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Munar y los ‘pentiti’ mallorquines

La expresidenta de Unió Mallorquina, acorralada por la delación de sus antiguos colaboradores

Munar, el jueves en el banquillo, entre dos exconsejeros delatores.
Munar, el jueves en el banquillo, entre dos exconsejeros delatores.Isaac Buj (EFE)

La persona que más poder ostentó en Baleares en las dos últimas décadas, Maria Antònia Munar, exlíder de Unió Mallorquina (UM), quien ya carga con una condena de cinco años y medio de cárcel por corrupción —apelada al Tribunal Supremo—, está pendiente desde el jueves de que la Audiencia de Palma dice sentencia en otro caso en el que la Fiscalía Anticorrupción le pide seis años más de prisión. Este último caso es un círculo cerrado por las confesiones, que desvelan el pago y cobro de un soborno de cuatro millones en la venta por concurso amañado de suelo comunal.

El fiscal anticorrupción Juan Carrau ha acusado a Munar de “delitos de traición, de deslealtad, que prostituyen las instituciones y rompen la confianza de los ciudadanos”. Ha relacionado las causas pendientes y las condenas a cargos de UM y se ha referido a la delincuencia organizada. Ha apelado a la doctrina antimafia de la UE y de la ONU y ha aludido al juez Giovanni Falcone y a los pentiti, los colaboradores.

El defensor de Munar, José Antonio Choclán, aludió a la Inquisición para quejarse de las “denuncias, que no pruebas”, de los “delatores” en sus pactos con Anticorrupción. Vio en ellos “la confesión del hereje” en el terror de las mazmorras descrito por el inquisidor Nicolau Aymerich en el siglo XIV.

Visto para sentencia el juicio por soborno para adjudicar suelo público en 2006

Munar fue juzgada por fraude a la Administración, revelación de secretos y prevaricación por el escándalo abierto en la mayor venta de patrimonio público del Consell de Mallorca, que presidió con su micro partido bisagra, UM, durante tres legislaturas (1995-2007), alternativamente con el PP y el PSOE.

En 2006, en plena burbuja inmobiliaria, la líder de UM, con su socio el expresidente del Gobierno balear Jaume Matas, del PP, acordó enajenar 46.000 metros cuadrados, el mayor solar urbano en Palma, en can Domenge. Matas y Munar segregaron otra parcela vecina para el velódromo Palma Arena.

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Munar, que “lo controlaba todo”, según el fiscal Carrau, acabó en el banquillo por la querella que formuló por esta operación el expresidente del Barça y promotor José Luis Núñez, al no hacerse con el terreno pese a ofrecer el doble que el ganador. Núñez prometió 60 millones, pero Munar y su grupo toparon el precio del concurso. Román Sanahuja era el elegido, recibía papeles previos del Consell. Un mediador, el exconsejero de Jordi Pujol Joan Maria Pujals, hizo de correveidile y pasó el recado con la demanda de pago del soborno.

“Para ser ganador me dijeron que hacían falta cuatro millones de euros [para UM]”, explicó Sanahuja. Su empresa cayó con la burbuja y el solar sin construir fue embargado y vendido por solo siete millones en 2013. Sanahuja confesó ante el tribunal, tras pactar con el fiscal, y asumió que puede ir a la cárcel, de la que sí salvó a sus hijos.

“Recibí dinero para mí y para otras personas: Miquel Nadal, Maria Antònia Munar y el partido, UM”, declaró Tomeu Vicens, el arrepentido exconsejero de UM, examigo de Munar, que lleva tres años en el centro penitenciario.

“Nunca me han dado dinero para mí o el partido”, proclamó vehemente Munar ente el tribunal. Vicens asegura que le pasó en mano dos millones en el despacho del Consell y que, otra vez, hizo tres paquetes de 450.000 euros para la cúpula de UM: él mismo, más Munar y Miquel Nadal, vicepresidente.

Dos veces por semana, Munar debe acudir al juzgado de paz de su pueblo, Costitx. Tiene depositada una fianza penal de 350.000 euros para evitar estar en la cárcel.

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