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La escaladora de ‘ochomil’

Susana Díaz es una escaladora política nata Tiene más currículo en los despachos del PSOE de Andalucía que en las instituciones

Lourdes Lucio
Susana Díaz, el pasado 12 de julio en Sevilla.
Susana Díaz, el pasado 12 de julio en Sevilla.JULIÁN ROJAS

A sus casi 39 años Susana Díaz Pacheco (Sevilla, 1974) se dispone a subir su primer ochomil. Esta mujer, con más currículo en los despachos del PSOE que en las instituciones, es una escaladora política nata. Es la elegida por José Antonio Griñán para sustituirlo como cartel electoral socialista al frente de la Junta de Andalucía. Pero a partir de ahora, también por los militantes de su partido al arrasar en la captación de avales en un proceso que, según han dicho sus rivales, ha sido muy desigual. Una vez que el comité director, el máximo órgano de decisión entre congresos, dio el 2 de julio pasado el visto bueno a las primarias, Díaz anunció lo que ya todos sabían: que se presentaba. La alpinista de Triana tiene todo preparado para ascender la que es, por el momento, su cumbre más elevada: ser la primera mujer en presidir la Junta de Andalucía.

Aunque el dedo de Griñán es poderoso —él dijo que se iba a mantener neutral en este proceso—, la candidatura de Susana Díaz contaba con el apoyo de ocho de los ocho secretarios generales provinciales del PSOE. Solo el de Jaén se ha mantenido en silencio, aunque ha sido probablemente el que más fotos se ha hecho con la sevillana. Ese consenso es mérito de Díaz. El PSOE de Andalucía es una federación poderosa, pero muy compleja donde la marcha del partido no depende solo de lo que se decida en la sede regional de San Vicente, sino también de lo que opinen sus cuadros provinciales.

En los tres últimos meses, ha recorrido muchas agrupaciones y ha intentado ganarse el apoyo de los militantes que a esas alturas de la jugada ni siquiera intuían y menos aún sabían que había previsto un partido de primarias en de julio.

Díaz arrastra un cliché de mujer dura, ganado a pulso desde que empezó a militar en las Juventudes Socialistas. Ha sido secretaria de Organización de las JJ SS, pero también del poderoso PSOE de Sevilla, el buque insignia del PSOE andaluz y, por lo tanto, del PSOE federal. Los socialistas sevillanos están agrupados en multitud de tribus y sus indios son promiscuos. Suelen cambiar de campamento cada vez que barruntan un congreso, pero al final siempre hay una mayoría que se impone y gana. La mayoría de ahora tiene a Díaz de lideresa.

La candidata es osada y directa, pero no pierde nunca la cabeza

Díaz fue secretaria provincial de Organización cuando el secretario general de Sevilla era José Antonio Viera, con el que rompió por la división entre los que apoyaron en el pasado congreso federal a Carmen Chacón (con Díaz y Griñán de abanderados) y a Alfredo Pérez Rubalcaba. En el congreso provincial de hace un año, Díaz ganó el liderazgo con el 67% de los votos al otro aspirante, el alcalde de Alcalá de Guadaíra, Antonio Gutiérrez Limones, que ahora le apoya en su subida al ochomil de la candidatura a la presidencia de la Junta. Antes, ocupó la sala de máquinas del PSOE andaluz, también desde la secretaría de Organización, durante dos años (2010-2012).

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Siempre ha salido a ganar como sea, pero ha aprendido a negociar

Ha sido concejal y teniente de alcalde del Ayuntamiento de Sevilla (1999-2004), diputada al Congreso (2004-2008), parlamentaria autonómica desde 2008, senadora designada por la comunidad autónoma (2011-2012) y consejera de la Presidencia desde hace 15 meses.

“Es dura, sí, pero no lo es más, ni tampoco menos que otros muchos dirigentes del PSOE”, aseguran de ella. Utiliza, porque sabe usarlas, las mismas armas que sus compañeros varones. Pero lo que diferencia a Díaz de otras mujeres que han ocupado puestos de responsabilidad en el PSOE es que ella no ha sido cooptada por nadie. “Es la mujer más poderosa de toda la historia del PSOE de Andalucía, con poder propio”, asegura un miembro del Gobierno andaluz.

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Desde que Griñán la nombró consejera de la Presidencia e Igualdad, Susana Díaz ha intentado limarse y zafarse de ese pasado orgánico coreografiado con música de Kill Bill 1 y Kill Bill 2. “Ella siempre ha salido a ganar como sea y cuando estás en el Gobierno tienes que ver las cosas de otra manera. Ha aprendido a negociar y en un gobierno de coalición tienes que estar en el tira y afloja con IU”, dice de ella un dirigente que la conoce desde pequeña. “Ha empezado a pedir opinión y ha aprendido mucho”, añaden. Algunos mantienen que Griñán ejerce con ella de Pigmalión, aconsejándole lecturas y películas. Otros discrepan de esta tesis y subrayan que no es Griñán el que la está cambiando, sino el cargo institucional que ocupa.

Díaz es osada, pero no pierde nunca la cabeza. Y es directa con sus interlocutores, los conozca o no; sean poderosos o no. Puede llamarte a la segunda frase tesoro, cielo, corazón o canijo. Y otras cosas.

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