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Rajoy traslada la imagen de una negociación con Mas

Admite que hablan mucho y confía en que puedan hacer juntos “cosas razonables”

CARLOS E. CUÉ | ENVIADO ESPECIAL

El Gobierno está muy satisfecho por el giro dado por Artur Mas, aunque no quiere decirlo en público precisamente porque puede ser contraproducente y complicarle la vida políticamente al presidente de la Generalitat. Sin embargo, en su estilo siempre críptico, el presidente, Mariano Rajoy, ha trasladado desde San Petersburgo la imagen de que está en marcha una negociación con Mas, que hay una relación muy fluida y él confía en que fructifique. Rajoy ha confirmado que la semana pasada mantuvo una reunión con Mas. Pero ha ido más allá. Ha explicado que hablan por teléfono con bastante frecuencia y de manera tan secreta como la propia reunión. Aunque ha querido restarle importancia, el presidente ha trasladado una imagen muy diferente de la enorme tensión entre ambos de 2012, que impidió durante meses que pudiera haber una reunión. De hecho, el presidente ha trasladado la idea de una posible negociación para buscar una salida política a la situación catalana con una expresión típica suya: “Yo hablo con Artur Mas y con otros presidentes con cierta periodicidad. A veces son reuniones públicas y otras no. A veces se habla por teléfono. Yo no voy dar detalles, ni yo ni nadie, sobre con quien hablo a no ser que haya algo especial. Es una conversación más. Es un asunto importante para los ciudadanos de Cataluña y de toda España. Lo que voy a hacer es trabajar para que España continúe en un proceso en el que juntos, durante más de 500 años, podamos hacer de este país un gran país. Los retos que tenemos por delante son muy importantes, espero que podamos hacer cosas razonables sobre la base de mi posición que todo el mundo conoce”.

Ese “hacer cosas razonables” y el detalle de que las conversaciones son frecuentes, algo que venían diciendo fuentes gubernamentales en las últimas semanas, es un reconocimiento claro de que se está trabajando en una salida, algo que también detallan otras fuentes del Ejecutivo. Todo el mundo asume que es muy complicado porque la situación política de Mas, acorralado entre el frente de ERC, que quiere referéndum en 2014, y el de Unió, que no ve con buenos ojos que un Gobierno de CiU pueda llevar a cabo un referéndum ilegal. A la vez Mas vive entre la presión de una parte de su electorado y su militancia por una parte y la del empresariado catalán por otra. En ese contexto, Rajoy ha dejado atrás la dureza contra Mas que exhibió en la campaña electoral y ahora pretende ayudarle a buscar una salida.

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Siempre en ese afán de evitar la confrontación. Ni siquiera ha querido descartar la posibilidad de que se pueda buscar una fórmula para un referéndum. Aunque el Gobierno siempre rechaza la idea, Rajoy tenía la clara intención política de no echar leña al fuego y poner las cosas fáciles para Mas en Cataluña. Y tampoco quiso decir ni una palabra sobre el giro de Mas, que en privado el Gobierno ve como una buena noticia aunque traslada el problema a 2016. Rajoy ni siquiera contestó con claridad cuando se le preguntó si está dispuesto ahora a aceptar ese referéndum. Pero sí hablo de los puentes de San Petersburgo como una metáfora de la necesidad de buscar una salida con Mas. “La vida demuestra que lo que hace falta es sentido común, y hablar nunca es malo”, sentenció el presidente.

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