Y se contestó: “Con el máximo respeto a la independencia judicial y a la labor de los tribunales, lamentamos profundamente que se haya dictado un auto que, sin afectar a la posición jurídica de las personas señaladas, sin imputarlas, ha generado una enorme confusión, ha generado una imputación mediática que afecta gravemente a su reputación”.

Rodríguez no contestó a la pregunta de si Griñán dejará la presidencia del PSOE si finalmente es imputado —“Hoy no ha sido imputado”, respondió por dos veces—, pero sí adelantó que el partido seguirá adelante con su designación como senador, porque si no hay “ningún cambio en su posición jurídica” no tiene por qué haberlo en su “posición política”. El PSOE, subrayó la portavoz, mantiene un “enorme depósito de confianza” en Griñán y Chaves, “dos personas honestas”.

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Seis horas antes, la noticia del auto de Alaya había caído como una bomba sobre la sala Constitucional del Congreso, donde en ese momento el grupo parlamentario socialista en pleno estaba reunido para plantear sus estrategias de cara al nuevo curso político. El secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, que presidía la reunión, acababa de invitar a los diputados, senadores y eurodiputados del PSOE a “recrudecer” e “intensificar” su estrategia de oposición en el ecuador de la legislatura, endureciendo la crítica y planteando alternativas para responder a los “estragos” que, a su juicio, están provocando las políticas del Gobierno. Entre ellos, la “crisis política” generada por el caso Bárcenas, la “financiación ilegal” del PP y las “mentiras” de Mariano Rajoy en el Parlamento.

Escasos minutos después de pronunciar Rubalcaba ese discurso y mientras los parlamentarios iban pidiendo la palabra ya a puerta cerrada, llegó la noticia del auto de la juez que investiga el presunto uso fraudulento de fondos públicos en Andalucía, el caso de los ERE. Manuel Chaves se ausentó inmediatamente de la reunión y ya no volvió. Dentro, según fuentes del grupo socialista, solo unos pocos diputados mencionaron el tema y fue fundamentalmente para mostrar su solidaridad hacia Chaves y Griñán y cuestionar la actuación de la juez.

Rubalcaba pidió a los suyos contención en las reacciones; después, ante los periodistas, se limitó a mostrar su “respeto a la acción de la justicia”. Fuentes socialistas confiaban este martes en que, “si la juez no ha elevado ya el caso al Supremo, es que no lo va a elevar”. “Es muy probable que no haya imputación. Solo quiere hacer daño”, protestaban.

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