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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Pescar suicidas en el pozo ceutí

Reclutadores salafistas han hallado en la ciudad el mejor escenario para extender su proselitismo

José María Irujo

“Tu marido ha muerto”. Este mensaje, recibido mediante una lacónica llamada de teléfono o un escueto y frío SMS, regresa de nuevo al barrio de El Príncipe, el más deprimido y marginal de Ceuta. Y lo hace una vez más desde Siria, donde grupos yihadistas apoyan a la resistencia rebelde que combate al régimen de Bachar el Asad.

La última víctima tenía 27 años, estaba casado y era padre de dos hijos, un perfil similar al de Rachid Wahbi, el taxista de 33 años que en abril de 2012 dejó aparcado su viejo Mercedes blanco y a su mujer y dos hijos en su casa para suicidarse semanas después al volante de un camión bomba contra un cuartel militar en Idlib y asesinar a 130 personas. Rachid sonrió a la cámara antes de lanzar una soflama e inmolarse. Sus amigos Mustafá, de 24 años, y Mohamed, de 30, siguieron el mismo camino. Todos vivían en El Principe, un barrio en el que se levantan sin ningún control miles de casas ilegales en las que residen alrededor de 12.000 personas que no se acostumbran a vivir tan cerca de la muerte.

La nueva víctima, como las anteriores, fue captada supuestamente por Karim Abdesalam Mohamed, Marquitos, de 39 años, un ojeador de Al Qaeda detenido el pasado mes de junio en Ceuta durante una espectacular operación policial. Karim, y otros reclutadores salafistas han encontrado en esta ciudad el mejor escenario para extender su proselistimo, un profundo y agitado caladero de suicidas donde pescar.

Desde hace años y sin ningún atisbo de cambio en el barrio de El Príncipe se baten todos los récords de paro, fracaso escolar y marginalidad, un caldo de cultivo excelente para los ojeadores del terrorismo yihadista.

De El Príncipe partió hace años hacia Afganistán Hamed Abderramán, conocido como el talibán ceutí, que terminó preso en Camp Five en Guantánamo. Y de El Príncipe parten ahora hacia Siria jóvenes muy parecidos a Hamed dispuestos a hacer la yihad global.

Cada varios meses llega hasta una de las viviendas de esta barriada ceutí la llamada fatídica o el SMS que rompe el corazón de las familias y convierte a este barrio durante unas horas en el barrio de la muerte.

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El reclutamiento de yihadistas en España no es ninguna novedad. En los años noventa, Imad Eddin Barakat, Abu Dahdad, los enviaba a Bosnia, Chechenia y Afganistán. Tras el 11-S y la guerra de Irak decenas de jóvenes viajaron a allí para hacer la yihad. Ahora el camino apunta a Siria, pero nunca han salido tantos jóvenes hacia la muerte desde una misma ciudad.

Los servicios de información alertan desde hace años al Gobierno acerca de esta particularidad y destacan el peligro de los yihadistas retornados: los que, tras ser formados, regresan a sus países para hacer la yihad local. En Ceuta algunos jóvenes salafistas sueñan con ese plan.

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Sobre la firma

José María Irujo
Es jefe de Investigación. Especialista en terrorismo de ETA y yihadista, trabajó en El Globo, Cambio 16 y Diario 16. Por sus investigaciones, especialmente el caso Roldán, ha recibido numerosos premios, entre ellos el Ortega y Gasset y el Premio Internacional Rey de España. Ha publicado cinco libros, el último "El Agujero", sobre el 11-M.

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