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La mujer endeudada por el asesino de su hija asegura que el notario no la informó

Juana Vacas aceptó la herencia de su hija sin saber que estaba endeudada Ahora se expone a ser desahuciada si no paga 18.000 euros

Ginés Donaire

“Pido justicia, no sabía lo que firmaba ante el notario”. Juana Vacas, una anciana de 74 años, sacaba este miércoles fuerzas de flaqueza para clamar, a las puertas de un juzgado de Jaén, contra la que ella considera una herencia envenenada que ha tenido que asumir. La misma que le ha puesto en riesgo de perder su casa al no poder hacer frente a las deudas contraídas por el asesino de su hija Purificación hace dos años. Su exyerno, Fermín Jiménez Martos, fue condenado a 22 años de prisión por el asesinato de Purificación, que tenía una discapacidad psíquica del 44%, “con alevosía y ensañamiento”, según la sentencia hecha pública en mayo.

Finalmente, Juana Vacas no ha tenido que declarar durante la vista civil celebrada donde se pedía la anulación de la herencia que Vacas suscribió a beneficio de inventario. “La equivocación fue de los notarios, que no me asesoraron ni me alertaron de que estaba asumiendo las deudas del hombre que mató a mi hija”, indicó emocionada mientras escuchaba los gritos de “Sí se puede” que coreaban medio centenar de personas concentradas para apoyarle. La familia de Purificación entregó en el juzgado 172.000 firmas de apoyo recibidas de todo el país desde la plataforma Chage.org dentro de la campaña Todos con Juana.

En la vista sí declaró la otra hija de Juana, Encarnación Armenteros, que reiteró que su madre no fue informada adecuadamente antes de firmar la herencia. Y se mostró optimista sobre la sentencia de la titular del Juzgado de Primera Instancia número 1 de Jaén, sobre todo tras la comparecencia de un forense que testificó que Juana “no tenía capacidad para entender los elementos abstractos” de la herencia. También criticó que el acto de otorgamiento de la herencia apenas duró un minuto y medio y “no se leyó nada”. El Colegio de Notarios de Andalucía defendió en un comunicado la actuación de los notarios que asesoraron a Juana Vacas, descartando que existiera mala praxis profesional como arguye la familia de Purificación.

El asesino de Purificación pagó las letras de la hipoteca de la pareja un año, pero dejó cinco años a deber. Apenas seis meses después de enterrar a su hija, Juana Vacas recibió la notificación de un banco que había iniciado contra ella un procedimiento de ejecución hipotecaria por los impagos de las letras del piso. Juana Vacas ya ganó una primera batalla gracias a la presión ciudadana y de la plataforma Stop Desahucios. Banesto renunció a la ejecución hipotecaria donde le reclamaba el 50% de la deuda a Juana (en torno a 60.000 euros).

Pero esta anciana tiene aún pendiente un pleito para hacer frente al garaje de la vivienda en la que residía su hija y su marido. La pareja lo vendió por 18.000 euros para tener liquidez económica, pero poco después el comprador tuvo conocimiento de que sobre la cochera pendía también la ejecución hipotecaria. Una entidad bancaria le reclama ahora a Juana su parte de la deuda, una demanda que podría llevar a la anciana a perder su humilde vivienda en la que habita en Torredelcampo (Jaén).

“Si el juez dice que la aceptación de la herencia es legítima, exigirán a mi madre que pague las deudas del hombre que mató a su hija. Pero no podrá pagarlas y los acreedores e instituciones irán contra el único bien que le queda: su casa”, declaró su hija Encarnación, tras recordar que su madre cobra una pensión de 600 euros mensuales.

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