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La tensión de la calle se traslada al Parlamento

Expulsiones de las tribunas de oradores y público por el catalán, las preferentes y los desahucios

ANABEL DÍEZ | CORRESPONSAL POLÍTICA

“La situación está muy caldeada en el Congreso; tómenselo con calma, esto solo acaba de empezar”. Esta sentencia con retranca e intención del diputado de Izquierda Plural Josep Nuet (Esquerda Unida i Alternativa) levantó un murmullo en todas las bancadas del hemiciclo; unos para constatar; otros para desaprobar. Solo hacia un par de minutos que era expulsada de la tribuna de público una mujer al grito de “chorizos, ladrones”, que formaba parte de un grupo de ciudadanos que habían sido ya desalojados de las tribunas por proferir gritos con el mismo argumento al sentir que han sido “robados” por los bancos y los políticos no les resuelven su situación. Se trata de afectados por la “estafa de las preferentes”. Antes el presidente del Congreso, Jesús Posada, había ordenado la expulsión de los diputados de ERC que tenían la pretensión de hacer sus intervenciones en catalán.

Esto ha ocurrido hoy cuando aún están frescos los ecos de los gritos y los forcejeos de los activistas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. La tensión de la calle cada vez tiene un traslado más intenso en el Parlamento. Todos los colectivos afectados por recortes o reformas que consideran injustas y perjudiciales se aproximan al Congreso para que sus representantes, los parlamentarios, votados en las urnas, escuchen su grito de protesta. Esa tensión tiene un reflejo claro en las discusiones de los grupos políticos, como ha ocurrido hoy, máxime cuando la protesta llega al interior del viejo palacete con la presencia en la tribuna de público de ciudadanos afectados. Hoy han sido los afectados por la adquisición de acciones preferentes.

La protesta de los afectados por las prefertentes ha causado un fuerte impacto entre los parlamentarios

Su protesta ha causado un fuerte impacto entre los parlamentarios, de todos los grupos, por el grito desesperado de personas, en su mayoría pensionistas y, por tanto, de avanzada edad. Unos pocos sí les llamaban “chorizos, ladrones”, pero el grito más sostenido y unánime ha sido otro: “Queremos nuestro dinero”. La protesta estaba organizada para empezar a gritar cuando subiera a la tribuna de oradores el portavoz del Grupo Popular, en este caso, Vicente Martínez Pujalte. Antes había habido un encendido y agrio debate, de todos contra el ministro de Economía, Luis de Guindos pero singularmente entre él y el representante socialista, Antonio Hurtado. No se quedó atrás la representante de UPyD, Irene Lozano que anunció la presentación inmediata de una querella criminal contra los responsables de “comercializar las preferentes; estimularon o miraron hacia otro lado y ocasionar la desgracia de cientos de miles de jubilados. ¡ Que vergüenza!”.

Este es el tono, este es el clima, que invade el Congreso desde hace meses y que va en aumento y que divide a la Cámara de una manera cada vez más profunda. El PP se resiste a ser el destinatario de todas las invectivas de dentro, y de la ira de fuera, y arremete cada vez con más ahínco contra los socialistas. Les hacen culpables de todo lo que ocurre. Ya sean los desahucios de las viviendas o la estafa de las preferentes.

No quiere el PP ni siquiera compartir responsabilidad con el gobierno anterior, como se ha visto en los asuntos que más tensión social están provocando. No se quedan atrás los otros grupos de oposición que colocan en la misma línea al PP y al PSOE como hace Izquierda Plural y UPyD de manera muy acusada. “¡Vaya puesta en escena que han hecho ustedes dos, PP y PSOE con las preferentes, cuando los dos son culpables”!, ha dicho desde la tribuna la diputada de UPyD Irene Lozano dirigiendo a la derecha y a la izquierda del hemiciclo.

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La jornada parlamentaria de hoy ha acumulado mucha tensión, mucho resquemor y mucho enfado

En medio, la tensión nacionalista, que sacude a todos los partidos, que hoy ha tenido su reflejo en la actitud de los diputados de ERC que no han acatado la orden de la presidencia del Congreso de hacer sus intervenciones en castellano. La buena relación que ha conseguido Jesús Posada, presidente del Congreso, con los parlamentarios de los grupos minoritarios, con todos, ha salvado la situación para que no derivara en un altercado de mayores dimensiones. La expulsión ha sido ordenada y ambas partes han contribuido a que así sea.

Aunque la jornada parlamentaria de hoy ha acumulado mucha tensión, mucho resquemor y mucho enfado. Los populares culpan a la izquierda parlamentaria de los seguimientos y escraches que sufren por los afectados por impago de las hipotecas si no es por acción sería por omisión y tibieza en la condena de esos hostigamientos. Esa izquierda parlamentaria, aunque no se queda atrás en la fuerza reivindicativa grupos como UPyD, Coalición Canaria, el PNV, y CiU, en algunos asuntos como el de las hipotecas. “No nos podemos quedar atrás porque tenemos el aliento de la gente en el cogote”, reconoce un portavoz de uno de esos grupos. Y la gente quiere gritar dentro del Congreso, como hoy, y si no es dentro, aproximarse al máximo para que los diputados les oigan. Por eso las vallas que lo rodean siguen preparadas para alzarse en cualquier momento y protegerles. No hay previsión de que se retiren.

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Sobre la firma

ANABEL DÍEZ | CORRESPONSAL POLÍTICA
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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