El Gobierno antepone el diálogo con los sindicatos al acuerdo político

El Gobierno lanzó ayer un mensaje que aclara las prioridades de Mariano Rajoy en pleno debate sobre un gran pacto contra el desempleo con el principal partido de la oposición. La número dosdel Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, anunció que el presidente se sentará a hablar el próximo 16 de mayo con los agentes sociales y que, al menos a corto plazo, limitará su relación oficial con el PSOE al pleno del miércoles que viene en el Congreso de los Diputados.

Entonces Rajoy informará a los grupos parlamentarios sobre el Plan Nacional de Reformas y, en ese contexto, recordó ayer la vicepresidenta tras el Consejo de Ministros, cada partido podrá plantear lo que estime oportuno. “Ese es un buen momento para dar explicaciones sobre las medidas que está adoptando el Gobierno y conocer de primera mano la posición de los principales grupos parlamentarios, empezando por el principal partido de la oposición”, opinó.

Santamaría sí habló de la posibilidad de cerrar acuerdos concretos, “ir consensuando medidas” —por ejemplo sobre la reforma de la Administración local—, pero demostró que el Gobierno se está alejando de la hipótesis de un gran pacto nacional. La búsqueda de entendimiento entre los dos principales partidos ha vivido esta semana un punto de inflexión. El martes, los socialistas dejaron claro que no están dispuestos a ceder frente a las recetas de Rajoy y endurecieron su oferta de pacto exigiendo una rectificación de la política económica del Ejecutivo. Desde el PP, en cambio, vincularon los acuerdos a un giro de las propuestas que plantea Alfredo Pérez Rubalcaba y pidieron “ideas nuevas”.

Ante esta situación, y con vistas a la reunión del jefe del Ejecutivo con los sindicatos, CEOE y Cepyme, Santamaría quiso destacar que, en cualquier caso, el diálogo se orientará a lo que entienden como “salida de la crisis”. “Esto no es un pacto puntual”, señaló, “estamos todos de acuerdo en el objetivo, ahora hay que ponerse de acuerdo en las medidas”. Óscar López, número tres del PSOE, consideró ayer que los datos de la última EPA y unas previsiones desalentadoras obligan al Gobierno a escuchar y dialogar “con los sindicatos, con los empresarios y, desde luego, con la oposición”.

El encuentro parte de una demanda sindical que viene de largo. No tiene su punto de partida en el Primero de Mayo. Ese día, en realidad, ya estaba casi todo cerrado. El mal dato de paro conocido la semana pasada hizo retomar la demanda a los agentes sociales, que se la plantearon a la ministra de Empleo, Fátima Báñez. Ayer hubo confirmación.

Lo que sí quedó claro el pasado miércoles fue la agenda que llevarán los sindicatos a la cita en La Moncloa. Y la acompañarán con un documento en el que se recogerán sus alternativas para reactivar la economía y generar empleo: plan de infraestructuras, plan de vivienda social alquilada, reforma fiscal, protección para los parados que han perdido prestación y subsidios… “Estamos dispuestos a hablar de todo”, explica Fernando Lezcano, portavoz de CC OO. Los sindicatos no se negarán a hablar de las pensiones y del factor de sostenibilidad el 16 de mayo. “Pero queremos que se meta mano al empleo y a la protección social”, prosigue Lezcano.

En UGT, el secretario de Acción Sindical, Toni Ferrer, apunta en la misma dirección. “El principal problema de este país está en el empleo. Nos estamos jugando la cohesión social. Nosotros hemos planteado un acuerdo con el objetivo central del empleo, no es posible seguir con este austericidio”, argumenta. Desde una posición de partida muy crítica —“la llamada llega después de aprobar un Plan Nacional de Reformas que no contempla ninguna de nuestras propuestas, y se las hemos mandado”—, Ferrer quiere creer que esta llamada puede traer un punto de inflexión: "El Gobierno ha reflexionado y parece que deja la unilateralidad. Espero que no sea algo estético. Está en juego la cohesión social".