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La crudeza de la crisis desmonta la teoría de la herencia recibida

Los principales datos reflejan el fracaso de las políticas del Gobierno

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.JUAN MEDINA (JUAN MEDINA)

El déficit público en 2011 llegó al 9,4%, pero en 2012 alcanzó el 10,6% (incluidas las ayudas a la banca). En nombre del déficit, el Gobierno de Mariano Rajoy planteó y ejecutó recortes, austeridad y la reforma laboral que ha mediado entre más de cuatro millones de parados de 2011 y los más de seis millones, registrados ayer.

La herencia recibida es el recurso al que los ministros del Ejecutivo de Mariano Rajoy aluden continuamente cuando se les echa en cara los datos que reflejan la crudeza de la crisis. “Las previsiones no son quinielas, son objetivos de política económica que deben cumplirse, y de hecho vamos a cambiar estas previsiones”, señaló Rajoy hace poco más de un mes, momento en el que admitió que sus políticas no van a cumplir las expectativas creadas. Los malos datos se acumulan. La caída del Producto Interior Bruto (PIB) de este año se situará entre el 1 y el 1,5%, lo que duplica la previsión oficial del Gobierno, situada en el 0,5%. Esperaba una leve caída, pero el batacazo será más sonado, parecido al del año anterior, algo que la mayoría de instituciones internacionales vaticinaba (CE, FMI, OCDE), pero que el Gobierno mantuvo, quizá, a favor de la confianza a la que tanto fio durante la campaña electoral.

Desde la llegada del PP al Gobierno, los mercados tampoco han aumentado su confianza hacía España. Más bien lo contrario. La prima de riesgo, el indicador que mide la percepción que tienen los mercados sobre la capacidad de un país para devolver su deuda, está entorno a los 300 puntos, casi el doble de lo registrado en abril de 2011, antes de la llegada del PP, cuando alcanzaba los 174 puntos básicos. En mayo de 2010, cuando el expresidente Zapatero viró su política económica e inició la tortuosa etapa de los recortes, la prima estaba en 176 puntos un nivel que ahora se vería con buenos ojos teniendo en cuenta que el verano pasado, con el PP en el Ejecutivo, alcanzó los 638 puntos. No obstante, hay que precisar que parte del acoso de los mercados hacía España el año pasado se debió a las dudas sobre el futuro del euro y la actividad económica se vio afectada por turbulencias externas.

Otro de los indicadores que ayudan a desmontar la tesis de la herencia recibida es el fuerte aumento de la deuda. El endeudamiento público de España creció en 2012 al mayor ritmo de la historia. Pasó del 69,3% el PIB en 2011 al 84,2% del PIB a finales del año pasado. La traducción en euros resulta más llamativa: aumentó en 147.500 millones en un solo año, una cantidad inferior a lo que recauda el Estado por todos los impuestos.

El consumo de los hogares otro de los indicadores que podrían revelar una mejoría de la actividad económica muestra como el año pasado se produjo un empeoramiento de esta variable. El consumo de los hogares pasó de un -0,8% en 2011 al -2,5% el año pasado.

Mariano Rajoy ha “salvado” a la banca, ha creado el banco malo, pese a que dijo que no lo haría, ha recortado empleo público y ahora queda en manos de Bruselas, de que Europa flexibilice sus exigencias, y permita que la diferencia entre los ingresos y el gasto llegue hasta el 6%, mientras el crédito en los hogares sigue sin mejorar y la contrapartida a esa cesión puede ser la reforma de las pensiones.

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El presidente del Gobierno aplicó a pies juntillas la teoría de la austeridad y, a la vista de sus escasos éxitos ha achacado a la herencia la situación creada. Ahora resulta que los cálculos de esa teoría estaban equivocados, aunque sí está funcionando en otros países.

Todo ello lleva a otro dato, la fuga de cerebros. Según las Estimaciones de la Población Actual, durante 2011 llegaron a España 457.650 personas procedentes del extranjero, frente a las 507.740 que abandonaron el país. Con ello, el saldo migratorio exterior de España resulta negativo por primera vez en décadas (-50.090). Aún no hay datos de 2012, pero en los nueve primeros meses del año ya se fueron de España 420.150 personas, de los que 365.238 eran extranjeros y 54.912 españoles, 37.539 personas más que en el mismo periodo de 2011. La ministra de Empleo, Fátima Báñez, ya ha admitido la existencia de esa fuga masiva de jóvenes, pero prefiere llamarla “movilidad exterior”.

Una papeleta del PP “es como si tuviéramos un proyecto de contrato de trabajo”, aseguró la secretaria general de la formación, Dolores de Cospedal, antes de las elecciones autonómicas. “Es la manera de cambiar un Gobierno que dice que no puede hacer nada para dar trabajo a nuestra gente y la mejor manera es depositar esta papeleta en las urnas”, sostuvo, sin alegar la existencia de unas exigencias externas.

“Voy a dar la cara y no me esconderé”, dijo Rajoy en su primera entrevista como presidente. Esa previsión, también ha cambiado.

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