Defensa planea aumentar las tropas en Malí a partir de julio
15 expertos en operaciones especiales instruirán a los miembros del Ejército maliense
Medio centenar de militares españoles saldrán hoy desde Almería rumbo a Bamako (Malí) para incorporarse a la misión europea de adiestramiento de las Fuerzas Armadas del país africano (EUTM Malí). Serán en total 15 expertos en operaciones especiales, que instruirán a los miembros del Ejército maliense; y 35 legionarios, que se encargarán de proteger a los 200 instructores europeos. Los militares españoles se instalarán en la base de Kulikoró, a 60 kilómetros de Bamako, donde trabajarán junto a franceses, suecos, finlandeses o irlandeses.
Francia contribuirá con tres secciones (unos 115 efectivos) a la compañía de protección de la base (150 soldados), mientras que España aportará el resto. Está previsto, sin embargo, que en la segunda rotación de instructores, a partir del próximo mes de julio, España duplique su contribución a la fuerza, hasta los 70 militares, lo que requerirá la aprobación del Consejo de Ministros y la ratificación por el Congreso. Francia ha multiplicado las presiones para que España asuma un mayor compromiso en la fuerza de protección —cuyos miembros van armados y pueden hacer uso de la violencia para el cumplimiento de su misión—, pero el Gobierno se ha resistido hasta ahora, tanto por temor a posibles bajas como por razones económicas.
Está previsto que en Kulikoró se formen cuatro batallones del Ejército maliense (700 efectivos), para sustituir tanto a las tropas francesas —que llegaron en enero para barrer del norte del país a los grupos yihadistas y ya han iniciado la retirada,— como a las s africanas, que pasarán a estar bajo mandato (y financiación) de la ONU.
Además, España colabora a la misión en Malí con un destacamento de 52 militares y un avión de transporte C-130 Hercules. Su principal misión es transportar a las tropas aficanas desde los países vecinos hasta las ciudades de Bamako y Gao, en el norte. El ministro de Defensa, Pedro Morenés, anunció que el despliegue del avión duraría tres meses, a partir del 18 de enero, aunque dejó caer la posibilidad de ampliarlo.
Morenés dijo también que el envío de los observadores costará a las arcas públicas 3,8 millones en 15 meses (aunque probablemente sea más); y no dio cifras del coste del Hércules, que fuentes militares lo sitúan en un máximo de 10 millones por tres meses.